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Piden 3 años de prisión por la muerte de un paciente en una comunidad terapéutica

#Estos son «hechos sumamente graves para la vigencia de los Derechos Humanos», advirtió el fiscal.

En el primer juicio oral por el suicidio de un paciente en una comunidad terapéutica, la Fiscalía solicitó este jueves una sentencia de 3 años de prisión por cumplimiento efectivo para un ex empleado de seguridad del centro San Camilo, del partido bonaerense de Pilar, por homicidio culposo tras la muerte de un joven con consumo problemático e insulinodependencia que fue confinado en una habitación precaria como castigo.

La jornada de denuncias comenzó pasadas las 9 en el Juzgado Correccional No. 4 de San Isidro con Ángel «Pipi» Suñezexempleado de la Fundación San Camilo, en el banquillo por la muerte, en 2013, de Saulo Rojas, un joven mendocino de 23 años.

Desde la sanción de Ley Nacional de Salud Mental en 2010, esta es la primera vez que un miembro de una comunidad terapéutica va a juicio por el suicidio de un paciente.

Durante la audiencia de este jueves, el fiscal paula valeria oyola pidió una pena de 3 años de prisión cumplimiento efectivo y también solicitado que Súñez sea inhabilitado por 10 años para ejercer cargos públicos o privados en cualquier tipo de institución donde se deba vigilar o cuidar a seres humanos.

“Son 9 años de lucha y de pedir justicia para mi hijo y para los demás chicos de San Camilo”.Miriam Lucero, madre de la víctima

Asimismo, la fiscal solicitó que se dejen para investigación todas las pruebas documentales del caso, pues aseguró que se trata de «hechos extremadamente grave para la vigencia de los derechos humanosY advirtió que el caso de Saulo Rojas es «un árbol que no puede dejar de mostrarnos el bosque».

A su vez, el abogado defensor rodolfo andreacchio solicitó una atenuación de la pena ante la confesión de culpabilidad expresada por los imputados durante la jornada de este miércoles, que se suspenda y coincida en la solicitud de inhabilitación realizada por la Fiscalía.

Después de escuchar los argumentos, el juez Juan Facundo Ocampo. convocó a nueva audiencia el próximo lunes para la lectura del veredictoa pesar de que la familia de la víctima esperaba que la sentencia se definiera este jueves.

“Son 9 años de lucha y de pedir justicia por mi hijo y por los demás muchachos de San Camilo”, aseguró a Télam la mamá de Saulo, Miriam Lucero, quien vestía una remera negra que decía “El amor vence al odio”.

“El juez decidirá qué grado de responsabilidad tiene Súñez”, agregó la mujer, quien señaló que aunque la sentencia es de “dos años, tres, cinco o ninguno, aquí soy yo la condenada a la tristeza y la ausencia de mi hijo”.

El acusado era un empleado de seguridad de la Fundación San Camilo, donde Saulo estaba hospitalizado desde junio de 2012 y un año después se quitó la vida en un cuarto llamado «el gomado», donde se recluía a los pacientes como castigo, algo prohibido por el Mental. Ley de Salud sancionada en 2010.

En 2017, el establecimiento fue clausurado por el Ministerio de Salud porteño tras constatar «graves deficiencias edilicias, tratos y penas crueles, inhumanos y degradantes a los usuarios».

Por la muerte de Rojas fueron imputados Martín Iribarnetitular de la Fundación, y Alejandro Jacintopsicóloga y directora terapéutica, que no tenía antecedentes penales y aceptó una «libertad condicional».

Súñez, por su parte, llegó a la instancia de juicio oral acusado de homicidio culposo y el fiscal alegó este jueves que «se ha podido probar con todas las pruebas y los testimonios que el 14 de junio de 2013 el imputado, que cumplía guardia función en San Camilo, aisló a Saúl en un cuarto en construcción y violó el deber de cuidado que se le exigía».

Sobre este punto, el fiscal precisó que se trataba de una habitación «sin yeso, sin piso, sin muebles, sin electricidad», y señaló que las instrucciones del establecimiento ordenaron que el personal de seguridad retirara del paciente «objetos que pudieran atentar contra su vida cuando la persona estaba aislada».

Repasando todas las pruebas, el representante del Ministerio Público indicó que «Súñez, de manera culposamente negligente, no sustrajo un elemento de gran importancia, el cinturón, con el que Saulo Rojas se quitó la vida», y alegó que el paciente «Tomó esa decisión porque Suñez no hizo lo que debería haber hecho».

“Saulo era una persona de 23 años con estos efectos, dos enfermedades (diabetes y consumo problemático) y un estado extremo de vulnerabilidad”, remarcó el fiscal, advirtiendo que no se puede argumentar que Súñez tuvo “mero descuido”.

Por su parte, el abogado de la familia de la víctima, Yamil Castro Bianchi, se apegó a todo lo propuesto por el fiscal y declaró: “Lo que pasó aquí no tiene que pasar más. El encierro no cura, el encierro mata”.

“La pegatina fue una pieza de terror, y sabemos que el que tenía el control de las llaves era el imputado”, agregó Castro Bianchi, al subrayar que “si Súñez hubiera adoptado la medida de seguridad, hoy no estaríamos aquí”.

También pidió que una vez dictada la sentencia se haga una comunicación al Ministerio de Salud boenarense y a su Subsecretaría de Salud Mental y Consumo Problemático para que «se les notifique lo que ha pasado y pueda seguir pasando».

Una vez finalizada la audiencia, la madre de Saulo se reunió afuera del juzgado con un grupo de expacientes de San Camilo y de la organización contra la violencia institucional “Madres en Lucha”, quienes acudieron a brindarle su apoyo.

“Hay muchos responsables de los horrores de San Camilo y creo que hay muchos más”, dijo la madre de Saulo.

Y concluyó: “Hay otros responsables que si no se hace justicia, que si no se visibiliza, seguirán lucrándose con la salud de los niños”.

Con información de Telam y otras fuentes de noticias.

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