A principios de la década de 1950, después del conflicto mundial, Brasil estaba tomando conciencia de la importancia de la ciencia para el progreso social y la soberanía nacional. Bajo la influencia de líderes con una audaz visión de nación, al mismo tiempo que iniciaba la fase crucial de su industrialización, el país se lanzaba en la construcción de un sistema nacional de ciencia y tecnología, a partir de la creación de nuestros principales agencias de investigación, CNPq y Capes.
Siete décadas después, vivimos en un país totalmente diferente. Un estudio realizado recientemente por la multinacional 3M en países de América, Europa, Asia y Oceanía muestra que los brasileños son los que más creen en la ciencia: independientemente de la clase social, la edad, el género y la educación, el 92% confía en la ciencia y los científicos. Tienen buenas razones para hacerlo.
Desde la creación de la industria aeronáutica brasileña hasta notables avances en el área de la salud individual y pública. Desde el dominio de la energía nuclear con fines pacíficos hasta la revolución agrícola que convirtió a Brasil en uno de los grandes productores de alimentos del mundo. En su búsqueda incesante de la verdad en el mundo que nos rodea, que Henri Poincaré dijo que era «el objetivo de toda nuestra actividad», la ciencia brasileña nos permitió construir mucho de lo que Brasil tiene para ofrecer hoy.
El ambiente propicio para la investigación científica y tecnológica también hizo posible un fenómeno casi único en el mundo en desarrollo, que es la envidia de nuestros vecinos: la permanencia de nuestros jóvenes más talentosos y creativos en Brasil. Todo eso ha ido cambiando, y hoy asistimos a la salida al extranjero de muchos de nuestros más valiosos jóvenes investigadores, desesperados por el rumbo de la ciencia brasileña.
Esto en un momento en que la ciencia es más necesaria que nunca para enfrentar los desafíos de una realidad que cambia frenéticamente. ¿Alguien duda del papel crucial de la inteligencia artificial en el mundo que se está construyendo? ¿Qué lugar tendrá Brasil en este mundo? El tren cuántico está pasando y pronto dejará obsoletos todos los cálculos que conocemos: ¿nos subimos a él o lo dejamos ir? Y en la conquista del espacio, la «última frontera», ¿qué papel queremos jugar, actores o espectadores?
Esta columna fue escrita para la campaña #scienceinelections, que celebra el Mes de la Ciencia y reflexiona sobre el papel de la ciencia en la reconstrucción de Brasil.
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Fuente: uol.com.br