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Toyota veta en Japón la reventa rápida y exportación de los nuevos Land Cruiser 300

El fabricante japonés quiere evitar que los nuevos Land Cruisers caigan en manos equivocadas o sean objeto de especulaciones mediante la reventa. En el mercado nacional ya se están tomando medidas para frenar estas prácticas, exigiendo un compromiso por parte de los clientes.

Durante casi 70 años, el Toyota Land Cruiser ha sido uno de los modelos más importantes del fabricante japonés, con un árbol genealógico repleto de versiones de trabajo, para uso familiar, más lujosas, etc. La nueva versión, Land Cruiser 300, es a punto de debutar en su mercado local.

Hasta ahora el 22.000 reservas anticipadas del nuevo Land Cruiser, y Toyota sospecha que hay unidades que pueden ser objeto de especulación o exportación. Ambos pueden dar mala prensa al fabricante, sobre todo a este último, sobre todo en determinados países.

A medida que la producción de vehículos nuevos se ve interrumpida en todo el mundo por la crisis de los microchip, hay problemas de suministro. Eso significa que, dada una mayor demanda, habrá personas dispuestas a pagar más por la disponibilidad inmediata en lugar de inscribirse en una lista de espera.

Este contrato proviene de Japón para ser firmado por los futuros propietarios de un Land Cruiser. Expresa el compromiso de que la compra no está destinada a la reventa (impidiendo la posibilidad de vender el vehículo por un tiempo) ni a la exportación fuera del país.

Este contrato está destinado principalmente a los clientes, pero también presiona a los distribuidores para que colaboren en este sentido. En caso de infracción, Toyota se reserva el derecho de no tratar con personas físicas o jurídicas en el futuro, e incluso sancionar a determinados concesionarios.

El fabricante también está indeciso, comprobando si las mismas personas o empresas están intentando adquirir varias unidades distribuidas en distintos concesionarios. Por tanto, se trata de evitar posibles problemas de exceso de demanda en la fase inicial de ventas del Land Cruiser 300.

Gama Land Cruiser 300

En cuanto a vetar exportaciones fuera de los canales oficiales, responde a la necesidad de Toyota de no ser salpicado por el uso de su SUV por ciertos clientes indeseables que no pasan por un concesionario, pero que terminan usando sus autos después de una reventa.

Anteriormente, esto ya era un problema de imagen para Toyota ya que imágenes de -por ejemplo- organizaciones terroristas se difunden con sus vehículos, sin que el fabricante tenga nada que ver ni pueda prevenirlo. Este problema también ha ocurrido con otros fabricantes una vez que los vehículos «escapan» de su control.

El documento a firmar cita razones de seguridad global en función de los mercados de exportación. La firma está asociada a una entrega de documentación, tanto para personas físicas como para personas jurídicas (como empresas). Por lo tanto, en el caso de que se viole alguna ley japonesa, será más fácil rastrear el camino hasta los sospechosos.

Para que el fabricante tenga un control total sobre sus flotas de vehículos, debería utilizar arrendamiento o alquiler en exclusiva. Por tanto, los clientes no compran el vehículo, pagan por tenerlo por un tiempo, pero la propiedad pertenece al fabricante.

Ese fue el modo que usó General Motors con el tristemente famoso EV-1 -al igual que otros fabricantes que participaron en el experimento californiano en ese momento-, que supo recuperar sus autos porque no los vendieron, los entregaron. . El contrato japonés no será tan efectivo, pero tendrá un efecto disuasorio.

Como ha ocurrido en los últimos años, en ocasiones los fabricantes japoneses son muy conservadores en sus previsiones de ventas y la producción inicial no es suficiente para cubrir la demanda. Esta vez, los efectos perjudiciales sobre la demanda pueden atenuarse, como un alza de precios en las unidades nuevas o poco utilizadas.

Fuente: motorpuntoes

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