«El Gobierno nos tendría que aplaudir por vacunarnos afuera» / Sociedad

«Fueron días de mucha angustia, la verdad. Viajé aquí a Miami por quince días, para vacunarme como principal objetivo, porque tengo enfermedades preexistentes. Antes de tomar la decisión, se lo mencioné a mi neurocirujano, quien respondió: ‘Adelante, no lo dudes’. Y cuando me vacuné sentí un alivio y una felicidad de que no tengas ni idea, sin imaginar todo este lío eso vendría después. «

Desde Miami, acelerado y ansioso por el posible regreso a Argentina para este sábado, Gerardo Sarayottis (50) habla con Clarín sobre «el calvario» que él y cientos de argentinos están viviendo en Estados Unidos porque no pueden regresar a Argentina. «Tuve dos aneurismas, Tengo una prótesis en el hueso del cráneo, tengo que revisarme cada treinta días y Tomo tres medicamentos a diario que se me acababa, porque yo Tenía una fecha de regreso para el 24 de junio.«, Él dice.

Sarayottís y Cristian Masarik (52) son los dos ciudadanos por los que la Sala de Delitos ordenó al Gobierno la repatriación urgente por motivos «humanitarios». La medida, que debe hacerse efectiva en 24 horas -a partir de este jueves- no llega a sus compañeros. «Mi abogado me dijo que el vuelo seguramente será el 10 de julio, pero mi esposa va a tener que quedarse y no sabemos por cuanto tiempo«.

Sarayottis y Masarik habían interpuesto un hábeas corpus, que fue interpuesto por los jueces Mauro Divito y Juan Esteban Cicciaro. En la resolución judicial se ordenó que se coordinara el «ingreso urgente» de ambos. Una vez en Argentina, deberán someterse a los controles del caso y posteriormente cumplir con el aislamiento correspondiente. La solicitud incluyó a otras dos personas, entre ellas un menor de 10 años, pero los que sufren fueron priorizados en el fallo. problemas de salud.

Dueño de una pyme, en la que fabrica parrillas a gas y carbón, Sarayottis es de Caseros, parte de Tres de Febrero. «Este viaje que habíamos realizado para marzo de 2020 y ya habíamos pospuesto tres vecesNo admitía un cuarto, por lo que la aerolínea American Airlines sugirió que hiciéramos el viaje en la última fecha programada (8 de junio) porque de lo contrario lo perderíamos. Y así fue que consulté a mi médico y me animó a hacerlo. yo todavía Estaba esperando para vacunarme desde la primera dosis«, repasa el ciudadano porteño que recibió la vacuna Janssen.

Aún aturdido por las jornadas intensas y movilizadoras que está viviendo en la lejanía, Sarayottis no entiende «por qué el Gobierno se maneja con esa improvisación amateur, sin ninguna previsibilidad. ¿Por qué no miran lo que pasa en los países vecinos? la cabeza que los mismos errores se repetirán un año después. El Gobierno tendría que aplaudirnos por venir a vacunarnos afuera y libera cuotas, pero no, nos castiga porque como estamos en el exterior creo que somos ricos«.

Sarayottis, quien es técnico mecánico automotriz, heredó el trabajo de su padre Demetrio, fallecido en 2018. “Me levanto a las seis de la mañana y trabajo todos los días en mi fábrica, donde además de producir parrillas hago el mantenimiento de el lugar Y tengo empleados a los que les doy trabajo. Y me rompo la espalda trabajando para que me prejuzguen o controlen mi bolsillo. ¿Dónde se vio? ¿Qué país queremos tener? Amo mi país, pero los gobernantes deja mucho que desear «.

Sarayottis dice que «Argentina es el mundo al revés. El campamento se apoya para reclamar la libertad de Milagro Sala, miles de personas que están hacinadas en Plaza de Mayo se alimentan, que no trabajen, y nos vuelven locos, nos hacen la vida imposible. yo estaba muy angustiado cuando me dijeron que hasta agosto o septiembre no podría regresarMe vinieron muchas imágenes horribles, temí por mi salud, pensé en mi viejo, que murió de un derrame cerebral. «

La nobleza obliga, Sarayottis resalta la otra cara del «gen argentino», el solidario, «el que te escribe por las redes y te manda mensajes con la mejor vibra. Como la señora Daniela, que luego de enterarse de mi problema de salud». , me contactó, me dijo que viajaba a Miami y que me traería la medicación (fenitoína) que se estaba acabando. Me conmovió, no lo podía creer: este viernes me buscará en Manolo, donde nos encontraremos este 9 de julio con todos los varados para protestar ”.

La buena noticia de poder regresar «es una alegría a medias, porque mi esposa tiene que quedarse indefinidamentePero ante esta posibilidad que se me presenta, ella no lo duda, a pesar de que tiene a sus dos hijos en Buenos Aires. «

Gerardo y Estrella, quien es cubano, se casaron hace dos años y medio, luego de cuatro noviazgos y se unieron a las familias. «Leini (22) y Gonzalo (15) nos esperan, los hijos de mi esposa, y Helena, mi hija de 17 años, a quien extrañamos mucho pero que están demostrando estar a la altura».

Sarayottis recuerda con gran amargura y ansiedad lo que vivieron el 24 de junio, cuando estaban «justo ahí» para subir al avión. «Hice el check-in, despaché las maletas, esperé en la sala de pre-embarque y cuando estaba por entrar a la manga, me dicen, ‘señor, no puede subir allí, no tiene un asiento asignado’. Cuando miro el boleto, solo entonces me di cuenta de que no tenía lugar, no podía creerlo. Imagínate, las maletas llegaron a Ezeiza y aquí teníamos que comprar lo mínimo «.

También recuerda que cuando salió de Ezeiza, a principios de junio, tuvo que firmar una declaración jurada en la que se le advirtió que se podía posponer su regreso en caso de que se desencadenaran las infecciones. «Yo firmo y la verdad es que no leí nada, tampoco tuve elección, Si no firmara no podria irme. ¿Qué puedo hacer? Y en ese momento había cierta tranquilidad, eran tiempos de relativa apertura, lo que pasaba era impensable, si hubiera sospechado que algo así podría pasar, no habría viajado ”.