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tras la polémica, los expertos hablan del uso correcto, mitos y consejos / Sociedad

La administración de Axel Kicillof volvió a estar en el centro de la tormenta (y de los comentarios en redes sociales). A compra de geles intimos del Gobierno porteño, valorado en 500 millones de pesos, fue noticia y despertó la respuesta de miembros de la oposición, como Cristian Ritondo y Diego Santilli.

Desde el oficialismo afirmaron que la adquisición busca contribuir a una sexualidad segura para toda la población, así como a la prevención de enfermedades y embarazos. ¿Qué dicen los expertos?

florencia salort Es sexóloga y ginecóloga, graduada con honores en la Universidad de Buenos Aires. Desde su cuenta de Instagram (@flordegineco), donde tiene casi medio millón de seguidores, recibe muchas preguntas sobre el uso de lubricantes.

«Leo muchas consultas de mujeres a las que les cuesta lubricar. Si bien es cierto que la sequedad aumenta después de la menopausia, las usuarias de Todas las edadesmuchas mujeres jóvenes», dice la autora del libro Sentido sexual.

Además, disipa un mito fundamental: el uso de este producto no tiene necesariamente que ver con la falta de excitación. Los miedos, las emociones, el uso de diferentes métodos anticonceptivos (orales, implantes, etc.), así como el estrés, los problemas de tiroides o la lactancia, por citar solo algunos factores, pueden afectar a la lubricación.

El uso de geles íntimos puede darse a cualquier edad. Foto: Shutterstock

Varios elementos entran en juego. Los geles no sólo son imprescindibles para evitar molestias, estimular el placer y explorar el cuerpo, sino que además, en casos de sequedad extrema, contribuyen a la ausencia de un ruptura del condón.

Por no mencionar el sexo anal: al carecer de su propia lubricación, esta práctica requiere su uso. Siempre en base acuosa, ya que las oleosas (lo mismo ocurre con la vaselina) corroen el profiláctico. Salort incluso ha respondido preguntas de personas que usaron aceite de coco o mantequilla. Nunca está de más aclarar que estos elementos no solo amenazan la atención, sino que son potencialmente dañinos para la salud. En este sentido, los lubricantes a base de agua son aliados de una sexualidad segura y responsable.

El experto considera fundamental que la gente conozca la amplia disponibilidad en el mercado. Se trata de encontrar comodidad. «Las hay de todo tipo, para todas las necesidades. Con pH neutro o ácido; con efecto frío o caliente; de ​​varias texturas; algunas específicas para la penetración anal o para el clítoris; con sabores. Para mí, un lubricante es un aditivo divino para la relación», dice.

Lo importante para el consumidor es fijarse en las fechas de caducidad y el normas de calidad, comprando en lugares confiables. Además, es bueno probar diferentes clases, si es posible. Hay ciertas marcas que se evaporan rápido y otras que son buenas, pero pueden tener componentes que irriten a ciertos consumidores.

La oferta sigue ampliándose y a Salort le gusta conocer e informar, de la forma más responsable y divertida posible. Los geles se venden con ácido hialurónico (un humectante que nutre la vulvovagina, no solo durante la vinculación íntima); otros con ácido láctico y probióticos para personas que padecen micosis o infecciones recurrentes. Incluso el formato y presentación Varían: a la presentación tradicional se le añadía individualmente e incluso en forma de óvulos.

Axel Kicillof y el modelo para la etiqueta de los geles íntimos que compra Provincia.

«También para el masturbación y la incorporación -en soledad o compañía- de juguetes sexuales, los lubricantes son muy recomendables. Primero, porque muchas veces las personas presentan una sequedad inicial. Pero, también, porque son amigables con los materiales de silicona”, agrega la ginecóloga, que está a punto de presentar su segundo libro.

Una última aclaración, nada menos. Hay mujeres que utilizan duchas vaginales o agua para eliminar los restos de geles. Esto es contraproducente (ya que viola la flora) e innecesario: la vagina se “limpia sola”.

walter ghedin, psiquiatra, psicoterapeuta y sexólogo suma su testimonio. Comienza con una aclaración básica: el uso de lubricantes como componente erótico es independiente de las preferencias y orientaciones sexuales.

A su vez, junto con su función de facilitar la penetración anal o vaginal, en caso de aridez, está el componente del deseo, del juego. Y eso “ayuda a relajar los músculos del esfínter anal y perivaginal”.

El experto recorre el historia. Si antes se recurría a cremas u otras alternativas, “la rápida propagación del VIH hizo que se crearan nuevas fórmulas que no dañaban el látex de los preservativos, como hacían los preparados derivados de los aceites utilizados hasta entonces”.

Al igual que Salort, señala que surgió fórmulas novedosas. Por ejemplo, las que añaden aminoácidos como la l-arginina, que provoca vasodilatación en los labios menores y clítoris con la consiguiente sensación de calor en la región; u otros que aporten «sensación de frescor y cosquilleo».

“Una encuesta realizada en EE.UU. revela que el 90% de los hombres que se identifican como homosexuales y bisexuales las usan y más del 65,5% de las mujeres las han usado”, explica.

El autor de libros como chicos en la camacomenta que otra opción son los lubricantes a base de siliconas: Estos duran más que los acuosos y son los mejores para el sexo anal. Compatibles con los profilácticos, tienen una contrapartida: pueden degradar el revestimiento de los juguetes sexuales.

“Es recomendable que el lubricante sea isoosmolar, es decir, que mantengan un equilibrio entre el medio externo y las células”, aclara la doctora. Y aconseja lubricantes con pH neutro, dado que “la vagina tiene un pH entre 3,5 y 4,5; y el recto, un pH de 7”. Los cambios en el pH de la mucosa dan lugar a la aparición de infecciones genitales.

Por otra parte, advierte sobre la geles con sustancias cosméticas añadidos -como glicoles, glicerina y parabencenos para «suavizar la piel»-, ya que estimulan el crecimiento de gérmenes y aumentan la prevalencia de infección por VPH.

Ghedin asegura que la hidratación es clave tanto para el disfruteen cuanto a el Cuidado. Ahora bien, ¿cuánto cuesta este producto en las farmacias? ¿Y tú cuánto consumes? Los representantes de Farmacity dijeron Clarín que «la venta mensual promedio de lubricantes sexuales es 51.000 unidades«.

La gran mayoría son de Producción Nacional: por ejemplo, las marcas propias de la cadena, además de Prime, Multi-O, ViaseK o Tulipán. En cuanto a precios, presentaciones pequeñas promedio $890; y el tamaño grande está bien $1500. Los geles específicos, utilizados para la sequedad vaginal, rondan $1900.

En comparación con el año pasado, en Farmacity, sus ventas crecieron un 33%.

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Fuente: Titulares.com

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