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A la espera de reformas, los subsidios y los planes sociales siguen impulsando la suba del gasto

El Gobierno tiene previsto anunciar en las próximas 48 horas dos reformas clave que llevan meses en el centro del debate público y, también, en el corazón de los desequilibrios de la economía argentina en general y de las cuentas públicas en particular. Por un lado, si no hubiera más demora, hoy se conocerían los detalles de la aplicación extensiva de la segmentación tarifaria. Para mañana, en tanto, está en la agenda del ministro de Economía, Sergio Massa, presentar un decreto que dé forma legal al plan de transformación de planes sociales en trabajo formal.

Ambas reformas pretenden dar solución, al menos parcialmente, al problema más acuciante que tiene Massa en estos momentos: el aumento del gasto público, tanto por encima del nivel de los recursos como por el avance de la inflación. Y es que los subsidios energéticos y el crecimiento de los planes sociales son los principales impulsores del alza del gasto. Por tanto, estas son dos variables esenciales a la hora de ajustar los tipos de cambio para reducir el déficit fiscal.

En este sentido, los subsidios a las tarifas de luz y gas registraron un aumento interanual en términos reales hasta julio -es decir, por encima de la inflación- de 22,8%, mientras que los programas sociales registraron un incremento casi igual de 22,6%, siempre descontando la inflación. En pesos, estas cifras implican $1,2 billones en compensación por atrasos arancelarios y $743.583 millones para programas sociales, entre ellos el plan Empoderar Trabajo, las Becas Progreso y los destinados a «políticas alimentarias». Este rubro no incluye las prestaciones sociales con fórmula de movilidad como la AUH y las pensiones, que en mucha menor medida, pero con mayor incidencia, también registraron un alza del gasto de 5,4% frente a los primeros siete meses del año. el año pasado. Los tres renglones combinados explican, según el último informe de la Oficina de Presupuesto del Congreso (OPC), el alza real de 8,3% en el gasto primario.

El aumento en el nivel de egresos del Estado contrasta con una caída en los ingresos totales. Resultado: un nivel de déficit fiscal 71% superior al mismo período del año anterior. “Esta dinámica se dio como resultado de la caída de 0,4% en términos reales en los ingresos totales y un aumento de 7,7% en los gastos totales”, explicó la OPC, que destacó que, dentro del total, los gastos primarios crecieron a un ritmo mayor. “El gasto primario creció, impulsado principalmente por los subsidios a la energía, las pensiones y los programas sociales”, dijeron.

El informe de la OPC revela otro dato que arroja luz sobre la urgencia con la que el Gobierno aborda el tema de los planes sociales. De la lista de gastos del Estado, los programas sociales son los de mayor nivel de ejecución. Es decir, son los que más recursos han consumido del total que se les ha asignado en el año.

Así, por ejemplo, el plan de Habilitación Laboral prácticamente agotó, cinco meses antes de finalizar el año, el presupuesto establecido. De los $279.000 millones asignados, el programa social ha gastado $233.000 millones, es decir, el 83% de su «crédito corriente». Algo similar ocurre con los planes de “Pólizas Alimentarias”, que ya han consumido el 67% del monto total actualizado. El de programas sociales se convierte así en el renglón que más avanza en su nivel de ejecución, lo que, en términos simples, implica que si mantienen el ritmo de gasto, los recursos que se asignaron no serán suficientes para llegar a fin de año. Es decir, requerirán un aumento de presupuesto.

Por el lado de los ingresos, la recaudación tributaria acumuló hasta julio una suba del 3,6%, mucho más moderada que la del gasto, gracias a los ingresos por IVA, Ganancias, Bienes Personales y el Impuesto País. Por otro lado, los ingresos por retenciones cayeron 15%, debido a factores climáticos negativos, cortes de ruta y manifestaciones que impedían el ingreso a los puertos. A esto se sumó la inexistencia de la Contribución Extraordinaria Solidaria (el llamado impuesto a las grandes fortunas), lo que determinó un fuerte desequilibrio en las cuentas del Tesoro.

Fuente: Infobae

Fuente: diariocordoba.com.ar

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