“La sensación es que en el fondo nadie creía que esto iba a pasar”, dice Esteban, un empresario nacido en Buenos Aires, al otro lado del teléfono. Él y su esposa, Karina, son dos de los 20 argentinos que están en tránsito en Ucrania (otros 83 viven allí), en medio de la invasión militar rusa.
Tras la cena de este jueves, casi 24 horas después del inicio del atentado ordenado por Vladimir Putin, asistió Clarín (prefirieron no mostrar sus fotos ni su apellido) para contar detalles de su situación y de los demás compatriotas que están con ellos, otras dos parejas argentinas. “Recibimos un mensaje del consulado argentino diciendo que después del toque de queda de este viernes vamos directamente a instalarlos en la Residencia Argentina en Ucrania”, dice.
Esteban y Karina llegaron a Kiev, la capital de Ucrania, el 8 de febrero. Este no es un viaje de placer. Bueno, en realidad, sí. Aunque no se fueron de vacaciones, el motivo de ir a un destino que no es uno de los destinos turísticos convencionales de Europa es para convertirse en padres a través de la gestación subrogada. La madre sustituta tuvo a Enzo el mismo martes 8 y los tres tienen boleto de regreso para el 24 de marzo. Sin embargo, el panorama cambió abruptamente.
En las últimas horas lograron conversar con la embajadora Elena Leticia Mikusinski, quien se puso a disposición. “Una de las parejas que está con nosotros tenía su contacto y fue la propia embajadora quien les dijo que le dieran su número personal a los demás argentinos para que nos comunicáramos”, explica Esteban. Y detalla: «Hablé con la embajadora. Nos pidió paciencia y nos dijo que estaban trabajando para darnos una solución. Se disponen a ver cómo resuelven cada caso. Después, cada uno tiene que decidir según su situación personal».
Esteban y Karina tuvieron a Enzo a través de la clínica BioTexCom. Están ubicados en un complejo llamado Sofia City, que se encuentra a unos 30 minutos en coche del centro de Kiev. “Nos dijeron que debíamos evitar el centro de la ciudad. Y nos recomendaron que alejémonos de las ventanas, por eso trasladamos la cama y los muebles a otro lugar del apartamento. No escuché ningún ruido, pero uno de los argentinos que está con nosotros nos dijo que había escuchado detonaciones”, narra.
De repente, la voz de Karina se escucha de fondo: «Acabo de recibir un mensaje del consulado informándonos que podemos ir mañana (este viernes) a la Residencia Argentina para instalarnos». algo que les da un poco de tranquilidad ante tanta incertidumbre.
“Hay una tensión tremenda. Los otros chicos se portaron muy mal con la situación. Tratamos de mantener la calma lo más posible. Hay incertidumbre. La gente llora y colapsa. Los días anteriores pasaron aviones militares, además de los comerciales. Hoy en el centro todo estaba cerrado. El tráfico era un caos y las rutas estaban colapsadas. Muchas personas están confundidas. Nos dijeron en el complejo que si escuchamos una sirena por la noche, tenemos que ir todos al comedor inmediatamente”, describe lo que está pasando en Ucrania ante el avance ruso.
Y añade: “En las tiendas había una larga cola de gente sacando cosas. Lo hacían de forma muy ordenada. No había locura. media comida. Tenemos que conseguir leche para bebés.Fuimos a cuatro o cinco lugares y no pudimos hacerlo».
Antes de la comunicación con la embajada, estaban esperando a ver si debían evacuar al búnker que ha preparado la clínica, a una hora de donde están, en un lugar más abierto. «Hace unos días nos pusieron en un autobús y nos llevaron al refugio. Una demostración de que hubo planificación cuando se hizo posible. Esto lo puso la clínica. En el búnker se pierde todo tipo de conexión con el exterior. Pero en todo el jueves nadie nos ordenó evacuar”, explica Esteban que, junto a su mujer, espera el alta definitiva de su hijo para luego acudir a la embajada.
“Tuvimos que hacer una serie de trámites para que el bebé validara su pasaporte. Con el acta de nacimiento apostillada, teníamos que presentarnos en la embajada para luego poder viajar con Enzo a Argentina. Bajo este nuevo escenario, la embajada declara una emergencia y dice que él otorga el pasaporte a todos los bebés de manera simplificada y nos hacen firmar un compromiso de que vamos a seguir con los trámites desde Argentina”, enumera los pasos a seguir en su situación.
Lo que aún no saben es ¿Cómo van a salir del territorio ucraniano?. “Estamos en manos de la embajada”, confiesa Esteban. Ambos esperan que una vez allí puedan tener un panorama mucho más claro para alejarse de tanta incertidumbre y tensión y poder empezar a disfrutar de su nueva familia, a salvo.
