Plan de vacunación en marcha, inauguraciones de actividades comerciales, cierres de sectores económicos, amenazas del alfabeto griego con nuevas cepas, semanas de vacaciones, tensión por una posible fragmentación del Mercosur y quizás incluso algunas celebraciones desfasadas por la obtención de la Copa América.
Ya pasaron los primeros seis meses del año y estamos en medio de un conjunto de incertidumbres y certezas que nos obligan a revisar lo hecho hasta ahora y pensar cuáles podrían ser los próximos pasos.
El Segundo Semestre tendrá un papel fundamental en el desarrollo de la actividad comercial, no pasará desapercibido, podría convertirse en un aliado estratégico o en la peor de las pesadillas.
El camino a seguir, independientemente de la situación, las próximas elecciones legislativas y los vaivenes de la economía, dependerá de las decisiones del día a día que se elijan, dadas las vicisitudes que se presenten.
Con todo este preámbulo y estructura, es una buena idea establecer objetivos comerciales desafiantes pero alcanzables para diciembre y tomar decisiones basadas en el análisis de datos.
Si como empresa aún no se ha realizado una transformación digital, definitivamente es el momento de empezar; Pero para quienes ya están modificando sus procesos productivos, generando un ecosistema digital de sus operaciones, seguramente contarán con un mayor nivel de información que se traducirá en una ventaja competitiva.
El análisis de la información es de vital importancia, buscando patrones de comportamiento y estableciendo modelos probabilísticos que permitan (siempre basados en el análisis de datos) revisar lo sucedido y, posteriormente, definir nuevos objetivos.
¿Había pasado? Analizar y cuestionar:
1.- Producción y cadena de valor.
Cómo fue la elaboración y / o manufactura, desde la materia prima hasta el producto final; determinar bajo qué circunstancias se alcanzaron los mayores momentos productivos.
O cómo fue la prestación de servicios, estableciendo puntos de mejora en la detección de brechas y oportunidades.
2.- Alianzas estratégicas.
Cómo maximizar y multiplicar la comercialización de los productos y servicios ofrecidos. Qué canales, acuerdos o aliados utilizados fueron los responsables de generar los mayores ingresos para el negocio.
3.- Evaluación de desempeño y capacidad.
La jornada laboral en la mayoría de empresas se vio afectada por el home office o por la reducción de horas (comercio, administración pública, ocio, gastronomía, etc.)
Cómo los empleados manejaron estos cambios y qué nuevas funciones desarrollaron o adquirieron. ¿Qué puede aprovechar estas lecciones en el futuro inmediato?
4.- Propiedades digitales.
¿Cuál fue el rendimiento del sitio web, la página de destino o la plataforma de comercio electrónico? Lo que pasó con los perfiles en las redes sociales, crecieron en seguidores, hay más interacciones.
WhatsApp, marketing por correo electrónico, chatbot, transmisión de video, etc. cómo impactaron en la generación de oportunidades comerciales.
5.- Impacto social.
Cómo las personas (clientes y no clientes) perciben la marca, los productos y los servicios en estos tiempos de pandemia.
6.- Estrategia general (digital en particular).
Después de los primeros seis meses del año, ¿cómo es el plan de medición para evaluar los resultados? Con los logros obtenidos hasta el momento se alcanzarán las metas para el 2021, lo que queda y lo que se debe modificar.
El segundo semestre está aquí, requerirá energía y dedicación.
Anticipar los eventos será la clave y cualquier decisión basada en el análisis de datos será sin duda la acertada, ya que la búsqueda de patrones nos permite conocer el comportamiento de las personas y la creación de un modelo probabilístico nos permite establecer las relaciones de estas personas.
Director y Co-fundador de MADIBA.
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Fuente: ambito.com