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No busques ideas para emprender, busca problemas para resolver / Titulares

Dicen que la mejor manera de encontrar una idea y crear un emprendimiento exitoso es precisamente no pensar en ideas para crear un emprendimiento.

Seth Godín sugiere no buscar clientes para nuestros productos, sino productos para nuestros clientes. Si seguimos este consejo, para idear un emprendimiento exitoso debemos buscar problemas a resolver, o al menos mitigar.

Muchos emprendimientos que han logrado ser exitosos y sostenibles en el tiempo tienen ciertas características claras: un problema que los fundadores quieren resolver, que ellos mismos pueden resolver, y que hasta ese momento, no había otros que pensaran que valía la pena resolver.

La razón de empezar con un problema a resolver es que nos veremos obligados a asegurarnos de que el problema es real. Eso existe. Que haya un mercado que identifique el problema. Y que este mercado pagaría por esta solución.

Muchos fracasan porque dedican su esfuerzo a resolver problemas que no existen, o que nadie reconoce tener.

Vivir pensando ideas para un negocio es peligroso. Las buenas ideas no siempre surgen; y lo peor de todo, en nuestro cerebro resuenan tan bien que nos engañan y nos hacen trabajar en ellos desperdiciando valiosos recursos.

Emprender es difícil, y es duro, porque nos obliga a ponernos en el lugar del otro, a saber lo que piensa, dice, siente y enfrenta un problema.

El motivo de partir de un problema a resolver es que nos veremos obligados a asegurarnos de que el problema es real.

Los emprendedores exitosos desarrollan esa capacidad de empatía con su mercado para comprender cuánto les molesta realmente no poder mitigar un problema específico. A la hora de emprender tenemos que mirar los problemas desde la cabeza de nuestros potenciales clientes. Escuchar y observar cómo, en su día a día, superan un escollo.

Tenemos que encontrar al menos un usuario que realmente quiera resolver sus problemas con nuestra solución. «Tal vez lo usaría» no es suficiente. Necesitamos un «¡Lo quiero, ya!».

Es solo en este punto que vale la pena empezar a pensar en desarrollar y llevar a cabo esa idea.

Esta primera validación ofrece la garantía de que vale la pena crear algo que un pequeño número de personas desea mucho. Entonces, probablemente muchas más personas perciban la propuesta de valor que creamos y quieran utilizar nuestro producto o servicio.

Ante cualquier idea emprendedora, siempre es bueno preguntarse: ¿Hay algún problema? ¿Alguien se identifica con ese problema? ¿Necesita urgentemente una solución? ¿Pagarías por esta solución? ¿Nos pagarías?

Responder a estas preguntas no necesariamente hace que nuestra idea tenga éxito. Necesitamos profundizar más para comprender mejor cuántos otros querrían resolver un problema con nuestra solución. Debemos entender ese mercado y descubrir posibles rutas que evolucionen a partir de la idea original.

Necesitamos encontrar al menos un usuario que realmente quiera resolver sus problemas con nuestra solución.

La importancia del soporte tecnológico

En nuestro proceso de pensamiento, ese problema puede resolverse; y lo más probable es que podamos describirlo de una manera obvia. Y esa es la magia de todo esto. Generar ideas para una startup se basa en ver lo obvio, tratando de desarrollar soluciones obvias que, sin embargo, hasta el día de hoy nadie ha visto.

Pero el mundo emprendedor no solo se basa en lo anterior, también es pensar en un equipo que acompañe el desarrollo y, en el caso del sector tecnológico, es innovar con sentido. La tecnología no implica en sí misma, no implica innovación. Pero facilita el camino para lanzar un emprendimiento y definir el modelo de negocio al que se le puede agregar valor gracias a las herramientas tecnológicas, internet, la nube, entre otras.

Todo esto solo, en cierto modo, emprendedores con equipos pequeños e innovadores. Pero cuando la empresa comienza a crecer y tener mayor demanda, cae la tentación de convertirse en una empresa burocrática. Hay que evitarlo y repensar el negocio para fomentar la innovación en todos los equipos.

talentos tecnológicos

En este punto, es cierto que un emprendedor que sabe programar tiene ventajas. El conocimiento de tecnologías y programación sigue siendo una de las mejores opciones a la hora de emprender, pero no es un requisito. Siempre puedes rodearte de un buen equipo de desarrollo. Sin embargo, a la hora de emprender un proyecto tecnológico, se recomienda que el conocimiento de las tecnologías forme parte del equipo fundador que va a tomar decisiones.

La figura del desarrollador es actualmente la estrella y sigue creciendo, ya que es una de las principales fuentes de valor e innovación para las empresas

Tener una noción de código ayuda a no perder el detalle de lo que sucede en tu negocio. No será necesario que alguien traduzca el lenguaje técnico que se utiliza en las reuniones, pudiendo entender de qué se habla y cómo una decisión técnica podría impactar en el propio negocio.

Para ejecutar una empresa tecnológica exitosa, es casi seguro que necesitarán habilidades comerciales y tecnológicas para diseñar un producto adecuado que presente la mejor experiencia de usuario para sus clientes y les permita comprender y manipular las grandes cantidades de datos que se procesan hoy. hoy para convertirlos en conciencia del comportamiento de estos clientes.

Para gestionar estos datos y entenderlos se utilizan herramientas digitales y, en ocasiones, procedimientos complejos, que se resuelven mediante determinados lenguajes de programación. Pero también es muy importante desarrollar el conocimiento sectorial y comercial necesario para añadir valor a estos datos.

La figura del desarrollador es actualmente la estrella y sigue creciendo, ya que es una de las principales fuentes de valor e innovación para las empresas. Es un talento raro. Es difícil agregarlos y retenerlos al lanzar una empresa. Realmente hay pocos desarrolladores que agreguen valor al negocio y es necesario idear estrategias para retener ese talento y darle la importancia que se merece dentro de la empresa. Finalmente, como hemos estado discutiendo, la tecnología es probablemente una parte importante de nuestros esfuerzos. Pero tener una idea clara de qué problema y cómo lo vamos a resolver es clave.

Es prácticamente imposible adivinar el camino que puede tomar una idea. Podremos percibir o aventurar un futuro y luego crear lo que falta. Muchas empresas ni siquiera se consideraban negocios. Crecieron porque sus fundadores crearon algo que el mundo necesita.

El mejor camino es el diálogo permanente con la mayor cantidad de personas posible sobre las lagunas y vacíos que encuentran en su mundo. Hacer las preguntas correctas ¿Qué falta? ¿Qué te gustaría hacer diferente? ¿Qué te molesta en tu trabajo? Y observando que se enfrentan a cada obstáculo del día a día. Quizás, entonces, detectemos un problema que ellos, conscientemente, no saben que tienen, pero que nosotros sabemos cómo solucionar.

* Por Horacio Cuervo, Alianzas Estratégicas y Crecimiento en Le Wagon Hispanoamérica

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Fuente: iproup.com

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