“Espera, luego te atendemos”, alcanzó a decir Axel Kicillof ante el reclamo de una madre de Lincoln. La mujer dijo en voz alta que “No se está cumpliendo el derecho a 180 días de clases”. El gobernador no encontró más respuesta que esa.
Con cierta ironía y falsa inocencia, esa madre -quien forma parte de la organización Padres Organizados- dijo luego en una entrevista que, junto a otra madre, se habían acercado al auditorio de la Universidad Nacional del Noroeste de la Provincia de Buenos Aires (UNNOBA ) -en Junín- porque habían recibido un volante que decía que tenían un día por el derecho a la educación.
«Y dijimos ‘justo lo que exigimos’escuchémoslos. Qué interesante que el gobierno esté haciendo esto”.
Lo que siguió fue el aireado reclamo de que «los muchachos no van a cumplir los 180 días de clases en ningún colegio público de la provincia de Buenos Aires».
Una escena que quedó reflejada en un video, que rápidamente se volvió viral. Y eso, como en el caso del carguero de Bahía Blanca, saltó luego a la agenda periodística.
Hecho nuevo de los últimos tiempos. La educación, de vez en cuando, gana un lugar en los medios. Y no solo por los malos resultados de las pruebas estandarizadas o las huelgas de maestros al inicio del año escolar. ahora también para la preocupación de las familias por la calidad de la educación que reciben sus hijos.
Lo que hay detrás de todo este debate, casi como un diálogo sordo, es Qué significa -a ambos lados de esta nueva grieta- el «derecho a la educación»: precisamente el tema planteado por el gobierno de la Provincia para debatir en el salón de la UNNOBA, como parte de la campaña por la reelección de Kicillof.
Desde el oficialismo dicen que la educación es uno de los muchos derechos que ahora están garantizadosEntre otras cosas, porque los niveles de escolaridad son altos, hay inclusión en las escuelas, convivencia democrática y algunos científicos logran reconocimiento internacional.
Pero No es lo que muchos padres perciben, que sienten que sus hijos no aprenden lo necesario para el mundo exigente en el que viven ahora y vivirán en el futuro. Por eso se quejan.
Más amplio que el «derecho a la educación», lo que afirman es “derecho a aprender”. La pregunta es ¿cómo garantizarlo con tanta interrupción pedagógica? Los gobiernos no siempre son responsables de este déficit, está claro. Pero es difícil que te den una respuesta si ante un reclamo lo que escuchas es “Espera, luego te ayudamos”.
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Fuente: Titulares.com