Navegar en un velero es uno de los atractivos que ofrecerá San Carlos de Bariloche en su próxima temporada de invierno, donde, según las autoridades de Turismo, estiman una ocupación hotelera superior al 90% (más de 38.000 camas), con llegada de turistas de todo el país, especialmente del exterior, especialmente de Brasil a partir de los vuelos directos anunciados por Aerolíneas Argentinas.
La conectividad aérea de Bariloche ha aumentado sustancialmente por los cruces organizados por la línea de bandera, por el arribo de las aerolíneas de bajo costo, y también por los vuelos directos programados con el exterior, lo que, dijo a Télam el secretario de Turismo, Gastón Burlón, augura una temporada auspiciosa.
Y como para consolidar esta presunción, Hace unos días, una nevada pronosticada cubrió de blanco los cerros aledaños, incluida la Catedral, ícono de la temporada de esquí.permitiendo a los lugareños y turistas ocasionales deslizarse por sus laderas durante un fin de semana mucho antes de que abran oficialmente las pistas.
Pero la nieve no es el único atractivo que tiene Bariloche para quienes llegan este invierno, pues entre las muchas opciones hay una que ha ido ganando terreno en los últimos tiempos: navegar por el lago Nahuel Huapi.
Aunque los paseos en barco por el lago son uno de los atractivos habituales, la navegación a vela gana cada vez más popularidad y cada vez son más las personas que se vuelcan para disfrutar de esta magnífica experiencia, a la que tuvo acceso un equipo de Télam.
El lago se encontraba en periodo de bajamar, por lo que las lanchas se encontraban a varios metros del muelle, adentro, y para llegar a ellas era necesario abordar una lancha que llevó al equipo hasta el Facundo, velero de 40 pies de eslora, fabricado en el país en 1986, modelo Black 40, diseñado por German Frers.
Juan Manuel Pulleiro es ayudante del capitán del barco y el encargado de colocar a los pasajeros sobre cubierta para disfrutar de la travesía sin riesgo, mientras que Billy Marín, su capitán, toma el timón y se dirige, utilizando los motores de la embarcación, hacia el centro del lago.
“Normalmente usamos el motor, que tiene unos 25 caballos, para movernos cuando estamos un poco apretados de horarios o para acercarnos a la costa, pero tratamos de navegar la mayor parte del tiempo a pura vela porque la experiencia es segunda. ninguno”, explicó Juan Manuel mientras ajustaba las cuerdas que sostienen el dosel.
Una vez que el velero está en «aguas abiertas», Pulleiro despliega la vela Génova, que es la más proa de la proa.
«Con esta cometa puedes navegar a buena velocidad y sin problemas»explica mientras toma el timón mientras Billy Marín sube a la embarcación para preparar una merienda que será degustada más tarde.
Cuando el motor se detiene y el ala se infla, todo cambia. El silencio invade el ambiente y solo se escucha el murmullo del viento contra la vela y el mástil y el chapoteo del agua contra el casco del velero, mientras a su alrededor los ojos se llenan del azul intenso del lago y el mar, un Maravilloso paisaje en sí mismo. , se destaca por los picos blancos de las colinas circundantes.
A lo lejos se puede ver la Isla Victoria, y aquí Huemul, la visibilidad también es suficiente para ver la ciudad de Bariloche, el Cerro Otto y el muro del Cerro Catedral.
“La navegación a vela no es arriesgada, pero hay que estar muy atento a los cambios de viento, a los imprevistos y, sobre todo, cuando buscamos acercarnos a la costa por la gran profundidad del centro del lago, hay sectores donde puede encallar”, detalló el capitán.
“La idea es que la gente disfrute y conozca la montaña, la ciudad y los alrededores de Bariloche desde el agua”, dijo.
Los tours salen tres veces al día y se pueden compartir. En el caso del Facundo, su capacidad máxima es de 10 personas, más los dos tripulantes y los grupos se pueden armar con personas que no se conocen o individuales.
Hay varias opciones, una de ellas es Puerto Venado e Islas de los Víveres, donde el recorrido se inicia en Puerto Petunia, ubicado a 13,5 km de Bariloche. Desde allí se navega por el Brazo Campanario bordeando la península de San Pedro pasando por Puerto Bueno, bahía de aguas tranquilas y transparentes.
En este tramo también se puede observar Bahía Serena, Isla Huemul, Isla de las Gallinas e Isla de las Gaviotas, y teniendo en cuenta las condiciones climáticas, el viaje continúa por el lago Nahuel Huapi, hacia la Isla de los Víveres y Puerto Venado. la costa neuquina.
Otra opción es Isla Victoria, donde también saliendo desde Puerto Petunia se puede navegar por el Brazo Campanario, bordeando la península de San Pedro, pasando por Puerto Bueno, una bahía de aguas tranquilas y transparentes.
Luego, continúa por la parte norte de la península de San Pedro, donde podrás ver los grandes muros de piedra.
Pasando la península se puede apreciar la magnitud del cerro Tronador con sus nieves eternas y los cerros aledaños, y en la parte sur de la isla Victoria se sigue navegando hasta llegar a Piedras Blancas, refugio de arenas blancas y aguas transparentes.
Los recorridos pueden durar desde 3 horas hasta un día completo.según las preferencias del navegador.
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Fuente: telam.com.ar