El mundial de fútbol ya se juega en el barrio Las Heras, territorio rosarino donde Lionel Messi tiró los primeros regates. O en El Torito, el club que vio las pifias iniciales de ángel di maria. Desde hace un par de días, con la euforia de los placeres postergados, la alegría también se ha apoderado de las abandonadas calles de Las Flores, al sur de la ciudad, el lugar donde Ángel Correa – convocado de urgencia por la lesión de un colega – dio sus primeros pasos.
rosario, el cuna de la bandera, parece haber agregado más celeste y más blanco. Respiras en el ambiente. Se ve en las calles. No importa la distancia que separe esta ciudad, a orillas del río Paraná, con Qatar. Las expectativas con el desempeño del equipo dirigido por Lionel Scaloni, un hombre nacido en Pujato, pero también adoptado por Rosario, donde dio sus primeros pasos en el fútbol con la camiseta de Newell’s, son enormes.
En el barrio Las Heras, propiedad del capitán argentino, la fiebre mundialista se ha disparado en los últimos días. Los vecinos decidieron asaltar fachadas, cordones, luces. Cualquier cosa que pueda ser intervenida para enviar un mensaje al otro lado del mundo.
Hay expectación e ilusión. Lo exponen familias enteras que visten la camiseta de la Selección, pero que también provocan el milagro de un cruce insólito en esta ciudad dividida por el fútbol: algunos pasean con la camiseta de Newell’s, pero trabajan codo con codo para embellecer esas calles del sur. con otros que tienen el de Rosario Central. Cosas que puede hacer el Mundial, la Selección y, sobre todo, Lio Messi.
Guirnaldas celestes y blancas recorren las calles y adornan los balcones. Los cordones están pintados en los mismos colores, por supuesto. Hasta los niños andan con la bandera dibujada en la cara. “La idea es ponerle color al barrio”explica con entusiasmo Diego Vallejos, del club El Campito, ubicado en el terreno donde se descubrió la magia del diez.
Pero lo que más impacta, lo que más destaca, son los murales en su homenaje. El barrio se inunda de dibujos que lo retratan.
Una pareja de artistas argentinos residentes en Australia viajó especialmente para reproducir una difundida fotografía que muestra a Lio, de apenas 8 años, vistiendo la camiseta roja del Club Grandoli y una copa con la que se muestra inocente y triunfante.
Los autores de la obra, uno nacido en Córdoba y el otro en Buenos Aires, esperan retratarlo, dicen, después del Mundial con otro trofeo en la mano. ¿Estarán?
La idea es pintar casas, decorarlas y hacer un total de tres murales, además de todos los que ya embellecen el barrio: uno en El Campito, otro en la casa natal de Lio y un tercero a la vuelta de su casa.
El miércoles por la tarde pasó por el barrio Matías Messi, hermano de Lionel. No se bajó de su camioneta, pero habló con todos los vecinos que se le acercaron. Todos insistieron en que trasladara una petición a su hermano, capitán del seleccionado: «Trae la taza, por favor».
Matías tenía planeado viajar a Qatar luego de esa visita al barrio, por lo que la sugerencia puede trasladarse personalmente, aunque el diez tiene claro lo que quiere en la Argentina: lo mismo que él.
El barrio Las Heras se moviliza y las acciones superan la intención de pintar, intervenir y embellecer sus calles y fachadas. En estos días hay encuentros culturales, espectáculos musicales. hasta su lanzamiento una canción en homenaje al más ilustre de los vecinos: «Messi es carnaval».
Rosario, tierra de grietas
La presencia estelar de Messi es simbólica para la ciudad, pero también de Di María. Los chicos que practican fútbol en su primer club lo tienen como referencia ineludible. Se reúnen con las camisetas del equipo seleccionado y durante el certamen tienen previsto hacerlo más de una vez.
El reconocimiento hacia las figuras de Messi y Di María se refleja expresamente en la Fiesta de la Comunidad, el encuentro más multitudinario que ha tenido Rosario en años y que se realiza por estos días. Se proyecta que en esta edición, un millón de personas transitarán por el parque del Monumento a la Bandera, donde se realiza el evento.
En el stand argentino hay un enorme mural pintado por Milena Kustto. Tiene, como no podía ser de otra forma, para marcar la identidad rosarina, las caras de Messi y Di María. Panorámica ideal para tomar una fotografía.
Envueltos en la fiebre mundialista, los organizadores dispusieron diferentes actividades lúdicas relacionadas con el torneo que se desarrolla en Qatar. La ruta propuesta te permite hacerte fan o jugador.
En familia o con amigos, y con los atuendos disponibles para disfrazarse de ferviente seguidor, en un stand se propone animar a la Selección con canciones propias o ajenas. La actividad se graba en un vídeo para que la gente se lleve el recuerdo.
En otro sector, el objetivo es experimentar directamente con el juego. Hay balones, una portería e incluso un árbitro disponibles para simular acciones en un juego.
También es posible llevarse un recuerdo. Los visitantes pueden estampar una frase de la Copa del Mundo en una camiseta, bolso o cualquier objeto de tela que deseen. Quien se acerque con el objeto elegido podrá llevarse el sello imaginado.
La fiebre es general y corre por la ciudad. Lentamente, los vendedores de sombreros, banderas y cintas para el pelo empiezan a mimetizarse con el paisaje habitual. En la zona del Monumento a la Bandera o en las arterias más transitadas de los barrios periféricos.
La ilusión es como la celeste y blanca que inunda las calles de Rosario, la tierra de Messi: crece hora tras hora. Y hay emociones, como el regate del diez, difíciles de parar.
Rosario. corresponsal
mg
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Fuente: Titulares.com