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realme Watch 2, análisis y opinión | Tecnología

Estos últimos meses se han lanzado pulseras deportivas o relojes deportivos de iniciación muy interesantes como la reina del mercado, la Mi Band 6 -análisis-, y la mayor contrincante que tiene ahora mismo la pulsera de Xiaomi, la Band 6 de Huawei -análisis-.

realme es una de las compañías multidispositivo más potentes de la actualidad y en sus wearables mantiene la filosofía de sus smartphones: buenas funciones, diseño acertado y precio muy atractivo. El año pasado lanzaron varios relojes y el más barato, el realme Watch, consiguió llamar la atención, pero no destacaba respecto a la competencia.

En esta segunda generación han aprendido y han refinado algunos elementos a la vez que añadían características que pidieron los usuarios, y en este análisis del realme Watch 2 vamos a poner a prueba el dispositivo.

  realme Watch 2
Tamaño 35,7 x 25,8 x 12,2 mm
Peso 38 gramos
Batería 315 mAh
Panel LCD de 1,4″ | Resolución de 320 x 320 | 323 píxeles por pulgada | Brillo de 600 nits
Conectividad Bluetooth 5.0
Sensores SpO2 | Acelerómetro de 3 ejes | Monitor cardíaco óptico
Protección IP68 | Gorilla Glass 3
Sistemas operativos y dispositivos compatibles iOS 11 en adelante | Android 5 en adelante
Precio 54,99 euros

Apartados del análisis del realme Watch 2:

Cambios lógicos en una caja que ya conocíamos

Por debajo de los 60 euros tenemos dos formatos predominantes de pulseras deportivas. Por un lado está la Mi Band, con una pantalla muy alargada que lleva siendo así desde la tercera generación. Por otro, la Band de Huawei con una pantalla rectangular.

Desde la primera generación del realme Watch, la compañía apostó por un formato cuadrado que es, junto al de Huawei, el que más me gusta porque me parece el más cómodo a la hora de ver notificaciones y datos de registro de apps.

Esto, al final, va en gustos y entraremos más adelante, pero vamos con el diseño. Estamos ante un dispositivo con caja de plástico con un único botón lateral que sirve para ir atrás o para encender la pantalla.

Me parece que el tacto y la sensación al pulsar son correctos y en la parte superior tenemos un cristal 2.5D que cuenta con protección Gorilla Glass 3. No es el más resistente a caídas, pero sí efectivo contra arañazos.

En la parte inferior están los sensores tanto ópticos para el ritmo cardíaco como el característico de pulso en color rojo para medir el oxígeno en sangre. También vemos los dos pequeños pines de carga.

La correa que viene con el Watch 2 es de silicona y me ha parecido un poco rígida, sobre todo los primeros días de uso. 

No molesta, pero sí la notaba algo incómoda. Con el paso de los días el material ha ido dando de sí, pero la buena noticia es que es un pasador de 22 milímetros, por lo que vais a poder cambiar esta correa por cualquier otra compatible.

La hebilla es de plástico y el pasador cuenta con un pivote para que la cinta no se mueva. Este es un detalle que sí me ha gustado.

Y, en general, tenemos una pulsera (quitando ese primer día de incomodidad relativa debido a la rigidez de la correa) que me parece muy cómoda

La he llevado durante todo el día y tanto peso como el grosor, que no me parece exagerado, han sido de mi agrado tanto para estar tecleando, en el gimnasio o, simplemente, durmiendo o relajado.

Antes de pasar a la pantalla y sus datos, debo decir que las dimensiones de la misma son idénticas a las de la primera generación, pero cambia de posición. 

En el primer Watch estaba algo hacia arriba, dejando una barbilla extremadamente ancha. Ahora esa barbilla sigue presente, pero la pantalla está centrada en el dispositivo, y es algo que agradezco

Formato cuadrado que se ve muy bien en el día a día

Aunque ha cambiado de posición respecto a la primera generación, la pantalla es exactamente la misma, o muy similar al menos, que la que vimos en la anterior generación.

Es un panel LCD de 1,4″ en formato cuadrado. Parece poco, pero realmente no está mal y vamos a poder ver notificaciones, mensajes y menús perfectamente.

La resolución es de 320 x 320 píxeles con 323 píxeles por pulgada, una cifra que está realmente bien, sobre todo en un dispositivo de este estilo.

