La propiedad intelectual ha sido el héroe olvidado, permitiendo decenas de colaboraciones de investigación y asociaciones de fabricación en todo el mundo, a menudo entre competidores. Los rivales han compartido compuestos, plataformas y tecnologías patentados para desarrollar nuevas vacunas en tiempos récord. Los desarrolladores de vacunas han unido fuerzas con fabricantes de todo el mundo, muchos de ellos competidores comerciales, para impulsar la capacidad de fabricación.
Estas asociaciones no se producirían sin las certezas legales que brindan los derechos de propiedad intelectual. Romper las reglas y las asociaciones pueden desmoronarse. Lo último que necesita el mundo en esta delicada etapa es una reorganización del mazo.
Aún más dudosa es la noción implícita en la propuesta de la OMC de que existe capacidad de fabricación excedente que podría aprovecharse si la propiedad intelectual no se interpusiera en el camino. En realidad, solo unos pocos países tienen esta capacidad de fabricación avanzada, y tratar de construirlos en países en desarrollo donde no existen actualmente no debería ser la prioridad …
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Fuente: www.telegraph.co.uk
Esta nota fué publicada originalmente el día: 2021-05-09 18:00:00