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analizan mantener el cupo de ingreso más allá del 9 de julio

Las infecciones y muertes por coronavirus no están disminuyendo rápidamente. El gobierno nacional considera que la meseta de casos ha estado en un punto muy alto desde hace un par de semanas y se ha retrasado el descenso que esperaban. Los dos nuevos casos de transportistas de la variante Delta que se detectaron en pasajeros que llegaron del exterior en vuelos desde Estados Unidos y Venezuela mantienen a las autoridades sanitarias y también a las de la Dirección Nacional de Migraciones, encargadas de resguardar las fronteras argentinas.

Por eso esperarán la evolución de ambas curvas, la de contagios y la de defunciones, en los próximos días para decidir si se mantendrán las restricciones tras la expiración del último DNU, que está vigente hasta el viernes 9 de julio. .

Ese decreto del presidente Alberto Fernández fue la continuación del anterior, sin apelar a un encierro estricto como el que se había ordenado a fines de mayo. La decisión administrativa que acompañó al DNU de reducir el número de personas que pueden ingresar por el aeropuerto de Ezeiza y que pasó de 2.000 a 600 por día provocó polémica e indignación en gran parte de la sociedad, aunque la Casa Rosada siempre adujo salud y que fueron hecho «para preservar la salud de todos».

La variante Delta del COVID-19 fue la que disparó todas las alertas porque tiene un atributo que la convierte en una amenaza muy grave: la transmisibilidad rápida. Si bien la ministra de Salud de la Nación, Carla Vizzotti, aclaró que por el momento «no hay transmisión comunitaria», persiste el temor de que el plan de vacunación sea insuficiente para frenar una escalada de casos. La detección de dos nuevos casos que Salud dio a conocer este jueves elevó la cifra a cinco viajeros en los que se encontró esa variante identificada en India. Allí el Gobierno insistió en la necesidad de que las personas que viajaron respeten los días de aislamiento a pesar de que hayan dado negativo en las pruebas en Ezeiza y que una semana después de su llegada realicen una prueba de PCR.

«O cerramos las fronteras o la economía», dijo el jefe de Gabinete, Santiago Cafiero, en declaraciones televisivas. Y, además de desaconsejar los viajes fuera del país, argumentó que «la próxima semana se evaluará si el 9 de julio se prorroga la» regla con restricciones «. Luego destacó que» es fundamental que quede claro que no tome decisiones inoportunas para causar nuevos problemas a las personas «.

Cafiero también aseguró que «son decisiones de salud, no de logística, que se toman desde hace mucho tiempo». Y anticipó que «no todos los vuelos se abrirán como antes». Sobre este mismo tema, Florencia Carignano, directora de la Dirección Nacional de Migración, había anticipado que no se descartaba que se pudiera flexibilizar el cupo para ingresar al país por vía aérea.

Enfatizó que «las provincias comenzarán a implementar más controles» sobre las cuarentenas que deben cumplir los viajeros. Este es un punto en el que insisten desde La Rosada. «Si las otras jurisdicciones no ayudan con este tema, todo será más complicado», se escuchó decir a un funcionario de Balcarce 50.

En Migraciones, luego de constatar un alto incumplimiento de los viajeros en los días en los que deben permanecer aislados (en una primera encuesta, 4 de cada 10 viajeros no se encontraban en casa cuando las autoridades fueron a visitarlos), celebraron la decisión de el gobernador bonaerense Axel Kicillof y lo contrastaron con la actitud del Ejecutivo de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires.

Kicillof optó por imponer una cuarentena de 4 días en los hoteles y otros 3 días en sus domicilios a los porteños que regresen del exterior en avión. En la Ciudad, a los que regresan solo se les da seguimiento telefónico, lo que dificulta las operaciones de control. «No podemos ir a buscarlos de casa en casa», argumentó un funcionario porteño. Piden al resto de jurisdicciones de la Nación un esfuerzo adicional en este tema a pesar de saber que 8 de cada 10 personas que viajaron residen en la Provincia o en la Ciudad de Buenos Aires. La “flexibilidad” de la que habló Carignano para incrementar la frecuencia de vuelos dependerá en gran medida del control que ejerza cada distrito.

La cancelación de la reunión que iban a tener varios funcionarios nacionales con los empresarios de las aerolíneas agrupadas en la Asociación de Transporte Aéreo Internacional (IATA) provocó mucho malestar dentro del Gobierno. Todos acordaron sentarse a conversar, pero recibieron la negativa de la empresaria de sentarse a la mesa a las pocas horas de ser convocada.

Dispuestos a participar, del lado del Gobierno aguardaban el ministro de Transportes, Alexis Guerrera, Carignano para las Migraciones y un representante del Ministerio de Salud. Desde la IATA insistieron en que Santiago Cafiero estuviera presente como Jefe de Gabinete y debido a la negativa del gobierno, la negociación se frustró. La advertencia posterior que emitió esta entidad empresarial de que varias empresas podrían salir de Argentina si persiste la idea de mantener vuelos al exterior, aumentó el enfado.

El ministro Vizzotti enfatizó en las últimas horas que “con el invierno por delante, con las variantes más transmisibles y tanto movimiento de personas a diferencia del año pasado, lo cierto es que si los casos comienzan a aumentar, subir de este piso es un problema, un gran riesgo ”. La variante Delta, que se originó en India y ahora es tan temida en Sudamérica, provocó fuertes brotes de COVID-19 especialmente en Reino Unido, Rusia y España y hay alerta en otros países europeos.

Argentina logró acelerar la llegada de las vacunas y como consecuencia, también el plan de inmunización contra el coronavirus. Además, disminuyó la ocupación de camas de cuidados intensivos. Ayer hubo 5.784 pacientes ingresados ​​en UCI frente a 7.969, que fue el récord alcanzado el 14 de junio de este año. El titular de la cartera de Salud también se mostró preocupado porque el número de contagios diarios se mantiene en un promedio de alrededor de 20 mil y no descartaba nuevos confinamientos.

“Abogamos para que cada jurisdicción, con los indicadores que estén vigentes, tome las medidas en tiempo y forma para que no las necesiten y puedan seguir avanzando en las autorizaciones. No es que eso solo dependa de la nación, sino también de las jurisdicciones ”, declaró en una ronda con periodistas acreditados en La Rosada ayer por la tarde.

El viernes 9 de julio expira el DNU vigente, que aún impone importantes restricciones a la circulación de personas entre las 00 y las 6 horas y también en algunas actividades como la gastronomía, el turismo y las actividades relacionadas con el espectáculo. Habrá que esperar si una caída considerable en el número de infecciones y muertes hará que las autoridades sanitarias cambien de opinión o de estrategia.

* Para www.infobae.com

Fuente: diariocordoba.com.ar

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