La sensibilidad del panel es bueno y las animaciones entre pantalla y pantalla acompañan para que la experiencia sea buena. Y al verdad es que esta semana de uso no he tenido ningún problema a la hora de interactuar con el panel, incluso bajo luz solar intensa.

En la primera generación había algunos problemas de visualización con luz intensa, pero con el brillo al 60% en todo momento, no he tenido queja alguna para ver los datos del reloj en exterior un día soleado a las 19 de la tarde. 

Con el brillo al 100% la visualización es perfecta, pero esto es algo que vamos a tener que regular manualmente porque no tenemos sensor de brillo. Ahora bien, y este detalle me ha gustado mucho, para controlar el brillo no vamos a tener que navegar entre menús.

Simplemente, si estamos en la pantalla principal nos desplazamos hacia la izquierda para entrar en el menú de ajustes rápidos y, además de poder activar/desactivar el modo no molestar o el levantar para encender, vamos a poder cambiar el brillo dando toques al icono correspondiente.

Esto me ha gustado bastante porque hace que la experiencia de cambio de brillo no sea tediosa, pero hay un par de detalles que mejoraría de cara a una futura generación.

Por el precio que tiene el dispositivo, 55 euros a la hora de escribir este análisis, considero que el panel debería ser AMOLED. Es algo que ya tiene la Band 6 de Huawei por solo cinco euros más, así como la Mi Band 6, aunque con otro formato de pantalla.

Y también me gustaría poder activar la pantalla con uno o dos toques en el panel, ya que el único modo de hacerlo es pulsar en el botón o girando la muñeca. Esto es una petición menor, no obstante, pero el panel AMOLED sí es importante tanto para mejorar la visualización, que ya es muy buena, como el consumo energético.

Rendimiento fluido con funciones limitadas en el reloj y en la app

Y si en el brillo vemos una mejora, en el sistema también hay interesantes, e importantes, novedades. No esperéis un cambio total en funciones porque vais a encontraros las mismas, pero sí hay una mejora notable en la experiencia de usuario.

El control es muy sencillo, ya que todo se basa en desplazamientos y, en última instancia, algún toque al botón lateral.

La pantalla principal es el reloj, obviamente, que vamos a poder personalizar con diferentes esferas. En el reloj ya tenemos algunas instaladas que cambiamos manteniendo una pulsación larga, pero en la app del móvil tenemos algunas más divididas por categorías.

No son esferas interactivas, ya que si una muestra los pasos o las calorías consumidas, simplemente es informativo, ya que si pulsamos encima del icono no pasará nada ni se ampliará información. 

Si nos vamos a la izquierda tenemos un menú de ajustes rápidos que es de lo más útil y del que ya hemos hablado. 

Y si pasamos hacia la derecha tenemos el control de la música del smartphone, datos de movimiento, el clima (que no he logrado sincronizar porque el iPhone parece que no da la localización exacta a la app de realme) y un gráfico con las pulsaciones.

Si desde la pantalla principal tiramos hacia abajo, desplegamos las notificaciones. Solo vamos a poder leer y no contestar ni ampliar información. Tampoco vamos a poder ver emojis, stickers ni fotos, pero es útil para no sacar el móvil del bolsillo. 

Y, evidentemente, no tenemos micrófono, por lo que no podremos mandar audios ni contestar llamadas, pero sí vamos a poder rechazar o silenciar las llamadas entrantes al móvil. Esto me gusta.

Si tiramos hacia arriba se despliega el menú de ‘widgets’ Podemos verlo en forma de lista o por iconos y todo responde bien, rápido y de manera precisa. 

Hay datos y registros que vamos a poder mirar en el Watch 2 como el de sueño o el del ejercicio, y también vamos a poder cambiar algunos ajustes de configuración, pero hay cosas para las que debemos ir al teléfono.

Desde la app realme Link, que funciona en iOS y Android, tenemos algunas estadísticas ampliadas (tampoco mucho) del entrenamiento y el sueño, así como diferentes gráficos para los más curiosos. Eso sí, no esperéis la complejidad y el detalle de la app de Huawei, por ejemplo. Hay que seguir trabajando en esto, realme.

La app en el iPhone está en inglés y es desde donde vamos a poder cambiar deportes, elegir notificaciones o programar avisos de salud (bebe agua, levanta el culo, etc).

