«Está en Siria. Eso es una certeza», dijo su madre, Debra Tice, a la radio pública estadounidense NPR hace unos días. Pero la realidad es que su paradero sigue siendo un misterio sin resolver. La Casa Blanca también asegura que está secuestrado por el Gobierno de Bashar al Asad. Sin embargo, en Damasco niegan tenerlo bajo su custodia. Y ningún grupo se ha atribuido la responsabilidad de su captura. Mientras tanto, su familia espera que esté vivo y que puedan volver a verlo algún día.
Siria responde a EE.UU.
La Cancillería del país árabe niega haberlo secuestrado
Austin Tice era un ex marine de los EE. UU. que trabajaba como reportero gráfico independiente para medios como El Correo de WashingtonCBS, AFP y McClatchyNoticias. Un día de marzo de 2012 decidió poner rumbo a Siria. ¿La razón? Cubrir el conflicto que se inició a raíz de la revuelta popular iniciada un año antes contra el presidente sirio, Bashar al-Assad. El 13 de agosto, las autoridades estadounidenses lo contactaron por última vez. Le perdieron el rastro en la localidad de Daraya, un suburbio de la capital. Tice tenía 31 años cuando desapareció.
La última vez que su familia lo vio con vida fue en un video de YouTube de 46 segundos publicado semanas después de su captura. En la grabación estaba con los ojos vendados. Un grupo de hombres armados lo obligaban a recitar una oración en árabe. El periodista pronunció «oh, Jesús» en repetidas ocasiones con un profundo tono de preocupación.
La semana pasada, con motivo del décimo aniversario de la desaparición de Tice, Biden declaró que su administración sabe «con certeza» que las autoridades sirias capturaron al reportero y volvió a llamar al gobierno del país a «acabar con esto y ayudar a traerlo de vuelta». . A pesar de esto, la madre de Austin, Debra Tice, cree que la Casa Blanca no está haciendo lo suficiente para negociar con Siria la liberación de su hijo.
Premio
EEUU ofrece hasta un millón de dólares a cambio de alguna información que conduzca a su
paradero
Por su parte, la Cancillería del país árabe negó este pasado miércoles haber secuestrado a «cualquier ciudadano estadounidense que entrara en su territorio o residiera en zonas bajo la soberanía y autoridad del Gobierno sirio». Además, reitera su compromiso absoluto «con los principios del derecho internacional».
El Ministerio de Exteriores sirio calificó las acusaciones de «engañosas e ilógicas», y recordó en su nota que Washington ha admitido que el periodista y otros ciudadanos estadounidenses entraron en territorio sirio «ilegalmente» sin permiso del Gobierno.
El ejecutivo estadounidense está dispuesto a ofrecer una recompensa de hasta un millón de dólares a cambio de alguna información que conduzca a la ubicación del reportero y finalmente lo libere.