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¿se viene un dólar soja 4?

Como se anunció originalmente, entramos en la antesala de las últimas rondas de vigencia del “Agro Dólar” vigente hasta el 31 de mayo en el caso de la soja. “Economías Regionales” seguirá vigente hasta el 31 de agosto, aunque en todo caso el grueso liquidado corresponde a las oleaginosas.

Las incógnitas que cada vez son más frecuentes son si se cumplirá la meta propuesta, si realmente este esquema fue exitoso¿Qué pasará después del 31 de mayo?cómo se producirán las liquidaciones, cuál podría ser la dinámica cambiaria del Banco Central después de esta edición. Aquí intentaremos dar un breve análisis de cómo podrían desarrollarse estas variables.

Se avizoraba un esquema con sus rigideces por cómo se venía cotizando la soja en días anteriores y que la mejora en el precio en pesos probablemente sea menor a lo que esperaban los productores. Esto despertó cierta frustración y hasta enfado al conocer los primeros precios ofrecidos por el sector exportador que, a ojos de la oferta, generó poco agrado.

Con el pasar de los días, la comercialización fue poco lubricada hasta principios de mayo, cuando los precios comenzaron a aumentar por el lado de la oferta, con el fin de “quitarse” los pesos y al mismo tiempo lograr una originación más fuerte.

¿Por qué la necesidad de descargar pesos? Porque ya se habían liquidado las divisas a $300 y faltaba comprar la mercadería para finalizar la transferencia. No es un hecho menor.

Mientras tanto, el Banco Central logró acumular reservas pero «a gotas». Así lo indica claramente el porcentaje de divisas que la autoridad monetaria logró retener en sus arcas en comparación con las divisas líquidas. A priori, se le escaparon muchos dólares en el Mercado Único Libre de Cambios.

Por eso, si bien esta edición del «Dólar Soja» (rebautizado como «Dólar Agro») no fue significativa en términos de acumulación, sí lo fue como refuerzo que evitó una fuga de divisas escala más grande. Por tanto, no tuvo éxito en la acumulación, pero sí permitió un «ahorro» de reservas.

En las ruedas que quedan, salvo alguna cita extraordinaria a la dinámica actual, es probable que siga en esa racha, habiendo comprado poco respecto a ediciones anteriores. Incluso en términos nominales, ha comprado US$746 millones netos frente a US$2.326 millones y US$4.980 millones, en el Dólar Soja 2 y 1, respectivamente.

En cuanto a la meta establecida de US$5.000 millones a cumplir a fines de mayo, todo indica que no se podrá cumplir. Hasta el 23 de mayo se habían liquidado US$3.202 millones, por lo que significaría, en promedio para las ruedas restantes, estar liquidando US$450 millones diarios, es decir, 307% más que el promedio diario de esta edición.

¿Viene un dólar de soja 4?

El gran interrogante para el mercado es si un «nuevo» tipo de cambio diferencial está en camino. Por ahora se ha mantenido en el ámbito de los rumores y comentarios, pero sin datos oficiales que nos aclaren el panorama. Se habla de una posible ampliación de esta edición, otros de un posible “Corn Dollar”, etc.

Sin embargo, es importante señalar que la posición de soja a junio de 2023 tenía un precio de US$ 388 por tonelada, mientras que el precio de la soja disponible (que se vende bajo el esquema “Dollar Agro”) tiene un precio de US$ 340 por tonelada. YEsto implica que por una diferencia de nueve días, el mercado asigna un carry al valor de la soja de US$48. ¿Por qué este fuerte diferencial?

Todo indica que el mercado descuenta que el ‘Agro Dólar’ efectivamente terminaría el 31 de mayo y por eso la soja cotiza con prima en una posición que está a pocos días de entrar en vigencia. De este modo, la soja sube en dólares para tratar de sintonizar cuál sería el valor en pesos de la soja que el mercado cree consistente (Algo similar pasaba antes después de cada esquema, donde se “inflaba” la soja, como se comentó anteriormente en la columna “Productores y exportadores no se ponen de acuerdo en el precio: ¿Se acaba el dólar agrícola?”).

La experiencia reciente nos dice que mientras no se ofrezca un tipo de cambio diferencial, las liquidaciones en el sector afectado caen fuertemente. Si a esto se suma la incertidumbre electoral, será difícil que los productores se desprendan de divisas.

Ahí es donde es probable que veamos un Banco Central cuya situación cambiaria empeore y agregue fragilidad al ya deteriorado escenario cambiario, cuyas reservas netas se acerquen a valores negativos de alrededor de US$1.550 millones. Es en esta coyuntura que cobra fuerza la idea de otro tipo de cambio diferencial.

Esto será clave para monitorear, ya que el mercado entendió que cuando “queman las papas”, el Banco Central ofrece un tipo de cambio más competitivo para evitar la fuga de divisas o para acumular reservas, en el mejor de los casos.

Todo apunta a eso la intención es evitar la devaluación (vía salto discreto), aunque, ¿No estamos hablando ya de devaluaciones segmentadas? Mientras tanto, el Agro Dólar se está quedando sin tiempo, y las reservas del Banco Central.

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Fuente: iprofesional.com

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