“La sensación es que en el fondo nadie creía que esto iba a pasar”, dice Esteban, un empresario nacido en Buenos Aires, al otro lado del teléfono. Él y su esposa, Karina, son dos de los 20 argentinos que están en tránsito en Ucrania (otros 83 viven allí), en medio de la invasión militar rusa.
Tras la cena de este jueves, casi 24 horas después del inicio del atentado ordenado por Vladimir Putin, asistió Clarín (prefirieron no mostrar sus fotos ni su apellido) para contar detalles de su situación y de los demás compatriotas que están con ellos, otras dos parejas argentinas. “Recibimos un mensaje del consulado argentino diciendo que después del toque de queda de este viernes vamos directamente a instalarlos en la Residencia Argentina en Ucrania”, dice.
Esteban y Karina llegaron a Kiev, la capital de Ucrania, el 8 de febrero. Este no es un viaje de placer. Bueno, en realidad, sí. Aunque no se fueron de vacaciones, el motivo de ir a un destino que no es uno de los destinos turísticos convencionales de Europa es para convertirse en padres a través de la gestación subrogada. La madre sustituta tuvo a Enzo el mismo martes 8 y los tres tienen boleto de regreso para el 24 de marzo. Sin embargo, el panorama cambió abruptamente.
En las últimas horas lograron conversar con la embajadora Elena Leticia Mikusinski, quien se puso a disposición. “Una de las parejas que está con nosotros tenía su contacto y fue la propia embajadora quien les dijo que le dieran su número personal a los demás argentinos para que nos comunicáramos”, explica Esteban. Y detalla: «Hablé con la embajadora. Nos pidió paciencia y nos dijo que estaban trabajando para darnos una solución. Se disponen a ver cómo resuelven cada caso. Después, cada uno tiene que decidir según su situación personal».
Esteban y Karina tuvieron a Enzo a través de la clínica BioTexCom. Están ubicados en un complejo llamado Sofia City, que se encuentra a unos 30 minutos en coche del centro de Kiev. “Nos dijeron que debíamos evitar el centro de la ciudad. Y nos recomendaron que alejémonos de las ventanas, por eso trasladamos la cama y los muebles a otro lugar del apartamento. No escuché ningún ruido, pero uno de los argentinos que está con nosotros nos dijo que había escuchado detonaciones”, narra.
De repente, la voz de Karina se escucha de fondo: «Acabo de recibir un mensaje del consulado informándonos que podemos ir mañana (este viernes) a la Residencia Argentina para instalarnos». algo que les da un poco de tranquilidad ante tanta incertidumbre.
“Hay una tensión tremenda. Los otros chicos se portaron muy mal con la situación. Tratamos de mantener la calma lo más posible. Hay incertidumbre. La gente llora y colapsa. Los días anteriores pasaron aviones militares, además de los comerciales. Hoy en el centro todo estaba cerrado. El tráfico era un caos y las rutas estaban colapsadas. Muchas personas están confundidas. Nos dijeron en el complejo que si escuchamos una sirena por la noche, tenemos que ir todos al comedor inmediatamente”, describe lo que está pasando en Ucrania ante el avance ruso.
Y añade: “En las tiendas había una larga cola de gente sacando cosas. Lo hacían de forma muy ordenada. No había locura. media comida. Tenemos que conseguir leche para bebés.Fuimos a cuatro o cinco lugares y no pudimos hacerlo».
Antes de la comunicación con la embajada, estaban esperando a ver si debían evacuar al búnker que ha preparado la clínica, a una hora de donde están, en un lugar más abierto. «Hace unos días nos pusieron en un autobús y nos llevaron al refugio. Una demostración de que hubo planificación cuando se hizo posible. Esto lo puso la clínica. En el búnker se pierde todo tipo de conexión con el exterior. Pero en todo el jueves nadie nos ordenó evacuar”, explica Esteban que, junto a su mujer, espera el alta definitiva de su hijo para luego acudir a la embajada.
“Tuvimos que hacer una serie de trámites para que el bebé validara su pasaporte. Con el acta de nacimiento apostillada, teníamos que presentarnos en la embajada para luego poder viajar con Enzo a Argentina. Bajo este nuevo escenario, la embajada declara una emergencia y dice que él otorga el pasaporte a todos los bebés de manera simplificada y nos hacen firmar un compromiso de que vamos a seguir con los trámites desde Argentina”, enumera los pasos a seguir en su situación.
Lo que aún no saben es ¿Cómo van a salir del territorio ucraniano?. “Estamos en manos de la embajada”, confiesa Esteban. Ambos esperan que una vez allí puedan tener un panorama mucho más claro para alejarse de tanta incertidumbre y tensión y poder empezar a disfrutar de su nueva familia, a salvo.
