Escondido entre cerros de rocas rojas, mostazas, terracotas y ocres, se encuentra un oasis cultivado. El manto de viñedos crece en las laderas de la precordillera de los Andes. Está en la misma ruta por la que pasó el Ejército Libertador de José de San Martín y es el viñedo de mayor producción en Mendoza.
La plantación a 2.100 metros sobre el nivel del mar pertenece a la Estancia Uspallata, propiedad del empresario Ariel Saud. Una propiedad de 40 mil hectáreas, solo cinco cultivadas, a tres kilómetros de la antigua estación de trenes de Uspallata ya 120 kilómetros al noroeste de la ciudad de Mendoza.
Allí se cultivan los primeros Malbec, Pinot Noir, Riesling y Nebiolo de la carretera internacional de alta montaña de Mendoza. El viñedo se encuentra en la desembocadura de la Quebrada del Telégrafo, antes del puente de entrada a Uspallata, cabecera de la sierra mendocina sobre la Ruta Nacional 7, que une Argentina con Chile a través del paso Cristo Redentor – Los Libertadores.
Son los vinos mendocinos elaborados en las mayores alturas que se pueden obtener en góndola. Sus altas puntuaciones a nivel mundial, entre 92 y 97 puntos Atkins, darte cuenta de la calidad que se consigue en altura. Cada botella en góndola varía entre $8.800 (espumoso), $11.400 de Pinot Noir; $13.524, Malbec, y hasta $27.400 por su etiqueta premium, Estancia Uspallata Igneo.
El récord de vinos de altura lo ostentan Salta y Jujuy, donde hay viñedos plantados a 2.800 metros sobre el nivel del mar (msnm). “Es una búsqueda de la diversidad en Argentina y un encuentro de vinos hechos en zonas frías”, describe Alejandro Sejanovich, responsable de vinos de Estancia Uspallata.
El viñedo está rodeado de montañas que alcanzan los 5 mil metros sobre el nivel del mar; y en dos horas de caminata se llega al manantial de agua de montaña que riega la plantación. La altura y el aire fresco andino se hacen sentir, el visitante debe moverse lentamente y por empinados senderos. Es común cruzarse con liebres, zorros y cóndores que sobrevuelan los picos.
La estancia se puede visitar con reserva previa y cuenta con alojamientos disponibles, los cuales se pueden consultar en su perfil de Instagram @estanciauspallata, a través de airebnb. Maru Botana es una asidua visitante de este paraíso escondido en la alta cordillera mendocina. Aquí grabó el video que se viralizó en las redes en el que chupa hielo.
El “Colo” Sejanovich, como se conoce popularmente a este agrónomo y a sus socios Jeff Mausbach y Jorge Crotta, desarrolló el proyecto Mil Suelos, con un concepto de diversidad de microrregiones. Son los dueños de Bodega Manos Negras (Chachingo, Mendoza), un homenaje a los bodegueros y bodegueros que tienen las manos teñidas de negro, de tanto arremangarse y ensuciarse con los racimos oscuros.
En 11 años de desarrollar proyectos enológicos, crearon 80 marcas de vino los cuales fueron lanzados al mercado local y para la exportación. Crearon Tinto Negro, Finca La Escuela, 1955, Teho, Zaha, Estancia Uspallata, Buscado vivo o muerto, Estancia Los Cardones, Almacén de la quebrada, con vinos de altura de Cachi y Pucará; y en Jujuy, en Huichaira, construyeron la bodega Cielo Arriba.
“Llevamos muy pocos años expresando vinos de terroirs. Vinos que respetan el viñedo, con buen riego, sin forzar la uva y que interpretan el clima y el suelo”, dice Sejanovich, premiado como Mejor Enólogo 2021, en la selección “Informe Especial Argentina”, del crítico británico Tim Atkins.
Respecto a los vinos plantados a más de dos mil metros de altitud, el ingeniero agrónomo y enólogo de Estancia Uspallata, sostiene: «Hay partes del terreno formadas por roca y arena, y otras más cercanas al arroyo, con subsuelo arcilloso y orgánicos Por lo tanto, en este viñedo tenemos suelos muy diferentes que generan vinos muy diferentes.
Y agrega: “A veces, hay lugares que son muy extremos y el hombre no puede influir en ellos. Tienen un bajo rendimiento de racimos por planta para obtener una alta calidad. Aquí respetamos el sabor de la uva, el tipo de poda y el manejo de la uva”. la viña para cuidar el escaso recurso hídrico en el desierto andino».
Las grandes capitales del vino en Mendoza
El recorrido por el viñedo de mayor producción de Mendoza coincidió con el encuentro mundial de la Grandes Capitales del Vino (GWC), que finalizó el fin de semana en Mendoza. Durante una semana, representantes de cada una de las ciudades que forman parte de esta red pudieron vivir en primera persona todas las experiencias relacionadas con el mundo del vino que ofrece la provincia cuyana.
Además de Mendoza, las ciudades que forman parte del GWC son: Adelaida (Australia), Bilbao y Rioja (España), Burdeos (Francia), Lausana (Suiza), Maguncia y Rheinhessen (Alemania), Oporto (Portugal), San Francisco y Napa Valley (Estados Unidos), Valparaíso y Casablanca Valley (Chile), Verona (Italia), y Ciudad del Cabo y Cape Wineland (Sudáfrica).
Entre los invitados y quienes recorrieron la viña más alta de Mendoza, estuvieron Florence Maffrand y Lucie Lefeve, representantes de las Grandes Capitales del Vino en Burdeos. “Mendoza es grandiosa en cuanto a las experiencias que ofrecen muchas bodegas, su arquitectura y diversidad de paisajes. Estoy muy impresionado con la calidad y expresión que logran de los vinos a 2000 metros”, dijo Maffrand, director de la Cité du Vin. , de Burdeos, uno de los museos temáticos más importantes del mundo.
Una bodega mendocina ganó Oro internacional en Arquitectura y Paisajes en Enoturismo, durante la premiación de la Asamblea de las Grandes Capitales del Vino (Great Wine Capitals-GWC), que reúne a las 11 ciudades más importantes del mundo en materia de enoturismo .
El premio mundial en representación de Argentina fue para la bodega Anaia, ubicada en Luján de Cuyo, que recibió el galardón durante la gala organizada por el Ministerio de Cultura y Turismo de Mendoza. Una bodega por cada capital mundial del vino recibe un premio.
Mendoza. Corresponsal
mg
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Fuente: Titulares.com