«Pekerman transmitía tranquilidad y Bianchi te convertía en un súper jugador» /Titulares de Deportes

en sus inicios fue una de las grandes promesas de las Inferiores de Bocahasta el punto de convertirse el máximo goleador de las Ligas Menores. carlos bianchi no dudó en subirlo a Primera para que ser parte de esa escuadra campeona del Clausura ’99 y ser una alternativa a Martín Palermo. por esos años, Esteban Herrera fue realmente un parte importante de una de las mejores camadas en las categorías base del jose pekermanaquel que arrasó en el Mundial Sub-20, disputado en Argentina en 2001: campeón ganando los siete partidos, con 27 goles a favor y solo cuatro en contra. Sin embargo, el pollo le costó afianzarse en la élite y a lo largo de su carrera acabó viviendo experiencias notablesle gusta jugar un año en Indonesia y jugar un partido en medio de la jungla de Nueva Guinea. Hoy, algo alejado del fútbol y viviendo en España, rehace su historia con Hola.

juniors boca – 25-05-2023

Esteban Herrera con Ole

-¿Qué recuerdos tiene de aquel Mundial Sub 20 de 2001?

– Uf, muchos. Primero, la convocatoria, que era algo que no me esperaba porque se habían ido los campeones sudamericanos y no me parecía que tuviera muchas posibilidades de estar en la lista. Todavía recuerdo cuando Hugo Tocalli me llamó a la pensión de Boca… Luego todo: ese primer partido, todavía sin tanta gente en la cancha y luego la ilusión de todos porque empezábamos a ganar y a jugar bien. Era un equipo con grandes jugadores, cuento y siento que pasó hace un mes, je.

El Pollo con Javier Saviola.

-No te lo esperabas, pero terminaste siendo campeón mundial…

-Sí, en ese momento viví con sorpresa, pero también con responsabilidad. Miré el escudo y no podía creerlo. Dijo: “Mierda, qué rápido pasó todo”… A los tres años de llegar a Buenos Aires, ya jugaba en la selección… Usar esa camiseta, sea de la categoría que sea, es una sensación única. No hay mayor logro que este porque es lo que todos soñamos, el jugador y lo que no también. La verdad es que se trata de emociones muy fuertes y difíciles de controlar en estos momentos.

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-¿Qué tuvo Pekerman, que logró lo que hizo y hasta entrenó a los entrenadores que hoy están en la AFA?

-Creo que había un plus en la tranquilidad, te quitaba todo tipo de responsabilidad y cuando salías al campo jugabas, no digo como en casa, pero sí con mucha confianza. Recuerdo que estaba enojado porque quería que siempre jugáramos cortos y, por supuesto, que tuviéramos movilidad. Era un entrenador muy sencillo, que enviaba un mensaje claro sobre la forma en que quería que jugara su equipo, incluso en los elementos que convocaba. Hoy, mirándolo de lejos, creo que tenía una visión superior a la de otros entrenadores de la época.

El Pollo en el Mundial Juvenil 2001. (AFP PHOTO/FABIAN GREDILLAS)

-Otro entrenador importante que tuviste fue Carlos Bianchi… ¿Tuviste algún punto de contacto?

-Sí, en el mensaje creo que sí y por eso eran lo que eran. José te dio mucha tranquilidad y Bianchi te convirtió en un súper jugador. Carlos siempre decía que su equipo siempre tenía que ser el protagonista y se dio cuenta que en los entrenamientos era un tipo que te corrigía todo el tiempo… Ahí fue cuando lo tomó y me dijo: «Mira Esteban, yo no No echo de menos esos goles, eh». ¿Y qué le ibas a decir? Si fuera cierto, jeje. Los dos tenían un mensaje muy claro para que los jugadores estuvieran a salvo.

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-Llegaste a la Sub 20 como máximo goleador de las inferiores de Boca, pero luego te costó la Primera División. ¿Es muy difícil ser el número 9 de Boca?

-Yo siempre digo que me hubiera gustado haber jugado en Boca a los 24 o 25… Tenía que debutar a los 17 y empezar a jugar a los 20, no digo que no estuviera listo, pero la pasé gloriosa y no pude continuar. Hoy, echando la vista atrás, me perdí de muchas cosas porque recién comenzaba mi carrera y Boca exige mucho, te ven diez veces más que en cualquier otro club y entonces, si no metes gol en un partido, te tienen que cambiar cuando a lo mejor en otros clubes te pueden esperar un poco más. Boca no te espera. Incluso hay jugadores que se fueron a Boca cuando eran maduros y también les cuesta… Es cierto que yo también tenía a Palermo, que para mí era una desventaja, jeje. Pero a la vez, Martín me enseñó mucho…

Herrera jugando un Superclásico con Boca.

-¿Qué aprendiste de Palermo?