“La sensación es que en el fondo nadie creía que esto iba a pasar”, dice Esteban, un empresario nacido en Buenos Aires, al otro lado del teléfono. Él y su esposa, Karina, son dos de los 20 argentinos que están en tránsito en Ucrania (otros 83 viven allí), en medio de la invasión militar rusa.
Tras la cena de este jueves, casi 24 horas después del inicio del atentado ordenado por Vladimir Putin, asistió Clarín (prefirieron no mostrar sus fotos ni su apellido) para contar detalles de su situación y de los demás compatriotas que están con ellos, otras dos parejas argentinas. “Recibimos un mensaje del consulado argentino diciendo que después del toque de queda de este viernes vamos directamente a instalarlos en la Residencia Argentina en Ucrania”, dice.
Esteban y Karina llegaron a Kiev, la capital de Ucrania, el 8 de febrero. Este no es un viaje de placer. Bueno, en realidad, sí. Aunque no se fueron de vacaciones, el motivo de ir a un destino que no es uno de los destinos turísticos convencionales de Europa es para convertirse en padres a través de la gestación subrogada. La madre sustituta tuvo a Enzo el mismo martes 8 y los tres tienen boleto de regreso para el 24 de marzo. Sin embargo, el panorama cambió abruptamente.
En las últimas horas lograron conversar con la embajadora Elena Leticia Mikusinski, quien se puso a disposición. “Una de las parejas que está con nosotros tenía su contacto y fue la propia embajadora quien les dijo que le dieran su número personal a los demás argentinos para que nos comunicáramos”, explica Esteban. Y detalla: «Hablé con la embajadora. Nos pidió paciencia y nos dijo que estaban trabajando para darnos una solución. Se disponen a ver cómo resuelven cada caso. Después, cada uno tiene que decidir según su situación personal».
Esteban y Karina tuvieron a Enzo a través de la clínica BioTexCom. Están ubicados en un complejo llamado Sofia City, que se encuentra a unos 30 minutos en coche del centro de Kiev. “Nos dijeron que debíamos evitar el centro de la ciudad. Y nos recomendaron que alejémonos de las ventanas, por eso trasladamos la cama y los muebles a otro lugar del apartamento. No escuché ningún ruido, pero uno de los argentinos que está con nosotros nos dijo que había escuchado detonaciones”, narra.
De repente, la voz de Karina se escucha de fondo: «Acabo de recibir un mensaje del consulado informándonos que podemos ir mañana (este viernes) a la Residencia Argentina para instalarnos». algo que les da un poco de tranquilidad ante tanta incertidumbre.
“Hay una tensión tremenda. Los otros chicos se portaron muy mal con la situación. Tratamos de mantener la calma lo más posible. Hay incertidumbre. La gente llora y colapsa. Los días anteriores pasaron aviones militares, además de los comerciales. Hoy en el centro todo estaba cerrado. El tráfico era un caos y las rutas estaban colapsadas. Muchas personas están confundidas. Nos dijeron en el complejo que si escuchamos una sirena por la noche, tenemos que ir todos al comedor inmediatamente”, describe lo que está pasando en Ucrania ante el avance ruso.
Y añade: “En las tiendas había una larga cola de gente sacando cosas. Lo hacían de forma muy ordenada. No había locura. media comida. Tenemos que conseguir leche para bebés.Fuimos a cuatro o cinco lugares y no pudimos hacerlo».
Antes de la comunicación con la embajada, estaban esperando a ver si debían evacuar al búnker que ha preparado la clínica, a una hora de donde están, en un lugar más abierto. «Hace unos días nos pusieron en un autobús y nos llevaron al refugio. Una demostración de que hubo planificación cuando se hizo posible. Esto lo puso la clínica. En el búnker se pierde todo tipo de conexión con el exterior. Pero en todo el jueves nadie nos ordenó evacuar”, explica Esteban que, junto a su mujer, espera el alta definitiva de su hijo para luego acudir a la embajada.
“Tuvimos que hacer una serie de trámites para que el bebé validara su pasaporte. Con el acta de nacimiento apostillada, teníamos que presentarnos en la embajada para luego poder viajar con Enzo a Argentina. Bajo este nuevo escenario, la embajada declara una emergencia y dice que él otorga el pasaporte a todos los bebés de manera simplificada y nos hacen firmar un compromiso de que vamos a seguir con los trámites desde Argentina”, enumera los pasos a seguir en su situación.
Lo que aún no saben es ¿Cómo van a salir del territorio ucraniano?. “Estamos en manos de la embajada”, confiesa Esteban. Ambos esperan que una vez allí puedan tener un panorama mucho más claro para alejarse de tanta incertidumbre y tensión y poder empezar a disfrutar de su nueva familia, a salvo.
