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Un país sin precios: cómo hacen las empresas para sobrevivir entre faltantes y restricciones

Cartas de restaurantes solo con las opciones de men, agencias de viajes que aceptan exclusivamente moneda extranjera, y productos hasta 50 por ciento ms caros entre un comercio y otro. En otras palabras: un pas sin precios. Una situacin que se manifest de manera evidente el lunes posterior a la salida del exministro de Economa, Martn Guzmn -cuando comerciantes sacaron sus remarcadoras apenas despuntaba el sol- y que se ha mantenido en el tiempo.

El problema se presenta en toda la extensin de la cadena de comercializacin, segn lo confirman referentes de los distintos segmentos.

«La inestabilidad y la incertidumbre que est en cada uno de nosotros, tanto comerciantes como consumidores, es parte de lo cotidiano». As define su da a da Fernando Savore, presidente de la Federacin de Almaceneros de la provincia de Buenos Aires (FABA) y vicepresidente de la Confederacin General Almacenera Nacional.

«Hay de todo. Desde el que no te vende hierro, alambre, acero, materiales, porque en realidad no tiene certeza de cul es el precio, hasta la falta de insumos por falta de dlares y por la imposibilidad de importar. Realmente es un problema». Eso afirma, por su parte, Ercole Felippa, presidente de la empresa lctea Manfrey, que tiene sede en Crdoba, cuenta con centros de distribucin propios en Salta, Tucumn, Santiago del Estero, Santa Fe, Resistencia, Rosario y Ciudad Autnoma de Buenos Aires (Caba) y exporta a Chile, Bolivia, Paraguay, Brasil, Estados Unidos, Argelia y algunos pases de la costa oeste de frica.

Una cara del complejo escenario econmico que se presenta en el pas es la falta de materiales. Por caso, Manfrey tuvo que frenar la construccin de un tambo cooperativo robotizado que planeaba poner en marcha entre agosto y septiembre. «Tenemos la estructura y buena parte del equipamiento, pero estn faltando algunos componentes elctricos que no llegan y tuvimos que parar la obra», cuenta Felippa.

Es por eso que el directivo ve en esta crisis diferencias respecto de otras que ya vivi el pas. «Tengo varias en mi espalda, pero cada una tuvo un condimento distinto y nuevo. Por ejemplo, otras veces, cuando haba faltantes de productos, se deba en parte a especulaciones o al temor de no poder reponer mercadera; ahora, directamente, no hay«, resume.

La determinacin de precios es una actividad crtica de una empresa. Cuando son muy elevados en relacin con el valor del producto, el resultado puede ser la prdida irremediable del comprador. Por el contrario, un precio demasiado bajo puede hacer que el bien se asocie a una calidad deficiente. Es por eso que su definicin generalmente est en manos de expertos con visin integral.

«La definicin de precios se ha vuelto muy artesanal», afirma el ejecutivo de una empresa multinacional de alimentos que prefiere no identificarse. Aclara que el mercado al que pertenece la firma exhibe una competencia muy alta, donde no hay jugadores nicos formadores de precios. «Es un mercado diversificado y regionalizado, en el que en distintas zonas del pas hay empresas que son lderes, por ms que haya otras compaas, como nosotros, con mucha penetracin federal», describe.

«La fijacin de precios es estratgica y en ella intervienen muchos factores. Una decisin errnea puede hacer que la empresa tenga serios problemas financieros»
Mara Paula Stornelli, directora de la Lic. en Marketing de la UCA.

Seala, asimismo, que hay distorsiones que impiden disear las polticas de precios de acuerdo con parmetros habituales, debido a las intervenciones del Estado a travs, por ejemplo, del programa Precios Cuidados.

