LA GACETA (11/01) dio a conocer que en el año 2022 fallecieron 322 personas en accidentes de tránsito en Tucumán y que una de las causas fue el exceso de velocidad. En los tiempos actuales, son muchos los conductores que creen que los límites de velocidad son exagerados, ya que consideran que los avances técnicos en los vehículos les permiten circular a mayor velocidad. Esta afirmación no tiene relación con la realidad, ya que el problema es que al aumentar la velocidad aumentan los errores humanos. Así tenemos esa velocidad: 1) Dificulta la evaluación de riesgos, situaciones de tránsito y medio ambiente. 2) Dificulta y complica la realización de maniobras defensivas, preventivas o correctivas durante la conducción. 3) Aumenta los riesgos creados por otros factores, como fatiga, distracción, somnolencia, etc. 4) Disminuye el campo visual útil (efecto túnel). Aunque los vehículos y las carreteras son tecnológicamente avanzados, los seres humanos cometemos más errores a medida que aumentamos la velocidad a la que viajamos: los humanos no somos, por tanto, técnicamente mejores en la carretera. Las experiencias recogidas, tanto a nivel nacional como internacional, nos hacen ver que los límites y controles de velocidad son instrumentos de vital importancia para evitar o reducir los accidentes de tráfico. Todo esto es inútil si no tenemos en cuenta que el principio fundamental de la moralidad de la circulación en la vía pública descansa en la persona humana, en su valor y dignidad. Derivados del respeto a la vida ya la integridad psíquica y física de los demás. Desgraciadamente, es lo que padecen hoy en día muchos conductores de nuestra provincia. Los vehículos que caminan necesitan combustible; seres humanos, conciencia.
LA GACETA (11/01) dio a conocer que en el año 2022 fallecieron 322 personas en accidentes de tránsito en Tucumán y que una de las causas fue el exceso de velocidad. En los tiempos actuales, son muchos los conductores que creen que los límites de velocidad son exagerados, ya que consideran que los avances técnicos en los vehículos les permiten circular a mayor velocidad. Esta afirmación no tiene relación con la realidad, ya que el problema es que al aumentar la velocidad aumentan los errores humanos. Así tenemos esa velocidad: 1) Dificulta la evaluación de riesgos, situaciones de tránsito y medio ambiente. 2) Dificulta y complica la realización de maniobras defensivas, preventivas o correctivas durante la conducción. 3) Aumenta los riesgos creados por otros factores, como fatiga, distracción, somnolencia, etc. 4) Disminuye el campo visual útil (efecto túnel). Aunque los vehículos y las carreteras son tecnológicamente avanzados, los seres humanos cometemos más errores a medida que aumentamos la velocidad a la que viajamos: los humanos no somos, por tanto, técnicamente mejores en la carretera. Las experiencias recogidas, tanto a nivel nacional como internacional, nos hacen ver que los límites y controles de velocidad son instrumentos de vital importancia para evitar o reducir los accidentes de tráfico. Todo esto es inútil si no tenemos en cuenta que el principio fundamental de la moralidad de la circulación en la vía pública descansa en la persona humana, en su valor y dignidad. Derivados del respeto a la vida ya la integridad psíquica y física de los demás. Desgraciadamente, es lo que padecen hoy en día muchos conductores de nuestra provincia. Los vehículos que caminan necesitan combustible; seres humanos, conciencia.
LA GACETA (11/01) dio a conocer que en el año 2022 fallecieron 322 personas en accidentes de tránsito en Tucumán y que una de las causas fue el exceso de velocidad. En los tiempos actuales, son muchos los conductores que creen que los límites de velocidad son exagerados, ya que consideran que los avances técnicos en los vehículos les permiten circular a mayor velocidad. Esta afirmación no tiene relación con la realidad, ya que el problema es que al aumentar la velocidad aumentan los errores humanos. Así tenemos esa velocidad: 1) Dificulta la evaluación de riesgos, situaciones de tránsito y medio ambiente. 2) Dificulta y complica la realización de maniobras defensivas, preventivas o correctivas durante la conducción. 3) Aumenta los riesgos creados por otros factores, como fatiga, distracción, somnolencia, etc. 4) Disminuye el campo visual útil (efecto túnel). Aunque los vehículos y las carreteras son tecnológicamente avanzados, los seres humanos cometemos más errores a medida que aumentamos la velocidad a la que viajamos: los humanos no somos, por tanto, técnicamente mejores en la carretera. Las experiencias recogidas, tanto a nivel nacional como internacional, nos hacen ver que los límites y controles de velocidad son instrumentos de vital importancia para evitar o reducir los accidentes de tráfico. Todo esto es inútil si no tenemos en cuenta que el principio fundamental de la moralidad de la circulación en la vía pública descansa en la persona humana, en su valor y dignidad. Derivados del respeto a la vida ya la integridad psíquica y física de los demás. Desgraciadamente, es lo que padecen hoy en día muchos conductores de nuestra provincia. Los vehículos que caminan necesitan combustible; seres humanos, conciencia.
