En la tarde de Navidad, Valeria Aquino se convirtió en el centro de la polémica tras compartir en sus historias de Instagram un video junto a su hija Alma, fruto de su relación con El Polaco. En las imágenes se puede ver a la niña, de apenas 12 años, sentada al volante de un vehículo y conduciendo por un camino rural, mientras observa atentamente el trayecto de tierra que tiene por delante.
La publicación generó una ola de reacciones y encendió las alarmas entre los usuarios de las redes sociales. Junto al video, Aquino escribió una frase que terminó de avivar el debate: «Criar también es enseñar a hacer, no solo a mirar». Esta reflexión no hizo más que multiplicar las críticas y los cuestionamientos sobre los límites de la exposición y la responsabilidad adulta.
Rápidamente, las redes se llenaron de comentarios cruzados. Mientras algunos defendieron la situación argumentando que se trataba de un entorno controlado y en medio del campo, otros apuntaron al riesgo de naturalizar conductas peligrosas y a la imprudencia de compartir ese tipo de contenido en redes sociales.
La reacción de El Polaco ante el video de su hija manejando fue revelada en el programa Puro Show, donde se informó que el padre de la menor no estaba al tanto de la filmación y se encontraba indignado por la situación. «No vi nada, está con su madre, pasó Navidad con su mamá», declaró.
Por su parte, Barby Silenzi, actual pareja del cantante, optó por no opinar sobre el tema debido al largo enfrentamiento que mantiene con la madre de la menor. «Yo no me meto en eso», respondió.
El debate sobre la exposición de los hijos en las redes sociales y la responsabilidad de los padres al compartir ciertos contenidos continúa siendo un tema de discusión en la actualidad. La polémica en torno al video de Alma conduciendo ha puesto de manifiesto la importancia de reflexionar sobre los límites y las consecuencias de la exposición mediática de los menores.
Es fundamental recordar que los niños y adolescentes son sujetos de derechos y que su integridad y bienestar deben ser protegidos en todo momento. La sobreexposición en redes sociales puede tener efectos negativos en su desarrollo emocional y social, por lo que es responsabilidad de los adultos velar por su privacidad y seguridad en el mundo digital.
En conclusión, el caso de Alma conduciendo ha generado un debate necesario sobre la exposición de los menores en las redes sociales y la responsabilidad de los padres en la protección de sus hijos. Es fundamental reflexionar sobre las consecuencias de compartir ciertos contenidos en línea y garantizar el bienestar y la integridad de los más vulnerables en la era digital.






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