La trágica historia de Esteban Contreras
Esteban Miguel Contreras (44) cumplió con la rutina de todo camionero. Cansado, se bajó a revisar el vehículo antes de tirarse un rato a dormir en la cabina cuando sintió un pellizco en una pierna. No le dio importancia y se acostó, pero al rato empezó a sentirse mal. Terminó internado y, ocho días más tarde, murió. Había sido mordido por una yarará.
El fatídico encuentro con la serpiente
El episodio se registró alrededor de las 3.30 de la madrugada del sábado 13 de diciembre cuando el hombre viajaba hacia Cutral Co, en la comarca petrolera de Neuquén, desde General Cerri, partido de Bahía Blanca, con una carga de motos.
«Cuando venía en viaje, yendo a Cutral Co, se bajó a mirar el camión para acostarse a dormir, sintió que algo lo pellizcó, que lo mordió, pero no le dio bola», contó Oriana (23), su hija mayor, a la radio LU19, mientras todavía su padre se encontraba internado en el Policlínico Modelo de Cipolletti, Río Negro.
La lucha por sobrevivir
Los médicos le hicieron análisis de sangre y así descubrieron que Miguel había sido mordido por una serpiente yarará. Entonces le suministraron un antídoto 12 horas después de lo ocurrido, el cual no elimina el veneno, sino que lo retiene e impide que avance y no afecte más rápido los órganos.
En la clínica también detectaron algo que la familia no sabía, que el paciente padecía de Enfermedad Pulmonar Obstructiva Crónica (EPOC) e hipertensión.
El desenlace trágico
Este domingo al mediodía falleció, según confirmaron desde la familia del camionero, cuyos restos serán inhumados en Bahía Blanca.
La víctima tenía tres hijas de 23, 20 y 16 años. Eran de Río Colorado, provincia de Río Negro. «Descansá en paz, sobrino querido«, escribió Jorge Jara en las redes sociales.
La importancia del tratamiento oportuno
La yarará es una de las especies cuyo veneno puede ser neutralizado con antídotos, pero su aplicación debe realizarse en un tiempo determinado para evitar complicaciones mayores.
El veneno provoca daños graves porque afecta a la coagulación de la sangre, lo que puede derivar en hemorragias y daños en distintos órganos.
Los expertos en toxicología aseguran que, ante la picadura de una yarará, hay un plazo de 12 horas para la aplicación del suero antiofídico. Pero se debe concurrir con urgencia al centro de salud más cercano ya que el suero puede tardar en llegar si se encuentra en una zona retirada.
Conclusiones finales
La trágica muerte de Esteban Contreras nos recuerda la importancia de estar alerta ante la presencia de serpientes venenosas y actuar con rapidez en caso de una mordedura. La pronta aplicación del antídoto puede marcar la diferencia entre la vida y la muerte en estos casos.
