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la vida de Mica Riera antes y después de interpretar a Fabi Cantilo

A pocos metros del imponente escenario, contando los minutos, sintiendo las palpitaciones, Mica Riera esperaba como tantos miles la aparición de Fito Páez en Vélez para vibrar con el show por el 30 aniversario de Love After Love. Cuando se apagaron las luces y empezó a subir la adrenalina propia de la antesala del concierto, en lugar de escuchar los acordes habituales, las pantallas mostraban el tráiler de la serie rosarina.

Allí se vio por primera vez en la pantalla gigante, personificando a Fabiana Cantilo, mientras escuchaba las candentes reacciones del público. Fueron algo menos de dos minutos de gritos, aplausos y lágrimas que terminaron con una ovación de pie. Mica sintió que se le erizaba la piel. Un pensamiento cruzó por su mente: “Esto viene con todo”, y no tuvo tiempo de pensar más. Alguien contó hasta cuatro y comenzó el concierto, donde ella también iba a llorar pero conmovida por las canciones que habían marcado su vida.

Todavía no han pasado dos meses desde que esa expresión popular y genuina, el cosquilleo que sintió en la noche de Liniers mutó en algo difícil de explicar. Mica se convirtió en la gran revelación de El amor después del amor, con su notable interpretación de Fabi, cantante a la que siempre admiró y de quien estudió cada detalle de ella. Y en este trabajo artesanal y algo intangible está el secreto del éxito: en la construcción de una personalidad más que en una mera caracterización; en las formas de mirar con amor y con ira; sentir el dolor propio y el de los demás; reírse a carcajadas a cada paso de la comedia; expresar el mundo en un puñado de canciones.

Mica recibe a Teleshow con muchas ganas de hablar de la obra que marcó un antes y un después en su carrera, pero más aún de repasar el camino que la trajo hasta aquí. Nacida hace 31 años en Santa Fe y viviendo desde los 4 en Buenos Aires, dice que desde que tiene memoria quiso ser actriz. Que Pancho Dotto la descubrió a los 14 años y que tenía las cosas claras para no sucumbir a la tiranía de los cuerpos perfectos. Que un trauma suyo casi la deja fuera de la gran oportunidad de su vida. Y que no tiene tiempo ni corazón para agradecer el cariño de la gente, pero que hay que pasar página para un nuevo reto: subirse por primera vez al escenario de la calle Corrientes para ocupar el lugar de Flor. Vigna en El divorcio, junto a Luciano Castro, Pablo Rago y Carla Conte.

un pasaje allí
La propuesta de interpretar a Fabi Cantilo le llegó en el momento justo, en pleno crecimiento profesional. Mica estaba grabando la primera temporada de El encargado, cumpliendo el sueño de trabajar con directores como Mariano Cohn y Gastón Duprat, y recibiendo buenas críticas de ellos. “Llegó con una ola de confianza muy bonita y eso me ayudó a afrontar el casting”, dice. Un casting que casi suelta cuando leyó el tema: “busca actriz/cantante”, y activó algunos traumas no resueltos. “Tengo mucho miedo de cantar, de exponerme con mi voz”, admite. Pasó una semana y un impulso la llevó a abrir el correo. Cuando vio que iba a interpretar a Fabi, ya no pudo decir que no. “Creo que me comprometí con el rock. Me tocó una fibra muy personal y ya no era yo, Mica, tratando de sacarme filtros, sino pensando en cómo Fabi haría todo esto”, explica.

Más allá de admirarla como cantante, Mica nunca se pareció físicamente a Fabi y nadie se lo había dicho antes. Recién para el segundo casting, cuando se vistió con un look ochentero, vio en la reacción de uno de los asistentes que algo pasaba. Allí tomó conciencia y comenzó a moldear su carácter a partir de una estructura que destaca por encima de todas las cosas. Vestuario, maquillaje, peinados y el set de filmación con una construcción de época que ayudaba a entrar en ambiente. “Fue como entrar en un túnel del tiempo”, gráficamente Mica, y revela algunos detalles que no se vieron en la pantalla, desde los carteles de fechas hasta las listas de canciones pegadas en el escenario.

