Alejandro Casavalle: Conocí a Amaranta en un festival en Costa Rica y años después me pasó una obra escrita con Itsa Pascual. Me gustó tanto que hicimos una lectura, y desde entonces ellos y las actrices me pidieron que lo subiera al escenario, pero no encontré la oportunidad. En una pandemia lo entendí, me conmovió, sentí que tenía que hacerlo. Esta obra habla de encierro y aislamiento, y también Agustín Alezzo murió en una pandemia.
P .: ¿Cómo te conectó esa pérdida con Hedy Crilla?
C.A: Comencé a hacer teatro a los 14 años. Subía las escaleras del estudio de Alezzo en la calle Jean Jaures y veía la foto de Hedy Crilla sin saber quién era. Hasta que Alezzo nos contó anécdotas sobre ella y lo que representaba. Fue la gran maestra de mis maestros, Augusto Fernándes, Hugo Urquijo, Lito Cruz. Hedy Crilla, quien escapó de Austria durante el nazismo, vivió más tarde enseñando y dirigiendo a niños, tal como lo hizo el personaje de la obra en los campos de concentración enseñando teatro. Las partes comenzaron a unirse a mí y luego pude razonar al respecto. El motor de Hedy Crilla era hacer teatro para seguir viviendo. A ella le dedico el programa porque fue mentora de mis maestros, que terminaron yendo con la pandemia.
P .: ¿Qué te vincula con el Holocausto?
C.A: La Shoa es el tema de todos. Hablé con sobrevivientes e hijos de sobrevivientes en un contexto de aislamiento. Lo hicimos por zoom. Les dije a los autores que tenemos una comunidad judía muy fuerte, con la que estoy relacionado desde Nacional 17, luego trabajé en salones haciendo Bar y Bat Mitzvah, era más judío que todos, en mi colegio compartía con Damián Dreizik y los Hochmans. La comunidad judía me abrazó, con una relación cultural que admiro.
P .: ¿Qué encontraste en la investigación para construir la obra?
C.A: El campo de Terezín no es tan conocido. Auschwitz tiene más publicidad porque es más oscuro pero Terezín fue el lugar donde los nazis hicieron propaganda con los artistas para demostrar que tenían cuidado en ese campo. Uno de los documentales que se filmaron allí y que se puede ver en YouTube muestra el horror de ese lugar. Sin embargo, el director del documental lo hizo para sublimar el dolor, porque era lo que supo hacer y no se dio cuenta de que estaba siendo funcional al nazismo. Varios niños a los que el protagonista de la obra dio clases de teatro dijeron que ella les había salvado la vida. Otros terminaron en Auschwitz.
P .: ¿Cómo surgió la propuesta de almorzar antes o después de la obra?
C.A.: Elegí el teatro como siempre lo hago. El Extranjero está en el corazón de Once y pongo el domingo al mediodía para animar el encuentro. Puedes almorzar antes o después de la obra, invita al encuentro que perdimos en una pandemia. Celebro el teatro como un encuentro y esta, paradójicamente, es una historia de aislamiento y encierro. Esto también le sucede al otro personaje, una joven científica que estudia insectos y luciérnagas.
P .: ¿Qué puede decir sobre las artes escénicas pandémicas y este resurgimiento?
C.A: Me sorprende la enorme adaptabilidad del ser humano y eso me devuelve al trabajo a través del gueto. La naturalización de ciertas cosas es fuerte, por ejemplo la tecnología. De adulta no quiero devorar sino convivir y ser parte de esta generación. Es de mis hijas y veo poca tolerancia al fracaso, inmediatez. Explico que no todo es una aplicación, que hay diferentes tiempos, y eso también está en el trabajo, el tiempo de fábrica y el tiempo tecnológico. El teatro es representación y reflexión.
P .: Usted habló del confinamiento en una pandemia como un gueto, ¿qué más piensa al respecto?
C.A: Veo el encierro y el aislamiento también fuera de la pandemia, lo veo con mi celular. Es aislamiento mental, no es lo mismo escuchar o leer un mensaje que intercambiar con otro. Con whatsapp comienza un gran monólogo, esta obra también tiene dos monólogos, y ahí aparecen los beneficios y las miserias. El que lee un mensaje en el celular puede interpretar con un tono diferente. Esto sucede con el aislamiento en las redes, el reinado del algoritmo lleva a que todos vayan a encerrarse.
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Fuente: ambito.com