“La sensación es que en el fondo nadie creía que esto iba a pasar”, dice Esteban, un empresario nacido en Buenos Aires, al otro lado del teléfono. Él y su esposa, Karina, son dos de los 20 argentinos que están en tránsito en Ucrania (otros 83 viven allí), en medio de la invasión militar rusa.
Tras la cena de este jueves, casi 24 horas después del inicio del atentado ordenado por Vladimir Putin, asistió Clarín (prefirieron no mostrar sus fotos ni su apellido) para contar detalles de su situación y de los demás compatriotas que están con ellos, otras dos parejas argentinas. “Recibimos un mensaje del consulado argentino diciendo que después del toque de queda de este viernes vamos directamente a instalarlos en la Residencia Argentina en Ucrania”, dice.
Esteban y Karina llegaron a Kiev, la capital de Ucrania, el 8 de febrero. Este no es un viaje de placer. Bueno, en realidad, sí. Aunque no se fueron de vacaciones, el motivo de ir a un destino que no es uno de los destinos turísticos convencionales de Europa es para convertirse en padres a través de la gestación subrogada. La madre sustituta tuvo a Enzo el mismo martes 8 y los tres tienen boleto de regreso para el 24 de marzo. Sin embargo, el panorama cambió abruptamente.
En las últimas horas lograron conversar con la embajadora Elena Leticia Mikusinski, quien se puso a disposición. “Una de las parejas que está con nosotros tenía su contacto y fue la propia embajadora quien les dijo que le dieran su número personal a los demás argentinos para que nos comunicáramos”, explica Esteban. Y detalla: «Hablé con la embajadora. Nos pidió paciencia y nos dijo que estaban trabajando para darnos una solución. Se disponen a ver cómo resuelven cada caso. Después, cada uno tiene que decidir según su situación personal».
Esteban y Karina tuvieron a Enzo a través de la clínica BioTexCom. Están ubicados en un complejo llamado Sofia City, que se encuentra a unos 30 minutos en coche del centro de Kiev. “Nos dijeron que debíamos evitar el centro de la ciudad. Y nos recomendaron que alejémonos de las ventanas, por eso trasladamos la cama y los muebles a otro lugar del apartamento. No escuché ningún ruido, pero uno de los argentinos que está con nosotros nos dijo que había escuchado detonaciones”, narra.
De repente, la voz de Karina se escucha de fondo: «Acabo de recibir un mensaje del consulado informándonos que podemos ir mañana (este viernes) a la Residencia Argentina para instalarnos». algo que les da un poco de tranquilidad ante tanta incertidumbre.
“Hay una tensión tremenda. Los otros chicos se portaron muy mal con la situación. Tratamos de mantener la calma lo más posible. Hay incertidumbre. La gente llora y colapsa. Los días anteriores pasaron aviones militares, además de los comerciales. Hoy en el centro todo estaba cerrado. El tráfico era un caos y las rutas estaban colapsadas. Muchas personas están confundidas. Nos dijeron en el complejo que si escuchamos una sirena por la noche, tenemos que ir todos al comedor inmediatamente”, describe lo que está pasando en Ucrania ante el avance ruso.
Y añade: “En las tiendas había una larga cola de gente sacando cosas. Lo hacían de forma muy ordenada. No había locura. media comida. Tenemos que conseguir leche para bebés.Fuimos a cuatro o cinco lugares y no pudimos hacerlo».
Antes de la comunicación con la embajada, estaban esperando a ver si debían evacuar al búnker que ha preparado la clínica, a una hora de donde están, en un lugar más abierto. «Hace unos días nos pusieron en un autobús y nos llevaron al refugio. Una demostración de que hubo planificación cuando se hizo posible. Esto lo puso la clínica. En el búnker se pierde todo tipo de conexión con el exterior. Pero en todo el jueves nadie nos ordenó evacuar”, explica Esteban que, junto a su mujer, espera el alta definitiva de su hijo para luego acudir a la embajada.
“Tuvimos que hacer una serie de trámites para que el bebé validara su pasaporte. Con el acta de nacimiento apostillada, teníamos que presentarnos en la embajada para luego poder viajar con Enzo a Argentina. Bajo este nuevo escenario, la embajada declara una emergencia y dice que él otorga el pasaporte a todos los bebés de manera simplificada y nos hacen firmar un compromiso de que vamos a seguir con los trámites desde Argentina”, enumera los pasos a seguir en su situación.
Lo que aún no saben es ¿Cómo van a salir del territorio ucraniano?. “Estamos en manos de la embajada”, confiesa Esteban. Ambos esperan que una vez allí puedan tener un panorama mucho más claro para alejarse de tanta incertidumbre y tensión y poder empezar a disfrutar de su nueva familia, a salvo.
