El panorama de las telecomunicaciones en la Argentina se encuentra en un momento crucial, con el 4 de enero de 2026 como fecha límite para definir el futuro del sector. El Ente Nacional de Comunicaciones (Enacom) tiene la responsabilidad de resolver la compleja situación del excedente de espectro radioeléctrico que surge de la adquisición de Telefónica Móviles Argentina (Movistar) por parte de Telecom Argentina.
La fusión, valuada en 1.245 millones de dólares, va más allá de una transacción corporativa, ya que consolidaría a un actor con una cuota de mercado dominante, alterando la dinámica competitiva del sector. Sin embargo, esta operación enfrenta obstáculos regulatorios debido a la concentración de mercado que generaría.
La amenaza de un duopolio en el mercado de las telecomunicaciones es una preocupación latente. La fusión entre Personal (propiedad de Telecom) y Movistar representaría el control del 61% del mercado móvil total, así como porcentajes significativos en banda ancha fija y telefonía fija. La Comisión Nacional de Defensa de la Competencia (CNDC) y otros actores del mercado buscan contrarrestar esta concentración para preservar la competencia genuina.
Enrique Carrier, director de la consultora Carrier & Asociados, destaca la importancia de implementar mecanismos efectivos para mitigar el impacto de la fusión en la competencia y los precios. La preocupación radica en la posible desaparición de un tercer operador con infraestructura propia, lo que podría consolidar un duopolio en el segmento móvil.
A pesar del liderazgo operativo de Telecom Argentina, la empresa enfrenta desafíos financieros significativos. Aunque los ingresos han mostrado un crecimiento sólido, las pérdidas netas se ven afectadas por el contexto macroeconómico argentino y una deuda financiera considerable. La presión financiera requiere una gestión de costos estratégica para mantener la viabilidad a largo plazo.
La gestión del excedente de espectro radioeléctrico generado por la fusión es otro punto clave en el conflicto regulatorio. Mientras el Enacom evalúa la situación, otros actores como Imowi y los ISP independientes buscan reconfigurar el panorama competitivo, enfocándose en áreas desatendidas. La presión de Claro Argentina, que se opone a la fusión argumentando problemas de regulación, añade complejidad al escenario.
Ante la incertidumbre regulatoria, Telecom Argentina ha apostado por la economía de escala como estrategia para potenciar inversiones y competir en un mercado cada vez más desafiante. La unificación de marcas bajo el nombre de Personal busca optimizar costos y procesos, aunque la empresa opera de forma transitoria con la marca Movistar mientras aguarda la aprobación definitiva del regulador.
En resumen, el sector de las telecomunicaciones en Argentina se encuentra en un punto de inflexión con la fusión entre Telecom y Movistar. La concentración de mercado, los desafíos financieros y la gestión del espectro son aspectos cruciales que marcarán el futuro de la industria en el país. La resolución de estos conflictos determinará no solo la competitividad del sector, sino también la calidad y accesibilidad de los servicios para los usuarios.
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