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descubren una estrategia que da mejores resultados / Sociedad

Sin temor a exagerar, el hallazgo que se discutirá a continuación promete dejar una huella en la historia de la comprensión mundial del cáncer. El tema: cómo mejorar el éxito de las inmunoterapias en casos de tumores quirúrgicos. La respuesta la dieron científicos de la Universidad de California en Los Ángeles (UCLA), liderados por el catalán Antoni Ribas: demostraron que se gana mucho terreno si en lugar de aplicar inmunoterapias tras extirpar un tumor (como se ha hecho), se empieza antes de la cirugía.

La novedad, plasmada hace unos días en un artículo de la prestigiosa El diario Nueva Inglaterra de medicina (NEJM), se basa en un razonamiento tan simple que es difícil medir su alcance.

Para entenderlo, dos explicaciones básicas. El primero es que son las inmunoterapiaso las terapias biológicas, que tan intensamente han revolucionado (en los últimos 15 años) la forma de tratar algunos cánceres.

Estas terapias se basan en generar un aumento en la producción de linfocitos (las células del sistema inmunológico). Es decir, reforzar sus propios “soldaditos”, un formato que los diferencia por completo de las terapias clásicas contra el cáncer, como la quimioterapia, que tienen como objetivo destruir el tejido tumoral y (a diferencia de las terapias biológicas) tienden a debilitar el esqueleto inmunológico.

El segundo es un hecho menos conocido: además de células alteradas o malignas, los tumores también tienen linfocitostanto dentro como alrededor del cáncer.

Las inmunoterapias contra el cáncer consisten en generar un aumento en la producción de linfocitos.

Algunos recordarán -en relación a las vacunas del Covid- que algunos linfocitos tienen «memoria», la «memoria inmunológica». Guarde estos datos.

La novedad ahora es que el equipo dirigido por Ribas pudo demostrar la inconveniencia de aplicar inmunoterapias (solo) después de la operación, algo que se hacía por protocolo, en parte por temor a que retrasar la cirugía (para administrarle al paciente alguna inmunoterapia) significar una pérdida de tiempo vital.

Ribas y su equipo demostraron que es exactamente al revés.

Adyuvante o neadyuvante-adyuvante

Gabriel Rabinovich Es bioquímico e Investigador Titular del Conicet, dirige el Laboratorio de Glicomedicina del Instituto de Biología y Medicina Experimental (IBYME) y es uno de los científicos argentinos más reconocidos en investigación en inmunoterapias.

Clarín Le preguntó cuán trascendental consideraba esta novedad. Fue elocuente: empezó diciendo que “el trabajo es fantástico”, continuó explicando que “Ribas es claramente un referente” y al final de la charla reiteró: “Es un trabajo brillante”.

En el papel («Pembrolizumab neoadyuvante-adyuvante o solo adyuvante en melanoma avanzado”), los investigadores se están enfocando en un fármaco biológico (el término correcto es «anticuerpo monoclonal») llamado pembrolizumab.

La pregunta que se hacen es si, además de usarlo como «adyuvante» (terapia posquirúrgica para evitar la reaparición de células tumorales), deberían aplicarlo también en modo «neoadyuvante», es decir, antes de la cirugía.

Rabinovich fue enfático: “El trabajo demuestra que las inmunoterapias funcionan mejor cuando se inician en lo que se llama neoadyuvante, es decir, antes de la cirugía, como suelen indicar casi todos los protocolos de cáncer”.

¿Por qué son útiles las inmunoterapias neoadyuvantes?

“Aunque en algunos casos se utilizó antes de operar, nunca ha sido tan convincente la demostración de que la eficacia es mucho mayor cuando la inmunoterapia se inicia antes. Esto se debe a que las terapias biológicas se basan en estimular los linfocitos intratumorales y agotados”, reforzó Rabinovich.

Debido a que «la inmunoterapia levanta y estimula estas células inmunitarias agotadas, el razonamiento era muy simple, muy claro y muy contundente. Brillante a la vez. Y es que si antes quitas el tumor, lo quitas con los linfocitos y entonces la inmunoterapia no tiene muchas posibilidades de actuar”, explicó.

Es diferente con la estrategia neoadyuvante: “Dar inmunoterapia antes de la cirugía estimula una respuesta inmune que eleva los linfocitos agotados, y luego se genera una respuesta de memoria. Incluso si quitas el tumor más tarde, el recuerdo persiste”.

El éxito de la inmunoterapia antes de operar

El estudio clínico de UCLA fue un ensayo de Fase 2 e incluyó a 313 pacientes de 90 sitios en los Estados Unidos que tenían melanoma avanzado (grados III y IV del tipo más común de cáncer de piel).

Del total, 159 pacientes recibieron inmunoterapia después de la extirpación del melanoma, mientras que 154 la recibieron antes y después (por eso el trabajo habla de un tratamiento «neoadyuvante-adyuvante»).

Las conclusiones son contundentes. Según el artículo, «en una mediana de seguimiento de 14,7 meses, el grupo neoadyuvante-adyuvante había supervivencia sin eventos significativamente más larga que el grupo de solo adyuvante.

En concreto, aclaran, “la supervivencia libre de eventos a los dos años fue del 72% en el grupo neoadyuvante-adyuvante, y del 49% en el grupo adyuvante”.

El la diferencia es de 23 puntos porcentuales.

Además, los autores concluyen algo clave, y es que haber administrado más medicación biológica no generó diferencias significativas en cuanto a la toxicidad (efectos adversos).

Así, el porcentaje de pacientes con eventos adversos relacionados con el tratamiento “fue del 12% en el grupo neoadyuvante-adyuvante, y del 14% en el grupo solo adyuvante”, destacan.

¿Para qué cánceres podría ser útil esta terapia?

Rabinovich enfatizó que «es un trabajo muy importante también desde el punto de vista clínico» y que, «en teoría, podría ser potencialmente extrapolado a otros cánceres donde funcionan las inmunoterapias, es decir, tumores sensibles a inmunoterapéuticos”.

Por ejemplo, esbozó (siempre en tono hipotético), «en los tumores de cabeza y cuello, en el cáncer de pulmón y en un porcentaje los tumores gastrointestinales, siempre -hay que insistir- si son sensibles a las inmunoterapias».

La esperanza se instala en un nuevo camino de ensayos contra el cáncer, cerró el científico: “Hay que hacerlo. También hay que probar con otros tipos de tumores para ver si se da este nuevo fenómeno”.

mg

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Fuente: Titulares.com

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