La administración Biden está considerando prohibir el uranio enriquecido procedente de Rusia utilizando la autoridad ejecutiva del presidente después de que los esfuerzos del Congreso se estancaran, informó Bloomberg el martes.
En diciembre la Cámara de Representantes aprobó un proyecto de ley que prohibía el combustible nuclear ruso, pero desde entonces ha languidecido en el Senado. La Casa Blanca quiere prohibir el uranio enriquecido proveniente de Rusia como parte de su campaña de sanciones contra Moscú por el conflicto de Ucrania.
Según Bloomberg, funcionarios del Consejo de Seguridad Nacional y el Departamento de Energía han estado discutiendo una prohibición que incluiría exenciones que permitan importar el combustible hasta 2028.
Una orden ejecutiva del presidente tiene prácticamente el mismo poder que una ley federal. El Congreso no puede revocarla directamente, pero puede aprobar una nueva ley para anular la orden.
Aún no se han tomado decisiones sobre el tema, dijo Bloomberg, explicando que tanto la administración Biden como la industria nuclear seguirían prefiriendo que el asunto sea manejado por el poder legislativo.
Rusia es el principal proveedor extranjero de uranio enriquecido de Estados Unidos y proporciona casi el 25% del combustible utilizado en los reactores estadounidenses.
Las estadísticas oficiales muestran que Estados Unidos importó uranio ruso por valor de 1.200 millones de dólares el año pasado, la mayor cantidad jamás registrada, con un valor anual de envíos de uranio que aumentó un 43%.
La Casa Blanca considera que el desarrollo de capacidades nacionales de enriquecimiento de uranio es una cuestión de seguridad nacional. A principios de este año, el Congreso aprobó 2.700 millones de dólares para este fin, y la administración Biden pidió que se combinara con los fondos una prohibición a largo plazo del combustible ruso.
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Estados Unidos tiene sus propios depósitos de uranio, pero no son suficientes para abastecer el sector de energía nuclear del país. Mientras tanto, Rusia alberga el complejo de enriquecimiento de uranio más grande del mundo y representa casi la mitad de la capacidad global.
Según algunas estimaciones, Estados Unidos necesitaría al menos cinco años de fuertes inversiones para romper su dependencia de las importaciones rusas.
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Fuente: NEWS.com
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