Además de escuchar sus discos, revisar entrevistas y buscar sus gestos, Mica empezó a pensar y actuar como Fabiana. “Traté de sacarle el movimiento con la boca, también tiene algo con la nariz. La mirada, la risa, cómo arquea las cejas cuando canta”, dice siempre con cuidado de no pisar el suelo de la imitación. Su encuentro con Fabi fue clave para el dato decisivo. “Nunca dejo de moverme”, le dijo la cantante, y ahí sintió que tenía la pieza que faltaba en el rompecabezas. Entonces, quiso conocer a la persona y sumergirse profundamente en sus sentimientos, más allá de la visión de Fito. “Sin que ella lo supiera, me hizo parte de sus propios recuerdos, y eso le dio identidad al personaje, sabiendo que la mujer que tenía que interpretar tenía una historia detrás”, dice, y da el pie para cerrar este capítulo tan importante. y empezar a viajar hacia atrás.

a rodar mi vida
Además del orgullo y la satisfacción que siente por su presente, para Mica también es la confirmación de que hizo lo correcto al seguir el instinto de aquella niña que llamó la atención de todos con sus ocurrencias. Ella “es la actriz de la familia”, se presentaba en cada encuentro casi como un spin off. A los 6 años se inscribió en un curso de teatro en su escuela impartido por Liliana y Noemí Serantes, las gemelas Nu y Eve. “Ella era mi lugar, allí podía expresarme sin límites”, recuerda hoy, con la vivacidad de las enseñanzas que nunca se olvidan.

Pasó el tiempo y Mica volvió a estudiar teatro a los 14 años, cuando ya había decidido formalmente que quería ser actriz. Una noche acompañó a su madre, la periodista de espectáculos Cristina Clement, a un desfile de alta costura del diseñador Jorge Ibáñez. Allí cautivó al histórico representante Pancho Dotto, quien la invitó a formar parte de su plantel. «Nunca quise ser modelo, pero con los años veo algunas cosas que tienen sentido en mi vida», admite. Un impulso la llevó a decir que sí, pero también a imponerle condiciones al mismo Pancho Dotto: “Le dije que no iba a faltar a la escuela y le pedí que me mandara a los castings para la tele, porque vi que había modelos. trabajando como actrices. Y al primer casting que me mandaron, me quedé”.

—¿Qué vio Pancho Dotto en ese desfile?

—Yo no tenía nada que ver con ese mundo, era un rea total, escuchando rock todo el día con la lengua fuera. Pero tenía la misma estatura que tiene ahora, estaba súper delgada y esbelta y funcionó. Todavía no lo disfrutaba, tener que posar para la cámara todo el tiempo no era algo que me divirtiera. Siento que en algún momento tuve que armar un personaje, actué como modelo, y fue un aprendizaje que tomé para muchas cosas en mi vida.

—¿Cómo ves tus años como modelo desde la distancia?

—No tuve una gran carrera como modelo, porque a la vez me puso palos en la rueda. Algunas cosas las disfruté y otras no, y en un momento fue doloroso. Incluso me han dicho «¿qué hace esta chica con un agujero en el culo?» Y yo tenía 15 años… Es una carrera muy traumática, yo era muy inteligente para que alguien se me cruzara, pero a la vez me daba mucha bronca porque tenía compañeros que podían ir al baño a vomitar por esta misma razón. Es muy superficial y puede ser doloroso, porque hay que seguir un único modelo de belleza. Y tal vez mi modelo no sea el tuyo.

—¿Tenías claro todo esto a esa edad?

—No sé si fue tan claro, si pude ponerlo en palabras como ahora. Pero recuerdo ese día, cuando llamé a mi mamá, le dije y ella se volvió loca. Ella trabajaba en el medio, sabía todo esto, y me procesó bien. Ella me ayudó a pisar fuerte en el ambiente.

Durante sus cinco años en la agencia Dotto, Mica viajó por Argentina y el mundo y compartió pasarela con figuras destacadas del mundo de la moda. “El otro día me encontré con Pampita y me dijo que estaba contenta con lo que me estaba pasando en la serie. No podía creer que se acordara de mí, pero también fueron muchos años…”, rememora mientras recuerda con una sonrisa. Cuando entró en Consentidos, ese primer casting en el que estuvo entre 800 aspirantes, aún le quedaba un año de contrato en exclusiva con Dotto. “No quería terminar mal con él porque me había ayudado mucho, así que dejé de ir a los desfiles y mientras tanto estudiaba teatro. Y cuando terminó el contrato, fui a buscar un representante del actor ”, dice con naturalidad.