-Y, viste a Martín y no perdonó… Siempre contradigo a quien dice que no era un jugador técnico: para marcar la cantidad y la calidad de los goles que hacía, hay que ser entrenador. A lo mejor no tenía jugadas como, no sé, Julián Álvarez, pero donde tiraba Martín era gol. No puede ser casualidad que haya marcado 300 goles en Primera de Boca. Intentamos copiar, pero el Palermo era letal: si lo hacía, era gol; si tuviera dos, serían dos goles… Te obligaba a dar lo mejor de ti para intentar estar a su altura.

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-Riquelme también estaba ahí en ese momento…

-Sí, en realidad llegamos juntos a Boca. Vino con Suchard Ruiz de Argentinos y nos hicimos el control médico los tres juntos. Después, cuando íbamos a entrenar, lo vi jugar y dije: “¡Cómo juega este pibe! Llamaba la atención porque lo veías alto y delgado, pero tenía una cualidad que no concordaba con su físico…

Esteban con parte de su familia.

-¿Qué mensaje le daría a los muchachos de la Selección que están jugando el Mundial?

– Que jueguen cada minuto como si fuera una final y que, además de la responsabilidad, que lo disfruten porque es una vez en la vida… No volverás a jugar el Mundial Sub 20 porque el tiempo pasa, así que disfrútalo y esa camiseta, tal como lo han estado haciendo los muchachos del Mayor. Creo que deberían poner fotos del partido con Holanda o de la final del América contra Brasil, porque ahí se ve que los jugadores tienen hambre de gloria. Argentina se vio, quiero que nunca perdamos ese espíritu de determinación y que sigamos mejorando… Más jugando en casa y con lo que les pasó en la Sudamericana: tienen la posibilidad de demostrar que tuvieron una mala etapa y que lo puedan encaminar para llevar a la juventud argentina a donde debe estar, los primeros planes del fútbol mundial.

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La experiencia de jugar al fútbol asiático

-¿Cómo fue la experiencia de ir a tocar a Indonesia?

-Me había preparado para jugar en Primera de Boca y eso fue un gran error para mí, porque tener que irme de Boca me chocó mucho, me dolió. Lo de Indonesia fue raro, acababa de jugar en la Promoción y me llegó esa oportunidad, que fue un salto económico muy grande: ni cuando había jugado en Europa me habían ofrecido un contrato así, jeje.

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– No lo dudaste entonces…

-Y… yo no jugaba en la élite mundial, entonces en ese momento de mi carrera tenía que pensar en el futuro. Al principio solo fui un mes, porque tenía un delantero lesionado y me llamaron que estaba libre, pero jugué tres partidos y metí cuatro goles: pensaron que había llegado Batistuta, je. Después de eso, el presidente del club me ofreció un contrato de un año: hablé con mi esposa en ese momento y entendí que no podía rechazar una oferta que nunca me habían hecho en mi carrera. Cerré los ojos e hice el sacrificio… Fue una experiencia única y rara, estuve lejos de mi familia, veía a mis hijos cada dos meses, pero al mismo tiempo guardo hermosos recuerdos. Incluso tengo amigos indonesios con los que todavía hablo hoy y siempre digo que fue una lección de vida porque es una cultura diferente, otra religión y experimenté muchas cosas, incluso jugué un jueguito en medio de la jungla…

-¿Cómo fue jugar en la selva?

-Sí, teníamos que ir a tocar a Papúa, que está en Nueva Guinea, un país diferente a Indonesia que parece más asiático. Se ven más africanos y tienen una cultura muy marcada en la que viven como si fuera la época de sus ancestros, por eso andan desnudos y solo cubren sus partes íntimas, construyen sus casas en lo alto de los árboles… Todo está hecho a mano. , hacen de todo. Imagínate que cuando tomamos el avión de vuelta, había gente de Papua que viajaba a Indonesia y subieron al avión descalzos y en vez de maleta llevaban un bolso atado con hilo ellos mismos. Por eso te cuento que allí viví cosas que nunca pensé que vería…

-¿Y cómo estuvo el partido?

-Fue en una cancha que no tenía gradas, que estaba literalmente en medio de una jungla. La calle no estaba pavimentada, había que tomar un bus chico porque uno grande no pasaba… Era todo muy loco, es un lugar donde hay gente muy pobre y muy rica, y pueden convivir. Allí viste que había una casa grande y al lado una casa de hojalata, y no envidias al vecino, son felices así. Le dan importancia a su alimentación, a su religión y a su familia…

-¿En ese momento, en Indonesia, ya tenían el fanatismo por Argentina que viste en el Mundial?

-Son muy fanáticos, no juegan tanto al fútbol como nosotros pero les encanta mirar y las canchas siempre están casi llenas pero no sé si tanto como ahora. Recuerdo que veían mucho fútbol europeo, principalmente inglés, se levantaban a las tres o cuatro de la mañana para ver los partidos. Pero bueno, ahora con Messi… Fui en 2013, que fue el comienzo de Messi. Creo que despertó Leo, y sigue despierto, esa locura… Hasta a mí me pasa, lo veo y es lo mejor que he visto en mi vida, dentro y fuera del campo, porque manda un mensaje. de superación porque siempre se superó a sí mismo y luego se ven reflejados en ello…

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Fuente: ole.com.ar/

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