Respecto de la evolucin de los precios de la compaa en funcin del programa Precios Cuidados, seal que termin el trimestre con una suba promedio del 9 por ciento y que el objetivo de la empresa es que la totalidad de los productos -incluidos los que no estn en el plan- puedan cubrir los costos ms importantes, que en el sector son los de transporte, gasoil y los industriales alimenticios y no alimenticios. Advierte, sin embargo, que «en ningn momento la compaa se propuso recuperar lo perdido en 2020 por la pandemia». Y precisa que «la brecha entre los productos con precios cuidados y el resto no puede ampliarse indefinidamente». «Pretendemos que el precio ponderado de todos aumente al menos al ritmo del IPC hacia fin de ao», concluye.

Estratgico

«La fijacin de precios es estratgica y en ella intervienen muchos factores. Una decisin errnea puede hacer que la empresa tenga serios problemas financieros, porque es la nica variable del marketing mix que genera ingresos en forma estricta para la compaa«, explica Mara Paula Stornelli, directora de la Licenciatura en Marketing de la Facultad de Ciencias Econmicas de la Universidad Catlica Argentina (UCA). Stornelli recuerda que no solo se tienen en cuenta los costos, sino tambin los precios de la competencia y la sensibilidad-precio es decir, a partir de qu precio el consumidor abandona la decisin de compra; as como la elasticidad de la demanda en funcin de los ingresos de los potenciales clientes, clculos que se realizan a travs de frmulas de microeconoma.

Sin embargo, la especialista apunta que el contexto econmico convulsionado gener distorsiones. E ilustra con el ejemplo de que un pantaln de jean puede rondar los $ 100.000 cuando el salario mnimo vital y mvil est en $ 50.000. «Los precios se han disparado. La inflacin hace que el peso pierda poder y, entonces, se perdi el precio de referencia», resume.

«Las distorsiones de precios son mayores cuanto mayor es el nivel de inflacin», ratifica por su parte Soledad Prez Duhalde, directora de la consultora Abeceb. «Hay prdida de referencia de lo que valen las cosas», coincide.

En esta confusin, las expectativas juegan un papel fundamental. «La lgica es que, a partir de sus costos, una empresa tratar de cargar algn margen de ganancia, en funcin tambin de las perspectivas. Ah es donde hay mucho juego con la situacin macro. Por ejemplo, si la empresa considera que en sus costos impacta el precio del dlar y cree que la cotizacin se va a disparar, procurar evitar problemas a la hora de la reposicin», desarrolla Camilo Tiscornia, director de C&T Asesores Econmicos. Y recuerda que, en la Argentina, esa expectativa, relacionada con la proyeccin del precio del dlar, «es particularmente importante».

La situacin es reconocida por el Gobierno, que, sin embargo, no cree que haya causas genuinas para la volatilidad de los precios.

«S, advertimos un aumento desproporcionado y hasta especulativo en algunos productos y por parte de algunas empresas que no se corresponde con el movimiento del dlar. De hecho, las grandes empresas hacen sus compras al dlar oficial«, aseguraron a APERTURA fuentes de la Secretara de Comercio Interior durante la ltima semana de julio. «Respecto de faltantes, puede faltar algn producto en especial, en algn supermercado en particular, pero no es algo generalizado. Por caso, hubo reuniones con las provincias en el marco del Consejo Federal de Comercio Interior (Cofeci) y ninguna plante que haya desabastecimiento. Por el contrario, dijeron que los depsitos funcionaban normalmente», aadieron desde la cartera. Y completaron: «De todas maneras, la Secretara habla permanentemente con todos los sectores para resolver problemas que pueden surgir, por ejemplo, con insumos del exterior. Pero, as como el Gobierno trabaja a la par para girar las divisas para esos productos, se les pide que sean responsables con los precios«.

«Hay una diferencia de precios tremenda entre los mismos artculos. No se sabe si uno exager o si el otro no recibi la ltima lista y qued muy atrs en el precio»
Fernando Savore, presidente de la FABA.

Cabe recordar que todava funcionan programas para garantizar la accesibilidad de bienes de la canasta bsica. Es el caso del fideicomiso privado constituido por participantes de la cadena de comercio de la industria aceitera para evitar que se escapen los precios. Sin embargo, los participantes aseguran que hay factores endgenos y exgenos que hacen cada vez ms desafiante su cumplimiento.

