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recuerdos de un duelo a muerte y dos armas históricas a subasta – Titulares

El 2 de abril de 1920, un disparo conmocionó a la sociedad uruguaya: el congresista Washington Beltrán salió sin vida del duelo que lo enfrentó con el expresidente José Batlle y Ordóñez, quien allí se defendió de un editorial periodístico traicionero. Esas históricas pistolas están ahora a subasta.

La cancha de Central Park, Sede nacional de fútbol, sirvió de escenario para el combate armado entre rivales políticos que marcó un hito en la historia de Uruguay.

Hasta entonces, el Código Penal Prohibió pelear un duelo -aunque se practicó-; desde la impugnación Beltrán-Batlle, se reguló por la ley 7.253 -que se mantuvo vigente por 72 años, hasta 1992-.

De la rivalidad a la tragedia

PARA 25 pasos Los dos disparos fueron hechos desde el encuentro que, según el periodista y escritor uruguayo Diego Fischer, como fue «primera sangre» terminaría con la primera lesión menor.

Las pistolas utilizadas en 1920, en un duelo que terminó en muerte. Foto: EFE

Sin embargo, la bala disparada por Batlle y Ordóñez (1856-1929), líder del sector Batllista del Partido Colorado (PC) y fundador del diario El Día, había una trayectoria más precisa el de Beltrán (1885-1920), diputado por el rival del PC, Partido Nacional (PN), y fundador del diario El país.

«Batlle era un tirador experto y Beltrán era un hombre que nunca había empuñado un arma de fuego, era un experto en esgrima pero como Batlle era el ofendido, era él quien tenía derecho a elegir las armas ”, explica Fischer, autor de la novela histórica sobre el duelo, titulado «Qué peluquín.»

Ese fue, señala Fischer, el título del editorial que originó el conflicto, ya que en él Beltrán agredió al presidente en dos ocasiones (1903-1907 y 1911-1915) con calificativos como «campeón del fraude» para defender al PN de las críticas lanzadas desde el lado del ‘colorado’ Batlle.

Las pistolas del presidente

Con un precio base de $ 2,500, se pondrá a subasta este viernes en Montevideo, junto a otros objetos históricos, dos pistolas de práctica que, según se detalla en el catálogo de la casa de subastas Zorrilla, son de origen belga, marca Flobert y de calibre nueve milímetros.

Si bien, como señala el subastador y director de la casa de subastas, Sebastián Zorrilla, no existe documentación fotográfica que lo acredite, estas armas son las reconocidas por Fischer como los utilizados en el duelo ya centenario.

Fotografía cedida por la empresa Zorillo Subastas de un detalle de una de las pistolas.  Foto: EFE

Fotografía cedida por la empresa Zorillo Subastas de un detalle de una de las pistolas. Foto: EFE

Según el autor, la evidencia de esto surgió en la investigación que hizo para su libro hace 11 años, cuando pudo constatar que el jefe de Estado en el momento del duelo, Baltasar Brum (1883-1933), estrecho colaborador de Batlle, donó las armas.

Fue así que, en contacto con la familia Brum, la autora entregó, en el apartamento del ya fallecido sobrino nieto del expresidente Conrado Hughes, las armas que serán subastadas y que, mediante testimonios recogidos, Fischer confirma como la los mismos del duelo.

Otro sobrino nieto de Brum ratificó esta versión y agregó que esas pistolas son las mismas «que se presentaron en el duelo con Herrera», en alusión a la que guardaban en 1922 el ‘colorado’ y el ‘blanco’ Luis Alberto de Herrera –bisabuelo del actual presidente uruguayo, Luis Lacalle Pou-, sin consecuencias para ninguno de ellos.

Pistas forenses

Otro factor importante, dice el periodista, es que los informes de la autopsia de Beltrán describen un agujero de bala en forma de «estrella» y el cañón de las pistolas, con mangos de madera tallada, es octogonal.

Este aspecto es señalado en un artículo publicado en 2011 por los médicos forenses Guido Berro y Antonio Turnes, quienes, con las denuncias del caso, realizaron una histórica autopsia de Beltrán. En él, el aspecto «estrellado» del agujero de bala les llamó tanto la atención que no podían descartar «que el proyectil tuviera alguna peculiaridad o atipia».

Ahora, poco más de un siglo después, esas pistolas que ellos «dispararon» una ley que sobrevivió más de siete décadas y cuyo final llegó por su carácter «anacrónico» y «ajenos a las actuales pautas de convivencia».

El autor es periodista de EFE

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Fuente: Clarin.com

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