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otro episodio de una política exterior marcada por la inconsistencia

Las idas y venidas del gobierno nacional en torno a la Cumbre de las Américas que se realizará la próxima semana en Estados Unidos son un nuevo episodio de una política exterior marcada por la inconsistencia. Mientras el Gobierno enviaba señales confusas sobre si el presidente, Alberto Fernández, iría o no a Los Ángeles, se agregó la posibilidad de que Argentina organizara una cumbre paralela de la CELAC.

Ante una ocasión tan importante como la de reunirse con el resto de los presidentes de las Américas, en lugar de impulsar una agenda de desarrollo por el bienestar de los argentinos, Alberto Fernández se enreda en una discusión ideológica que es vieja y en la que ni siquiera los Los propios argentinos se sienten aludidos como protagonistas: tanto Díaz-Canel como Ortega dijeron que no estarían interesados ​​en participar de la Cumbre. En lugar de promover nuestro papel en las cadenas globales de valor, el potencial para atraer inversiones y buscar nuevas posibilidades para generar empleos y dinamizar nuestra economía, el Presidente expresa una mirada de confrontación con una parte del mundo, compartida dentro del Frente de Todos, que no no se traduce en oportunidades para la Argentina.

Las contradicciones e inconsistencias en el posicionamiento, el uso de la política exterior para satisfacer las luchas de poder dentro de la coalición gobernante y el manejo de las relaciones internacionales bajo definiciones ideológicas, perjudican nuestra inserción internacional y nos impiden aprovechar las oportunidades que tenemos para crecer. .

La política exterior debe estar al servicio de una estrategia de crecimiento de la Argentina, más en esta coyuntura geopolítica que presenta oportunidades para América Latina. El hecho de que Estados Unidos no lograra encontrar una agenda para la cumbre que cumpliera con las expectativas regionales debió interpretarse como una oportunidad histórica para que América Latina impulsara una discusión sobre el desarrollo hemisférico. Esta debe ser la principal preocupación regional que lleve el presidente Alberto Fernández a la Cumbre de las Américas.

Los zigzags del Gobierno hacen aún más urgente la reconstrucción y recuperación de la credibilidad internacional de nuestro país. La Cumbre de las Américas se presenta como otra oportunidad perdida para Argentina por una política exterior inconsistente. Necesitamos reinsertarnos en el mundo de manera pragmática, con mensajes claros y medidas concretas que reduzcan la incertidumbre y nos animen a desarrollarnos.

*Para infobae.com

Fuente: diariocordoba.com.ar

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