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Reducción de oxígeno en el mar podría provocar extinción masiva – 20/04/2022 – Ciencia Fundamental / Brasil

Todos conocemos instintivamente la importancia del oxígeno para la vida en la Tierra. Los humanos y los animales terrestres no solo necesitan este gas para vivir, sino que, como sabe cualquier aficionado a los acuarios, es importante mantener el agua bien oxigenada para que los animales marinos puedan prosperar. Sin embargo, tenemos evidencia de varios momentos en la historia previa del planeta cuando los océanos sufrieron falta de oxígeno, y algo similar está sucediendo hoy.

Estos episodios se denominan Eventos Anóxicos Oceánicos y suelen estar marcados por la extinción masiva de varias especies marinas. Sus causas son variadas, pero en general implican el aumento de las temperaturas medias del globo y la cantidad de nutrientes arrojados al agua del mar. El oxígeno es más soluble en aguas más frías, por lo tanto, un calentamiento de los mares hace que la concentración de este elemento disminuya.

En cuanto a los nutrientes, si son excesivos provocan un fenómeno conocido como «marea roja», que se produce cuando una enorme masa de organismos simples como las algas es atraída por la abundancia de alimentos en las aguas superficiales. La abundancia de algas produce una especie de manta en la superficie del agua de mar que acaba impidiendo que la luz del sol llegue a las aguas más profundas, donde varios organismos dependen de ella para sobrevivir.

Se han producido aumentos de temperatura y nutrientes en el pasado geológico debido a diversos factores naturales. Uno de los principales es la intensificación de la actividad volcánica en períodos específicos de la historia de la Tierra. Cuando las placas tectónicas se están separando, experimentan un adelgazamiento en la región de separación que termina provocando la ruptura de supercontinentes como Pangea. Este adelgazamiento permite que una cantidad considerable de calor del manto sea expulsado en estas zonas, generando una enorme actividad volcánica.

Cuantos más volcanes activos, mayor es el volumen de gases como el CO2 expulsados ​​a la atmósfera, provocando un efecto invernadero y elevando las temperaturas globales. Al mismo tiempo, las rocas volcánicas en las zonas de adelgazamiento de placas son particularmente ricas en nutrientes como el fósforo. Si muchas de estas rocas quedan expuestas a la superficie de la tierra, sufren un desgaste y una erosión acelerados, y los ríos y los vientos transportan el exceso de fósforo y otros nutrientes a los mares.

Volviendo al comienzo de este texto: en los últimos años, un fenómeno similar ha estado ocurriendo en diferentes partes de los océanos alrededor del mundo. Las denominadas Zonas de Mínimo Oxígeno se han ido expandiendo a altas tasas, produciendo la muerte de innumerables organismos en las zonas costeras de varios continentes, y afectando directamente no solo al ecosistema marino, sino también a las comunidades pesqueras cuya supervivencia depende de estos ecosistemas.

¿Por qué las zonas de bajo oxígeno son cada vez más grandes? Las razones no difieren de las anteriores: cambios climáticos concomitantes con un aumento en el nivel de nutrientes en los océanos. Pero, como usted, lector, ya puede imaginar, ahora nosotros somos los responsables de este fenómeno. La gigantesca cantidad de CO2 lanzada a la atmósfera desde la Revolución Industrial ha dado lugar a cambios climáticos muy importantes que afectan directamente a la solubilidad del oxígeno en el agua de mar. Y los desechos y basuras generadas por el ser humano, ricas en nutrientes, dan lugar a mareas rojas antropogénicas.

Investigando el pasado geológico, podemos identificar varios momentos en los que el aumento de la temperatura y la cantidad de nutrientes, debido a factores naturales, llevaron a extinciones masivas, ya que la ausencia de oxígeno y luz solar sacudió las cadenas ecológicas marinas. Solo nos queda saber leer estas advertencias de otras épocas y evitar que las acciones humanas desemboquen en catástrofes similares en un futuro próximo.

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Fabrício Caxito es profesor de geología, investigador principal del proyecto GeoLife MOBILE y filósofo de la UFMG.

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Noticia de Brasil
Fuente: uol.com.br

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