Después de trabajar durante muchos años para la comedia musical de la calle Corrientes -para describir este género escénico de manera general- el coreógrafo Ricky Pashkus se embarcó más recientemente en un camino hacia las danzas autóctonas y la tierra misma.
En 2015, la Secretaría Federal de Medios Públicos encargó a Ricky Pashkus la organización de “Argentina baila”, un concurso para bailarines folclóricos de todo el país. En 2018 creó los Premios Chúcaro, para promover la profesionalización de los artistas folclóricos. Y este año lanza «Germinart, Incubadora de proyectos escénicos folclóricos».
El programa consta de un grupo de especialistas que acompañan la elaboración de proyectos coreográficos seleccionados. Los coreógrafos elegidos recibirán un formación en dramaturgia, música, video danza, maquillaje, vestuario e iluminación. No necesariamente estos proyectos tendrán que salir a escena, porque Pashkus está interesado en otra cosa: impulsar la creación folclórica hacia formas más relacionadas con lo que él llama “la industria cultural”.
Empleado. Ricky Pashkus encontró un nuevo mundo en el folclore. Foto Juano Tesone
Capacitación gratuita
Un aspecto a destacar es que esta formación será totalmente libre para los participantes, gracias al Patronato del Ayuntamiento. El mecenazgo, aclaremos, es un plan de apoyo económico a proyectos artísticos de empresas privadas a cambio de exención de impuestos.
«A diferencia de los festivales y las recompensas del folclore», dice Pashkus, «que privilegian la tradición y lo genuino, Los Premios Chúcaro enfatizan el concepto del espectáculo. Mi equipo y yo pensamos que es importante trabajar en aspectos narrativos e instalados en la teatralidad; aunque sé que «teatralidad» es un término discutible.
-¿Por qué sería debatible? Durante mucho tiempo, el folclore argentino y el de tantos otros países han tenido manifestaciones escénicas.
– Es muy personal lo que te voy a decir. No vengo del folclore, pero a partir de cierto momento comencé a viajar mucho gracias a él. Y hay algo que no tiene buena resonancia en ambientes folclóricos: cuando un espectáculo de este género se asocia al teatro comercial. Sin embargo, Chúcaro y Norma Viola lograron cambiar esto sin entrar en ninguna fisura. No tiene sentido hablar de las obras de Chúcaro, que son muy buenas para mi gusto, en cuanto a si son fieles o no a los pasos originales.
Pero por otro lado, sabemos que hoy en día existen grupos folclóricos que aparecen en programas de televisión internacionales y son criticados porque se cree que han roto ciertas barreras. No sé si me equivoco, pero siempre les digo a los bailarines que si aprenden otras técnicas, como el ballet o la danza contemporánea, no perderán sus raíces. O que otro tipo de inserción laboral, o entrar en la industria cultural, no les va a perjudicar.
Ricky Pashkus, con bailarines de todo el país.
El Chúcaro, un precursor
El Chúcaro fue un creador en el mundo de la danza folclórica, en alianza con Norma Viola.
-Has mencionado a Chúcaro y seguro recordarás que lamentó haber agregado boleadoras a su malambo y lo explicó como una necesidad de competir con las plumas, los brillos y las colillas de las vedettes de las revistas porteñas en las que trabajaba. Entiendo que se esté preguntando cuándo o cómo algo deja de ser genuino.
-Insisto: no vengo del folclore y por eso me hago preguntas. Viajando tanto por dentro veo que la colocación laboral es un problema candente para los bailarines folclóricos. Hay algo que predico mucho: que a los bailarines en los festivales se les presenta su nombre y apellido, como se nombra a los cantantes y músicos. Para mí ambas cosas están relacionadas.
Y por otro lado, el folclore reúne todo: heterogeneidad de cuerpos, diversos modelos culturales, rostros inesperados. Nadie te dice «no puedes con esa cara». Pero como no tengo liderazgo en ese mundo, no puedo evitar cuestionarme.
El espectáculo famoso y ya mítico Tango argentino, de Claudio Segovia y Héctor Orezzoli, estrenada en 1983 en París, representa un modelo para Ricky Pashkus.
«Nadie puede negar eso Tango argentino logró generar trabajo para todos: las milongas, los bailarines y los maestros se multiplicaron. Me gustaría mucho hacer con danza folclórica lo que hizo Segovia en Tango argentino. Sus bailarines tenían «verdad», eran genuinos; pero Claudio Segovia y Orezzoli les dieron glamour ”.
A Ricky Pashkus le gustaría lograr con el folklore un fenómeno similar al «Tango Argentino». Foto Juano Tesone
-¿Cómo surgió esta inmersión tuya, quizás inesperada, en el mundo de la danza folclórica?
-En 2015, el Sistema Federal de Medios Públicos propuso realizar un programa de televisión con contenido de danza. Me llaman, pero cuando me entero de que se trata de bailes folclóricos les digo “no, no sé nada de ese mundo; Me van a tirar tomates ”. Me responden “no necesitamos un especialista sino un capitán para dirigir el barco”.
Entonces me rodeé de mucha gente muy buena y guardé silencio sobre los asuntos artísticos. Solo tomé decisiones sobre la velocidad, que es importante en la televisión, y también que había algo de entretenimiento. El programa tuvo mucho éxito, una buena calificación sobre todo en el interior, y viajé por todo el país.
En todas partes, desde las capitales de provincia hasta las ciudades más pequeñas, entendieron de qué estaba hablando. Toda esta experiencia me obligó a escuchar mucho más ya reconocer mis límites; También conocí gente muy generosa, muy amplia y muy alejada de los estereotipos que yo había creado. Finalmente, Modifiqué el concepto de patria entendido en el sentido solemne que nos enseñan en la escuela. Descubrí que patria significa la defensa de una vida digna en el suelo donde naciste.
Información
Para inscribirse al proyecto Germinart: Premios Chucaro (Facebook) y Premioschucaro (Instagram). Fecha límite de inscripción: 30 de julio.
WD
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Fuente: Clarin.com