Muchas veces surge de comparaciones con similares. Sin embargo, los expertos recomiendan el uso de una metodología particular. ¿Cual?
En el mundo empresarial, las ventas de empresas se registran por valores multimillonarios. Especialmente en el campo tecnológico. Para citar un ejemplo, Facebook pagó $ 22 mil millones para mantener WhatsApp en 2014, dos años después de gastar $ 1 mil millones para agregar Instagram a su cartera.
Teniendo en cuenta los valores muy dispares de ambas operaciones, una de las preguntas que surge es cómo se determina el valor de una empresa. Y esta cuestión cobra mayor relevancia estos días en Argentina, dado que la fuga del dólar y el riesgo país llevó a que muchas empresas locales fueran «baratas» en términos de moneda fuerte.
«No hay duda de que, en este contexto, el valor de las empresas argentinas se reduce, aunque no podemos decir en qué porcentaje hasta que se disipe la incertidumbre», dice a iProUP Ignacio Aquino, socio y director de Corporate Finance de PWC Argentina.
Un antiguo postulado sostiene que una de las variables que influye en una valoración son las máquinas, los equipos y las «planchas». Sin embargo, en muchos casos se asigna valor cero a los activos ya que, a ojos de los inversores, lo que realmente importa es el flujo de fondos que puede generar la firma. Por ejemplo, en la industria del conocimiento casi no existen bienes de este tipo.
Es decir, si una empresa gastó mucho más en equipos que otra pero en ambos casos se estima que generarán el mismo beneficio en los próximos cinco o diez años, no necesariamente el primero estará mejor valorado que el segundo.
Actualmente, existen dos metodologías que destacan en los procesos de valoración:
1) Análisis comparativo. Es decir, tomar como base otras empresas similares y a partir de esa referencia hacer los ajustes oportunos. 2) Flujo de caja: las ganancias de los años posteriores se proyectan y se descuentan a una tasa de interés para determinar el valor presente (ver ejemplo en la infografía)
En países «inestables» o países con poca seguridad jurídica (como Argentina) este horizonte temporal oscila entre los 5 y los 10 años. En cambio, en las economías más desarrolladas puede extenderse a 20 años e incluso más.
Flujo de caja descontado
A partir del flujo de fondos se puede obtener el «precio» de una empresa y lo rentable que puede ser una inversión. El ejemplo mencionado muestra cómo se calcula el Valor Actual Neto (VAN) de un proyecto que:
– Implica un desembolso inicial de $ 1.000 por parte de los inversores
– Luego habrá ganancias de $ 600, $ 300, $ 300, $ 200 y $ 500 en los siguientes cinco años.
– Quienes aportan el dinero exigen el 15% de su capital aportado:
– Como puede verse, a ese interés (15%), el proyecto arroja una ganancia «llevada al valor actual» de $ 308
– Si, por el contrario, la tasa sube al 20%, esa ganancia …
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Fuente: www.iproup.com
Esta nota fué publicada originalmente el día: 2019-08-26 09:07:00