Es simple, pero funciona y al nivel del que estamos hablando, creo que no hace falta mucho más. 

Y, como extra, vamos a poder usar el Watch 2 como disparador de la cámara del móvil. Si los dispositivos están enlazados y abrimos la app de cámara, vamos a poder hacer una foto con el Watch 2 como control remoto. 

Esto es algo que ya estaba en la primera generación y en otros dispositivos y para un uso muy puntual, funciona bien.

Más de 90 deportes en el móvil, ya que en el reloj solo podemos tener 10

En el apartado deportivo también tenemos un avance notable respecto a la primera generación. Y es que, de los 14 modos deportivos del primer Watch, pasamos a 90 deportes.

Tampoco necesitamos tantísimos, pero está claro que los 14 del año pasado se quedaban muy cortos.

En el reloj solo tenemos unos pocos y, por ejemplo, seguimos teniendo ‘grillo’ (me parece increíble que sigan traduciendo ‘cricket’ literalmente), yoga, fútbol, correr en exteriores, ciclismo o entrenamiento de fuerza (que es el que se acaba convirtiendo en el cajón de sastre en el gimnasio).

Es una lista de 10 deportes accesibles desde el reloj, pero desde el móvil tenemos el resto hasta completar los 90 y hay que elegir manualmente cuál metemos y sacamos de la lista de 10 del Watch 2.

Habría estado bien que todo eso estuviera en el propio dispositivo, pero bueno, al final para muchos de nosotros es una configuración inicial que no tendremos que tocar en semanas.

La medición deportiva me ha parecido buena en general, al nivel de las opciones de Xiaomi y Huawei en lo que a recuento de pasos y pulso se refiere. El control de calorías es puramente orientativo y es algo que no me molesta, pero seguimos sin multitarea y sin poder enlazar ejercicios.

Excepto pocos casos, como el Apple Watch o el Huawei Watch en los que podemos crear largas sesiones de entrenamiento multiejercicio, en el resto de relojes vamos a crear varios entrenos si tenemos una sesión de gimnasio, todos individuales.

Por ejemplo, haríamos una medición de elíptica, otra del ejercicio que toque ese día y otra para caminar o correr en cinta. Son tres (en mi caso) sesiones separadas que podrían unirse si la app nos dejara poner en pausa un ejercicio para elegir otro de la lista y crear, como digo, una sesión multiejercicio.

No es algo tan grave, pero lo que no me gusta nada es que no vamos a poder controlar la música mientras entrenamos. Es decir, si estamos monitorizando un entrenamiento, solo estamos haciendo eso. Y lo mismo pasa si ponemos un cronómetro, por ejemplo.

Creo que es esencial poder desplazar la pantalla mientras entrenamos para controlar la música, pero seguimos sin esa funcionalidad básica.

Una semana usando todas las funciones a nuestro alcance

La autonomía es un punto crucial en cualquier dispositivo y las pulseras cuantificadoras, inteligentes o como queráis llamarlas marcan una diferencia respecto a la mayoría de los smartwatches, precisamente, por su autonomía.

En este caso realme promete 12 días de autonomía, pero debe ser en una situación de uso muy controlado porque yo no he llegado. Me he quedado en los siete días y medio

Ahora bien, os voy a contar cómo tengo configurado el Watch 2:

  • Brillo al 60% en todo momento
  • Levantar y activar
  • Vibración suave para notificaciones (hay un modo intenso)
  • Modo no molestar por la noche
  • Monitorización del ritmo cardíaco cada 5 minutos (es lo mínimo que puedes seleccionar)
  • Todas las notificaciones del teléfono

He hecho cuatro sesiones deportivas esos días y da igual que hagas una que use el GPS porque, como no tiene GPS integrado, usa el del móvil y, en todo caso, la batería que se consume es la del teléfono. 

También lo he llevado puesto al dormir y he hecho unas cuatro mediciones manuales de oxígeno en sangre. Por cierto, esta medición es manual y siempre he estado por encima del 95%, que es lo recomendado.

Es decir, no he hecho un uso conservador, pero tampoco el más intensivo que podría hacer, ya que podría haber hecho una sesión diaria de deporte (ahí mide en tiempo real el ritmo cardíaco), poner la vibración en el nivel intenso o llevar la pantalla con el brillo al 100%.

De la manera…

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