En los videos, se les ve con el rostro cubierto. Uno lleva una máscara de fiesta de plástico. Todos están armados y señalan a los empleados, les gritan, pero no los golpeen. Llevan bolsas grandes, donde ponen el jugoso servir: 5 millones de pesos y dos armas calibre 45.
Las escenas se parecen a las de una típica película de asaltos. El golpe de Estado, cometido por al menos cuatro ladrones, se llevó a cabo la mañana del viernes en una tienda de abarrotes mayoristas y minoristas de la localidad de Villa Gobernador Gálvez, en el sur de Gran Rosario. Ellos eran malos algunos minutos.
El ataque se llevó a cabo a las 6:45 am, minutos después de la apertura de la tienda. En las cámaras de seguridad comerciales, se ve a los miembros de la banda llegar en un vehículo utilitario rojo de la marca Kangoo. Posteriormente, los vecinos indicaron que habían visto el vehículo un poco antes, dando vueltas por el lugar.
«Estaban organizados, ellos sabian todo. Tenían bolsas grandes. Estaban preparados ”, dijo Rubén, empleado de la tienda de abarrotes“ Lo mejor ”, ubicada en la esquina del 3 de febrero al 17 de octubre.
Los investigadores estiman que la banda tenía datos precisos. Quién sabía el valor aproximado que estaba en su lugar, una cifra millonaria que sería producto de colección de varios días. Resueltos, se ven descendiendo de la utilidad y forzando el ingreso de los empleados que ubicaron la mercadería en el exterior.
Una vez dentro, buscaron directamente la oficina donde ya se encontraba un empleado administrativo. Estaba el Caja fuerte que dentro tenía el dinero y las dos armas.
Uno de los atacantes permaneció en la parte superior del automóvil, listo para huir tan pronto como terminara el robo.
“No eran violentos en absoluto. Nos restringieron y nos atacaron. Nos portamos bien porque de lo contrario puede terminar mal“El funcionario local admitió.
En los registros se observa cómo los delincuentes recogen a los empleados en el interior para que no se escapen ni adviertan sobre la situación. Los trabajadores tienen las manos en alto. Con el encargado de administración fueron ocho en total. No hubo clientes. Nadie fue herido.
Antes de huir, los ladrones pidieron a los empleados que se quedaran en el interior. Ni siquiera se molestaron en atarlos. «Nos dijeron que nos quedáramos adentro y salimos corriendo», dijo el testigo.
Actualmente no hay reos y no se ha encontrado la utilidad utilizada para llevar a cabo el robo millonario.
LM