«Como cmara estamos trabajando con la Secretara de Comercio a los efectos de lograr que el esfuerzo que hacen los exportadores y abastecedores llegue al consumidor, porque no estamos viendo que los precios subsidiados efectivamente se expresen en muchos puntos de venta«, informa el rea de Prensa de la Cmara de la Industria Aceitera de la Repblica Argentina (Ciara).

La entidad alega que la situacin internacional tambin genera un impacto: «El enorme aumento del aceite de girasol, fruto de la guerra, no fue trasladado a precio en la Argentina, y por eso el fideicomiso est utilizando el total de los fondos antes de su finalizacin, razn por la cual estamos conversando con el Gobierno». «An no existen acuerdos ni se ha arribado a conclusiones, pero la industria seguir produciendo y abasteciendo como todos los meses», concluye.

Para Vctor Palpacelli, presidente de la Federacin Argentina de Supermercados y Autoservicios (FASA) no hay desabastecimiento en las gndolas, pero s dificultades de produccin.

«Las empresas no han dejado de entregar, pero desde hace muchos meses, no en el ltimo, las proveedoras no estn produciendo al 100 por ciento«, afirma el dirigente, quien asegura que en su sector los movimientos del dlar no se trasladan a los precios. «Hacerlo sera imprudente y nos arriesgaramos a perder al cliente. Porque el cliente, ms que nunca, busca precios, corre, camina, busca ofertas, y enseguida quedas fuera del mercado», asevera.

«Lo que queremos y necesitamos desde el comercio en general, no solo en supermercados, es tener reglas claras para trabajar, para vender tranquilos, para que se reactive el consumo y volver a recuperar unidades perdidas«, demanda. Pero asegura que en los ltimos das ha habido un equilibrio entre los compradores que optaron por un comportamiento ms conservador y los que salieron a abastecerse. «Hubo consumidores que intentaron almacenar un poquito ms, y otros que han optado por esperar a que haya reglas claras. Eso ha hecho promediar la evolucin del consumo», seala.

Desde el comercio minorista insisten en que esa parte de la cadena de comercializacin no tiene posibilidades de adaptar los precios en funcin de la divisa estadounidense.

«El ltimo eslabn de la cadena de comercializacin no puede hacerlo. Est autorregulado por la competencia que tiene a 20 o 30 metros. Y, por suerte, ahora la gente sabe comprar. Podra aparecer alguien que quiera recargar un 100 por ciento porque tiene que reponer, pero no puede hacerlo porque los clientes no pisaran ms«, coincide el director General y director del Departamento de Estadsticas y Tendencias del Centro de Almaceneros y Comerciantes Minoristas de Crdoba, Germn Romero.

Por su parte, Savore comparte la opinin de que la proximidad, no solo con la competencia, sino con el cliente, haran imposible ese tipo de correcciones especulativas. Pero asegura que es a costa de un esfuerzo extra para entender y determinar las cotizaciones correctas. «Comenc en mi negocio a los 22 aos, tengo 60, esto es mi vida. Como cualquier colega, lo nico que hago es comprar y vender, entonces, habitualmente, los precios estn todos dentro de mi cabeza. No necesito tener una computadora ni una tablet. Pero hoy perd el norte, o sea, voy al mayorista y tengo que volver a hacer cosas que ya no haca, como tomar notas de precios en un papel con una birome porque es tan descontrolado el mercado que ya uno no sabe«, grafica. Y asegura que entre los propios mayoristas (con los que se proveen los comercios minoristas) «hay una diferencia de precios tremenda entre los mismos artculos. No se sabe si uno exager o si el otro no recibi la ltima lista y qued muy atrs en el precio«, argumenta.

Segundas marcas

En esta coyuntura, lo que analistas, productores y comerciantes esperan es un florecimiento de las segundas marcas.

«Qu hacen las empresas para poder vender en este contexto tan complicado? Porque en algn momento tienen que seducir al consumidor, ya sea atraparlo, ya sea acompaarlo», pregunta…

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Fuente: cronista.com

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