Desde el primer día en Consentidos, Mica sintió que todo había valido la pena. “Siempre que actuaba era feliz”, dice, incluso en este vaivén del oficio que combina períodos de trabajo duro con otros más austeros. Pasó por éxitos como Graduados o Educando a Nina y tuvo su primer papel protagónico en Señales del fin del mundo. Y cuando hizo los arreglos para la miniserie Para atrapar a un ladrón, encontró un cable de tierra para su cabeza y cuerpo en la cerámica. Lo que empezó como un hobby terminó en un ejercicio decisivo para quitarle el peso de tener que ser su única fuente de ingresos fuera de la actuación: “Mi perspectiva cambió por completo”, suspira.

Cuando puede, monta un taller en su casa y nivela las actividades según lo permite su horario. Está claro que la actuación ocupa la mayor parte de su tiempo estos días, pero también mantiene la cita sagrada con sus alumnos: “Es muy fácil desaparecer del mundo en este momento, cuando todo el mundo está constantemente tirando flores y diciéndote que estás grossa”, justifica.

que vendrá
Cuando estalló Love After Love, Mica ya había tenido un acercamiento a grandes destellos desde su participación en El encargado, la serie de Star+ protagonizada por Guillermo Francella como Marina, la novia del personaje de Malena Sánchez. Ahora, ella ocupa un lugar central, y desde el estreno recibió un reconocimiento unánime en las redes que poco a poco comienza a moverse a la calle. “Agradezco mucho que la gente se tome su tiempo para decirme algo bonito”, dice la actriz con agradecimiento a un universo como el de las redes, con tanto odio gratuito. “Que alguien como Lali Esposito se tome el tiempo de mandarme un mensaje tan bonito me toca el corazón”, añade, con los pies en la tierra, pero con ganas de volar alto.

—Ahora viene la segunda temporada de The Manager, otro producto de mucha repercusión.

—Si tengo algo parecido a Fabi es que nunca entiendo muy bien dónde estoy, ni corro un poco, miro hacia atrás y pienso “qué buena carrera estás haciendo.…”. No sé si siempre confié en mí mismo para estar donde estoy, pero ahora que me lo dices, creo que fui capaz de los dos proyectos más importantes que tuvimos en Argentina en los últimos tiempos, y aún no me rindo. . Y sobre todo estoy muy contento de que en Argentina se puedan hacer este tipo de series, que empresas como Disney y Netflix vengan y apuesten por nuestro talento, me llena de orgullo.

—Tras el éxito de la serie y de tu personaje, se habló de un spin off con la vida de Fabi. ¿Te gustaria?

—Me encantaría volver a interpretar a Fabi. Además, con lo que la admiro como artista y como su persona, interpretarla me abrió la mente, porque es una persona tan libre y volátil y que hace lo que quiere. Ella no tiene filtro y siento que eso me ayudó a liberarme de mis filtros y mis obstáculos. También me pasa que quiero salir de este personaje y mostrarle a la gente que me han estado diciendo cosas lindas, que no solo puedo hacer Fabi sino que puedo hacer muchas otras cosas, y que estoy lista para lo que venga.

—Fabi hizo algunos comentarios sobre la serie, sin embargo tu trabajo siempre estuvo fuera de sus críticas. Incluso aparecieron juntos en varias ocasiones para acabar con cualquier polémica.

—Creo que más que cerrar fue abrir, porque las reuniones que había tenido con ella habían sido súper laborales. De repente, comenzamos a conocernos como personas individuales y nos damos cuenta de que queremos mantenernos en contacto. Siento que hay algo con ella, que hice una conexión y quiero tenerla en mi vida para siempre y un poco me pasa. Y eso es hermoso.

—Y en este probarse ropa nueva llega el debut en Divorcio, reemplazando a Flor Vigna.

—Estoy muy feliz porque es un reto que no había hecho antes, una obra de teatro comercial, con gente destacada dentro de la industria. Es un equipo muy bonito, muy humano, muy sociable, estoy feliz por eso, y también con ansiedad y expectativa por lo que viene, y eso me ayuda a demostrar que además de poder interpretar personajes como Fabi, con mucho drama y mucha verdad, también puedo hacer comedia sobre las tablas.

Con información de Infobae.

Fuente: diariocordoba.com.ar

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