“La sensación es que en el fondo nadie creía que esto iba a pasar”, dice Esteban, un empresario nacido en Buenos Aires, al otro lado del teléfono. Él y su esposa, Karina, son dos de los 20 argentinos que están en tránsito en Ucrania (otros 83 viven allí), en medio de la invasión militar rusa.
Tras la cena de este jueves, casi 24 horas después del inicio del atentado ordenado por Vladimir Putin, asistió Clarín (prefirieron no mostrar sus fotos ni su apellido) para contar detalles de su situación y de los demás compatriotas que están con ellos, otras dos parejas argentinas. “Recibimos un mensaje del consulado argentino diciendo que después del toque de queda de este viernes vamos directamente a instalarlos en la Residencia Argentina en Ucrania”, dice.
Esteban y Karina llegaron a Kiev, la capital de Ucrania, el 8 de febrero. Este no es un viaje de placer. Bueno, en realidad, sí. Aunque no se fueron de vacaciones, el motivo de ir a un destino que no es uno de los destinos turísticos convencionales de Europa es para convertirse en padres a través de la gestación subrogada. La madre sustituta tuvo a Enzo el mismo martes 8 y los tres tienen boleto de regreso para el 24 de marzo. Sin embargo, el panorama cambió abruptamente.
En las últimas horas lograron conversar con la embajadora Elena Leticia Mikusinski, quien se puso a disposición. “Una de las parejas que está con nosotros tenía su contacto y fue la propia embajadora quien les dijo que le dieran su número personal a los demás argentinos para que nos comunicáramos”, explica Esteban. Y detalla: «Hablé con la embajadora. Nos pidió paciencia y nos dijo que estaban trabajando para darnos una solución. Se disponen a ver cómo resuelven cada caso. Después, cada uno tiene que decidir según su situación personal».
Esteban y Karina tuvieron a Enzo a través de la clínica BioTexCom. Están ubicados en un complejo llamado Sofia City, que se encuentra a unos 30 minutos en coche del centro de Kiev. “Nos dijeron que debíamos evitar el centro de la ciudad. Y nos recomendaron que alejémonos de las ventanas, por eso trasladamos la cama y los muebles a otro lugar del apartamento. No escuché ningún ruido, pero uno de los argentinos que está con nosotros nos dijo que había escuchado detonaciones”, narra.
De repente, la voz de Karina se escucha de fondo: «Acabo de recibir un mensaje del consulado informándonos que podemos ir mañana (este viernes) a la Residencia Argentina para instalarnos». algo que les da un poco de tranquilidad ante tanta incertidumbre.
“Hay una tensión tremenda. Los otros chicos se portaron muy mal con la situación. Tratamos de mantener la calma lo más posible. Hay incertidumbre. La gente llora y colapsa. Los días anteriores pasaron aviones militares, además de los comerciales. Hoy en el centro todo estaba cerrado. El tráfico era un caos y las rutas estaban colapsadas. Muchas personas están confundidas. Nos dijeron en el complejo que si escuchamos una sirena por la noche, tenemos que ir todos al comedor inmediatamente”, describe lo que está pasando en Ucrania ante el avance ruso.
Y añade: “En las tiendas había una larga cola de gente sacando cosas. Lo hacían de forma muy ordenada. No había locura. media comida. Tenemos que conseguir leche para bebés.Fuimos a cuatro o cinco lugares y no pudimos hacerlo».
Antes de la comunicación con la embajada, estaban esperando a ver si debían evacuar al búnker que ha preparado la clínica, a una hora de donde están, en un lugar más abierto. «Hace unos días nos pusieron en un autobús y nos llevaron al refugio. Una demostración de que hubo planificación cuando se hizo posible. Esto lo puso la clínica. En el búnker se pierde todo tipo de conexión con el exterior. Pero en todo el jueves nadie nos ordenó evacuar”, explica Esteban que, junto a su mujer, espera el alta definitiva de su hijo para luego acudir a la embajada.
“Tuvimos que hacer una serie de trámites para que el bebé validara su pasaporte. Con el acta de nacimiento apostillada, teníamos que presentarnos en la embajada para luego poder viajar con Enzo a Argentina. Bajo este nuevo escenario, la embajada declara una emergencia y dice que él otorga el pasaporte a todos los bebés de manera simplificada y nos hacen firmar un compromiso de que vamos a seguir con los trámites desde Argentina”, enumera los pasos a seguir en su situación.
Lo que aún no saben es ¿Cómo van a salir del territorio ucraniano?. “Estamos en manos de la embajada”, confiesa Esteban. Ambos esperan que una vez allí puedan tener un panorama mucho más claro para alejarse de tanta incertidumbre y tensión y poder empezar a disfrutar de su nueva familia, a salvo.
