Los helicópteros Chinook británicos transportan tropas francesas en las guerras jidaistas del Sahel. Los dos países defienden los intereses del otro en el Pacífico. Trabajan conjuntamente en ojivas nucleares.
La fuerza de reacción rápida franco-británica (CJEF) alcanzó su máxima capacidad a fines del año pasado, capaz de desplegar 10,000 hombres en tierra, mar y aire, a lo largo y ancho de las operaciones de combate. Francia no tiene un acuerdo tan estrecho con ningún otro país. La brigada franco-alemana es principalmente una creación en papel.
Esta entente militar fue lanzada en Lancaster House en 2010 por David Cameron y Nicholas Sarkozy, que a su vez se remonta a lo bien que trabajaron juntos los dos ejércitos en Bosnia. “No fueron los estadounidenses quienes pusieron fin al asedio de Sarajevo: fueron los británicos y los franceses sobre el terreno”, dijo Charles Grant del Centro para la Reforma Europea.
Los discursos pietistas de Macron sobre un «ejército europeo» y una unión de defensa de la UE a la altura de la unión monetaria están extrañamente separados de la realidad. No existe tal capacidad. Los alemanes son famosos «creyentes pero no participantes». La mayor parte de la eurozona recortó los presupuestos de defensa hasta la médula a mediados de la década de 2010 para cumplir con las normas de austeridad impuestas por la UE.
Tampoco debería confundirse a Macron con Francia. Se abrió camino al poder con un doble vestuario ideológico: Presidente cambrioleur (presidente ladrón) es el título de la biografía de Corinne Lhaïk. Su diseño euroimperialista -su ministro de Finanzas propone abiertamente un «imperio europeo», para contrarrestar a los EE.UU.- no es compartido por la nación francesa.
Los partidos con sabor euroescéptico obtuvieron la mitad de los votos en la primera vuelta de las elecciones presidenciales de 2017. Souverainiste los sentimientos son tan profundos en Francia como en Gran Bretaña.
La germanofobia sigue enconada y se ha vertido en un artículo extraordinario de Marine Le Pen, la candidata presidencial y líder de Rassemblement National (Front National), proponiendo una ruptura estratégica con Alemania y una alianza con Gran Bretaña y Estados Unidos. Esto es asombroso viniendo de una figura política que durante mucho tiempo criticó a la OTAN y se adhirió a la visión del mundo de Vladimir Putin.
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Fuente: telegraph.co.uk