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El hijo de Brigitte Bardot: a la sombra de la fama

Brigitte Bardot fue madre, abuela y bisabuela. Pero su único hijo siempre permaneció en la sombra, apartado de los focos. Nacido de su relación con Jacques Charrier, actor y productor con quien se casó en 1959, cuando su madre estaba en la cima de su fama, Nicolas-Jacques Charrier tiene ahora 65 años, tras crecer con su padre alejado del ojo público toda su vida.

Una maternidad compleja

Para Bardot, la maternidad nunca fue una elección.

«Tuve un hijo, pero no se puede decir que este pobre niño llegó en el momento oportuno y me dio lo que me faltaba», confesó la actriz a Le Parisien en 2021.

Una relación distante

Separados en 1962, Bardot y Charrier se disputaron la custodia de su hijo. El tribunal falló a favor del padre. Así, Nicolas creció lejos del glamour, en el anonimato, bajo la tutela de Charrier.

La vida familiar de Nicolas Charrier

El 27 de septiembre de 1984, se casó con la modelo noruega Anne-Line Bjerkan en Béhoust, Yvelines. La familia se estableció en Noruega, donde Nicolas Charrier aún reside. Del matrimonio nacieron dos hijas: Anna y Théa, quienes convirtieron a Brigitte Bardot en abuela y luego en bisabuela.

El acercamiento entre madre e hijo

Tenía tres bisnietos que solo hablaban noruego, lo que le dificultaba comunicarse con ella. Sin embargo, con el tiempo, la relación de Nicolas con su madre se fue suavizando.

«Hablamos a menudo. Como vive en Noruega, viene a visitarme una vez al año a La Madrague, solo o con su familia, su esposa y mis nietas», confesó Bardot en 2018.

Un vínculo frágil

«Le prometí a Nicolas que nunca hablaría de él en mis entrevistas», declaró a Paris Match en junio de 2024, respetando así la privacidad de su hijo.

A lo largo de los años, la relación entre Brigitte Bardot y su hijo Nicolas Charrier ha sido compleja y marcada por la distancia. A pesar de haber crecido alejado de la fama de su madre, Nicolas logró establecer un vínculo con ella, aunque frágil. La maternidad de Bardot nunca fue una elección fácil, y su hijo ha vivido gran parte de su vida en la sombra de la fama de la actriz. Sin embargo, a pesar de los obstáculos, han logrado mantener un contacto ocasional, demostrando que el amor familiar puede superar incluso las diferencias más profundas.

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