“La sensación es que en el fondo nadie creía que esto iba a pasar”, dice Esteban, un empresario nacido en Buenos Aires, al otro lado del teléfono. Él y su esposa, Karina, son dos de los 20 argentinos que están en tránsito en Ucrania (otros 83 viven allí), en medio de la invasión militar rusa.
Tras la cena de este jueves, casi 24 horas después del inicio del atentado ordenado por Vladimir Putin, asistió Clarín (prefirieron no mostrar sus fotos ni su apellido) para contar detalles de su situación y de los demás compatriotas que están con ellos, otras dos parejas argentinas. “Recibimos un mensaje del consulado argentino diciendo que después del toque de queda de este viernes vamos directamente a instalarlos en la Residencia Argentina en Ucrania”, dice.
Esteban y Karina llegaron a Kiev, la capital de Ucrania, el 8 de febrero. Este no es un viaje de placer. Bueno, en realidad, sí. Aunque no se fueron de vacaciones, el motivo de ir a un destino que no es uno de los destinos turísticos convencionales de Europa es para convertirse en padres a través de la gestación subrogada. La madre sustituta tuvo a Enzo el mismo martes 8 y los tres tienen boleto de regreso para el 24 de marzo. Sin embargo, el panorama cambió abruptamente.
En las últimas horas lograron conversar con la embajadora Elena Leticia Mikusinski, quien se puso a disposición. “Una de las parejas que está con nosotros tenía su contacto y fue la propia embajadora quien les dijo que le dieran su número personal a los demás argentinos para que nos comunicáramos”, explica Esteban. Y detalla: «Hablé con la embajadora. Nos pidió paciencia y nos dijo que estaban trabajando para darnos una solución. Se disponen a ver cómo resuelven cada caso. Después, cada uno tiene que decidir según su situación personal».
Esteban y Karina tuvieron a Enzo a través de la clínica BioTexCom. Están ubicados en un complejo llamado Sofia City, que se encuentra a unos 30 minutos en coche del centro de Kiev. “Nos dijeron que debíamos evitar el centro de la ciudad. Y nos recomendaron que alejémonos de las ventanas, por eso trasladamos la cama y los muebles a otro lugar del apartamento. No escuché ningún ruido, pero uno de los argentinos que está con nosotros nos dijo que había escuchado detonaciones”, narra.
De repente, la voz de Karina se escucha de fondo: «Acabo de recibir un mensaje del consulado informándonos que podemos ir mañana (este viernes) a la Residencia Argentina para instalarnos». algo que les da un poco de tranquilidad ante tanta incertidumbre.
“Hay una tensión tremenda. Los otros chicos se portaron muy mal con la situación. Tratamos de mantener la calma lo más posible. Hay incertidumbre. La gente llora y colapsa. Los días anteriores pasaron aviones militares, además de los comerciales. Hoy en el centro todo estaba cerrado. El tráfico era un caos y las rutas estaban colapsadas. Muchas personas están confundidas. Nos dijeron en el complejo que si escuchamos una sirena por la noche, tenemos que ir todos al comedor inmediatamente”, describe lo que está pasando en Ucrania ante el avance ruso.
Y añade: “En las tiendas había una larga cola de gente sacando cosas. Lo hacían de forma muy ordenada. No había locura. media comida. Tenemos que conseguir leche para bebés.Fuimos a cuatro o cinco lugares y no pudimos hacerlo».
Antes de la comunicación con la embajada, estaban esperando a ver si debían evacuar al búnker que ha preparado la clínica, a una hora de donde están, en un lugar más abierto. «Hace unos días nos pusieron en un autobús y nos llevaron al refugio. Una demostración de que hubo planificación cuando se hizo posible. Esto lo puso la clínica. En el búnker se pierde todo tipo de conexión con el exterior. Pero en todo el jueves nadie nos ordenó evacuar”, explica Esteban que, junto a su mujer, espera el alta definitiva de su hijo para luego acudir a la embajada.
“Tuvimos que hacer una serie de trámites para que el bebé validara su pasaporte. Con el acta de nacimiento apostillada, teníamos que presentarnos en la embajada para luego poder viajar con Enzo a Argentina. Bajo este nuevo escenario, la embajada declara una emergencia y dice que él otorga el pasaporte a todos los bebés de manera simplificada y nos hacen firmar un compromiso de que vamos a seguir con los trámites desde Argentina”, enumera los pasos a seguir en su situación.
Lo que aún no saben es ¿Cómo van a salir del territorio ucraniano?. “Estamos en manos de la embajada”, confiesa Esteban. Ambos esperan que una vez allí puedan tener un panorama mucho más claro para alejarse de tanta incertidumbre y tensión y poder empezar a disfrutar de su nueva familia, a salvo.
