Olavo, no el Capitán Nascimento, ambos interpretados por Wagner Moura, es el personaje adecuado para consolarnos en este momento de desesperanza. Perverso, sin dolor en la conciencia, el tipo tiene que recordarnos que hasta para ser un villano hay que ser divertido, cualidad que le falta al malvado favorito actual de casi el 30% de los brasileños.
Más que eso, la telenovela de Gilberto Braga y Ricardo Linhares proyectada en 2007 y que nunca se repite en televisión (ni siquiera en Vale a Pena Ver de Novo), tuvo la hazaña de llevar a un público conservador a enraizar a la prostituta en la trama. Vale que este mérito también le pertenece a Camila Pitanga y al propio Olavo, que se esforzó tanto en negar su amor por la trabajadora sexual, humillando a la criatura, hizo que la audiencia la enraizara.
“Tengo catigues”, le gustaba decir a la niña, involuntariamente divertido. La expresión fue una creación de Chico Díaz, el proxeneta de Bebel.
Ahora que lo pienso, ya no sé si esta audiencia era de hecho tan conservadora. En las elecciones presidenciales más recientes, nuestra segunda vuelta fue un duelo ganado por Lula contra José Serra, ambos dignos de las “ilusiones” de quienes ven el comunismo hoy en todo lo que se opone a lo que hay por ahí.
En esa ocasión, entre una escena de Bebel y otra de Marion, la madre de Olavo, a quien tomó el niño, escuchamos insights de Daniel (Fábio Assunção) sobre los riesgos de uberización de todo tipo de trabajadores. La expresión, por supuesto, no existía, pero el tema afloraba sutilmente, en los enfrentamientos entre él y Olavo, quien codiciaba la presidencia de su tío, Antenor (Tony Ramos), quien admiraba al otro chico, con quien no era pariente. .
Olavo, el director financiero de la empresa, entró en conflicto con Daniel por los costos de nómina y sugirió la subcontratación de todo tipo de servicios, ante el desafío razonado del adversario.
¿Cuándo vamos a ver un debate sobre esto en una telenovela actual (o cuando vuelvan las telenovelas)? No hay ninguna razón para tener expectativas.
Pensándolo bien, caminamos un poco hacia atrás.
Pero nada de esto forma parte de la trama central de la novela, dibujada por las gemelas Paula y Taís, roles de Alessandra Negrini. Como en “Um Lugar ao Sol”, la próxima telenovela de Globo TV, de Lícia Manzo, los gemelos no sabían de la existencia del otro. Y al igual que en “Mulheres de Areia”, de Ivani Ribeiro, uno era fresco, casi inmaculadamente santo, y el otro era una plaga.
Gilberto Braga pensó en Cláudia Abreu para los dos personajes, y ella incluso estuvo de acuerdo, pero terminó renunciando a la invitación porque quedó embarazada.
Asimismo, Bebel tenía a Mariana Ximenes como primera opción de los autores, y Olavo luego sería Selton Mello, ambos ahora curiosamente emparejados en “Nos Tempos do Imperador”, de Alessandro Marson y Tereza Falcão.
La dirección general fue Dennis Carvalho, siempre presente en las telenovelas de Braga, con José Luiz Villamarim, actual director de dramaturgia televisiva de Globo.
Será un placer volver a ver a Bebel y Olavo, alguien capaz de matar a una persona como lo harías con una cucaracha, y seguir burlándose de la persona muerta, por muy cerca que esté el cadáver.
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Noticia de Brasil