“La sensación es que en el fondo nadie creía que esto iba a pasar”, dice Esteban, un empresario nacido en Buenos Aires, al otro lado del teléfono. Él y su esposa, Karina, son dos de los 20 argentinos que están en tránsito en Ucrania (otros 83 viven allí), en medio de la invasión militar rusa.
Tras la cena de este jueves, casi 24 horas después del inicio del atentado ordenado por Vladimir Putin, asistió Clarín (prefirieron no mostrar sus fotos ni su apellido) para contar detalles de su situación y de los demás compatriotas que están con ellos, otras dos parejas argentinas. “Recibimos un mensaje del consulado argentino diciendo que después del toque de queda de este viernes vamos directamente a instalarlos en la Residencia Argentina en Ucrania”, dice.
Esteban y Karina llegaron a Kiev, la capital de Ucrania, el 8 de febrero. Este no es un viaje de placer. Bueno, en realidad, sí. Aunque no se fueron de vacaciones, el motivo de ir a un destino que no es uno de los destinos turísticos convencionales de Europa es para convertirse en padres a través de la gestación subrogada. La madre sustituta tuvo a Enzo el mismo martes 8 y los tres tienen boleto de regreso para el 24 de marzo. Sin embargo, el panorama cambió abruptamente.
En las últimas horas lograron conversar con la embajadora Elena Leticia Mikusinski, quien se puso a disposición. “Una de las parejas que está con nosotros tenía su contacto y fue la propia embajadora quien les dijo que le dieran su número personal a los demás argentinos para que nos comunicáramos”, explica Esteban. Y detalla: «Hablé con la embajadora. Nos pidió paciencia y nos dijo que estaban trabajando para darnos una solución. Se disponen a ver cómo resuelven cada caso. Después, cada uno tiene que decidir según su situación personal».
Esteban y Karina tuvieron a Enzo a través de la clínica BioTexCom. Están ubicados en un complejo llamado Sofia City, que se encuentra a unos 30 minutos en coche del centro de Kiev. “Nos dijeron que debíamos evitar el centro de la ciudad. Y nos recomendaron que alejémonos de las ventanas, por eso trasladamos la cama y los muebles a otro lugar del apartamento. No escuché ningún ruido, pero uno de los argentinos que está con nosotros nos dijo que había escuchado detonaciones”, narra.
De repente, la voz de Karina se escucha de fondo: «Acabo de recibir un mensaje del consulado informándonos que podemos ir mañana (este viernes) a la Residencia Argentina para instalarnos». algo que les da un poco de tranquilidad ante tanta incertidumbre.
“Hay una tensión tremenda. Los otros chicos se portaron muy mal con la situación. Tratamos de mantener la calma lo más posible. Hay incertidumbre. La gente llora y colapsa. Los días anteriores pasaron aviones militares, además de los comerciales. Hoy en el centro todo estaba cerrado. El tráfico era un caos y las rutas estaban colapsadas. Muchas personas están confundidas. Nos dijeron en el complejo que si escuchamos una sirena por la noche, tenemos que ir todos al comedor inmediatamente”, describe lo que está pasando en Ucrania ante el avance ruso.
Y añade: “En las tiendas había una larga cola de gente sacando cosas. Lo hacían de forma muy ordenada. No había locura. media comida. Tenemos que conseguir leche para bebés.Fuimos a cuatro o cinco lugares y no pudimos hacerlo».
Antes de la comunicación con la embajada, estaban esperando a ver si debían evacuar al búnker que ha preparado la clínica, a una hora de donde están, en un lugar más abierto. «Hace unos días nos pusieron en un autobús y nos llevaron al refugio. Una demostración de que hubo planificación cuando se hizo posible. Esto lo puso la clínica. En el búnker se pierde todo tipo de conexión con el exterior. Pero en todo el jueves nadie nos ordenó evacuar”, explica Esteban que, junto a su mujer, espera el alta definitiva de su hijo para luego acudir a la embajada.
“Tuvimos que hacer una serie de trámites para que el bebé validara su pasaporte. Con el acta de nacimiento apostillada, teníamos que presentarnos en la embajada para luego poder viajar con Enzo a Argentina. Bajo este nuevo escenario, la embajada declara una emergencia y dice que él otorga el pasaporte a todos los bebés de manera simplificada y nos hacen firmar un compromiso de que vamos a seguir con los trámites desde Argentina”, enumera los pasos a seguir en su situación.
Lo que aún no saben es ¿Cómo van a salir del territorio ucraniano?. “Estamos en manos de la embajada”, confiesa Esteban. Ambos esperan que una vez allí puedan tener un panorama mucho más claro para alejarse de tanta incertidumbre y tensión y poder empezar a disfrutar de su nueva familia, a salvo.
“La sensación es que en el fondo nadie creía que esto iba a pasar”, dice Esteban, un empresario nacido en Buenos Aires, al otro lado del teléfono. Él y su esposa, Karina, son dos de los 20 argentinos que están en tránsito en Ucrania (otros 83 viven allí), en medio de la invasión militar rusa.
Tras la cena de este jueves, casi 24 horas después del inicio del atentado ordenado por Vladimir Putin, asistió Clarín (prefirieron no mostrar sus fotos ni su apellido) para contar detalles de su situación y de los demás compatriotas que están con ellos, otras dos parejas argentinas. “Recibimos un mensaje del consulado argentino diciendo que después del toque de queda de este viernes vamos directamente a instalarlos en la Residencia Argentina en Ucrania”, dice.
Esteban y Karina llegaron a Kiev, la capital de Ucrania, el 8 de febrero. Este no es un viaje de placer. Bueno, en realidad, sí. Aunque no se fueron de vacaciones, el motivo de ir a un destino que no es uno de los destinos turísticos convencionales de Europa es para convertirse en padres a través de la gestación subrogada. La madre sustituta tuvo a Enzo el mismo martes 8 y los tres tienen boleto de regreso para el 24 de marzo. Sin embargo, el panorama cambió abruptamente.
En las últimas horas lograron conversar con la embajadora Elena Leticia Mikusinski, quien se puso a disposición. “Una de las parejas que está con nosotros tenía su contacto y fue la propia embajadora quien les dijo que le dieran su número personal a los demás argentinos para que nos comunicáramos”, explica Esteban. Y detalla: «Hablé con la embajadora. Nos pidió paciencia y nos dijo que estaban trabajando para darnos una solución. Se disponen a ver cómo resuelven cada caso. Después, cada uno tiene que decidir según su situación personal».
Esteban y Karina tuvieron a Enzo a través de la clínica BioTexCom. Están ubicados en un complejo llamado Sofia City, que se encuentra a unos 30 minutos en coche del centro de Kiev. “Nos dijeron que debíamos evitar el centro de la ciudad. Y nos recomendaron que alejémonos de las ventanas, por eso trasladamos la cama y los muebles a otro lugar del apartamento. No escuché ningún ruido, pero uno de los argentinos que está con nosotros nos dijo que había escuchado detonaciones”, narra.
De repente, la voz de Karina se escucha de fondo: «Acabo de recibir un mensaje del consulado informándonos que podemos ir mañana (este viernes) a la Residencia Argentina para instalarnos». algo que les da un poco de tranquilidad ante tanta incertidumbre.
“Hay una tensión tremenda. Los otros chicos se portaron muy mal con la situación. Tratamos de mantener la calma lo más posible. Hay incertidumbre. La gente llora y colapsa. Los días anteriores pasaron aviones militares, además de los comerciales. Hoy en el centro todo estaba cerrado. El tráfico era un caos y las rutas estaban colapsadas. Muchas personas están confundidas. Nos dijeron en el complejo que si escuchamos una sirena por la noche, tenemos que ir todos al comedor inmediatamente”, describe lo que está pasando en Ucrania ante el avance ruso.
Y añade: “En las tiendas había una larga cola de gente sacando cosas. Lo hacían de forma muy ordenada. No había locura. media comida. Tenemos que conseguir leche para bebés.Fuimos a cuatro o cinco lugares y no pudimos hacerlo».
Antes de la comunicación con la embajada, estaban esperando a ver si debían evacuar al búnker que ha preparado la clínica, a una hora de donde están, en un lugar más abierto. «Hace unos días nos pusieron en un autobús y nos llevaron al refugio. Una demostración de que hubo planificación cuando se hizo posible. Esto lo puso la clínica. En el búnker se pierde todo tipo de conexión con el exterior. Pero en todo el jueves nadie nos ordenó evacuar”, explica Esteban que, junto a su mujer, espera el alta definitiva de su hijo para luego acudir a la embajada.
“Tuvimos que hacer una serie de trámites para que el bebé validara su pasaporte. Con el acta de nacimiento apostillada, teníamos que presentarnos en la embajada para luego poder viajar con Enzo a Argentina. Bajo este nuevo escenario, la embajada declara una emergencia y dice que él otorga el pasaporte a todos los bebés de manera simplificada y nos hacen firmar un compromiso de que vamos a seguir con los trámites desde Argentina”, enumera los pasos a seguir en su situación.
Lo que aún no saben es ¿Cómo van a salir del territorio ucraniano?. “Estamos en manos de la embajada”, confiesa Esteban. Ambos esperan que una vez allí puedan tener un panorama mucho más claro para alejarse de tanta incertidumbre y tensión y poder empezar a disfrutar de su nueva familia, a salvo.