LA GACETA (11/01) dio a conocer que en el año 2022 fallecieron 322 personas en accidentes de tránsito en Tucumán y que una de las causas fue el exceso de velocidad. En los tiempos actuales, son muchos los conductores que creen que los límites de velocidad son exagerados, ya que consideran que los avances técnicos en los vehículos les permiten circular a mayor velocidad. Esta afirmación no tiene relación con la realidad, ya que el problema es que al aumentar la velocidad aumentan los errores humanos. Así tenemos esa velocidad: 1) Dificulta la evaluación de riesgos, situaciones de tránsito y medio ambiente. 2) Dificulta y complica la realización de maniobras defensivas, preventivas o correctivas durante la conducción. 3) Aumenta los riesgos creados por otros factores, como fatiga, distracción, somnolencia, etc. 4) Disminuye el campo visual útil (efecto túnel). Aunque los vehículos y las carreteras son tecnológicamente avanzados, los seres humanos cometemos más errores a medida que aumentamos la velocidad a la que viajamos: los humanos no somos, por tanto, técnicamente mejores en la carretera. Las experiencias recogidas, tanto a nivel nacional como internacional, nos hacen ver que los límites y controles de velocidad son instrumentos de vital importancia para evitar o reducir los accidentes de tráfico. Todo esto es inútil si no tenemos en cuenta que el principio fundamental de la moralidad de la circulación en la vía pública descansa en la persona humana, en su valor y dignidad. Derivados del respeto a la vida ya la integridad psíquica y física de los demás. Desgraciadamente, es lo que padecen hoy en día muchos conductores de nuestra provincia. Los vehículos que caminan necesitan combustible; seres humanos, conciencia.
LA GACETA (11/01) dio a conocer que en el año 2022 fallecieron 322 personas en accidentes de tránsito en Tucumán y que una de las causas fue el exceso de velocidad. En los tiempos actuales, son muchos los conductores que creen que los límites de velocidad son exagerados, ya que consideran que los avances técnicos en los vehículos les permiten circular a mayor velocidad. Esta afirmación no tiene relación con la realidad, ya que el problema es que al aumentar la velocidad aumentan los errores humanos. Así tenemos esa velocidad: 1) Dificulta la evaluación de riesgos, situaciones de tránsito y medio ambiente. 2) Dificulta y complica la realización de maniobras defensivas, preventivas o correctivas durante la conducción. 3) Aumenta los riesgos creados por otros factores, como fatiga, distracción, somnolencia, etc. 4) Disminuye el campo visual útil (efecto túnel). Aunque los vehículos y las carreteras son tecnológicamente avanzados, los seres humanos cometemos más errores a medida que aumentamos la velocidad a la que viajamos: los humanos no somos, por tanto, técnicamente mejores en la carretera. Las experiencias recogidas, tanto a nivel nacional como internacional, nos hacen ver que los límites y controles de velocidad son instrumentos de vital importancia para evitar o reducir los accidentes de tráfico. Todo esto es inútil si no tenemos en cuenta que el principio fundamental de la moralidad de la circulación en la vía pública descansa en la persona humana, en su valor y dignidad. Derivados del respeto a la vida ya la integridad psíquica y física de los demás. Desgraciadamente, es lo que padecen hoy en día muchos conductores de nuestra provincia. Los vehículos que caminan necesitan combustible; seres humanos, conciencia.
LA GACETA (11/01) dio a conocer que en el año 2022 fallecieron 322 personas en accidentes de tránsito en Tucumán y que una de las causas fue el exceso de velocidad. En los tiempos actuales, son muchos los conductores que creen que los límites de velocidad son exagerados, ya que consideran que los avances técnicos en los vehículos les permiten circular a mayor velocidad. Esta afirmación no tiene relación con la realidad, ya que el problema es que al aumentar la velocidad aumentan los errores humanos. Así tenemos esa velocidad: 1) Dificulta la evaluación de riesgos, situaciones de tránsito y medio ambiente. 2) Dificulta y complica la realización de maniobras defensivas, preventivas o correctivas durante la conducción. 3) Aumenta los riesgos creados por otros factores, como fatiga, distracción, somnolencia, etc. 4) Disminuye el campo visual útil (efecto túnel). Aunque los vehículos y las carreteras son tecnológicamente avanzados, los seres humanos cometemos más errores a medida que aumentamos la velocidad a la que viajamos: los humanos no somos, por tanto, técnicamente mejores en la carretera. Las experiencias recogidas, tanto a nivel nacional como internacional, nos hacen ver que los límites y controles de velocidad son instrumentos de vital importancia para evitar o reducir los accidentes de tráfico. Todo esto es inútil si no tenemos en cuenta que el principio fundamental de la moralidad de la circulación en la vía pública descansa en la persona humana, en su valor y dignidad. Derivados del respeto a la vida ya la integridad psíquica y física de los demás. Desgraciadamente, es lo que padecen hoy en día muchos conductores de nuestra provincia. Los vehículos que caminan necesitan combustible; seres humanos, conciencia.
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LA GACETA (11/01) dio a conocer que en el año 2022 fallecieron 322 personas en accidentes de tránsito en Tucumán y que una de las causas fue el exceso de velocidad. En los tiempos actuales, son muchos los conductores que creen que los límites de velocidad son exagerados, ya que consideran que los avances técnicos en los vehículos les permiten circular a mayor velocidad. Esta afirmación no tiene relación con la realidad, ya que el problema es que al aumentar la velocidad aumentan los errores humanos. Así tenemos esa velocidad: 1) Dificulta la evaluación de riesgos, situaciones de tránsito y medio ambiente. 2) Dificulta y complica la realización de maniobras defensivas, preventivas o correctivas durante la conducción. 3) Aumenta los riesgos creados por otros factores, como fatiga, distracción, somnolencia, etc. 4) Disminuye el campo visual útil (efecto túnel). Aunque los vehículos y las carreteras son tecnológicamente avanzados, los seres humanos cometemos más errores a medida que aumentamos la velocidad a la que viajamos: los humanos no somos, por tanto, técnicamente mejores en la carretera. Las experiencias recogidas, tanto a nivel nacional como internacional, nos hacen ver que los límites y controles de velocidad son instrumentos de vital importancia para evitar o reducir los accidentes de tráfico. Todo esto es inútil si no tenemos en cuenta que el principio fundamental de la moralidad de la circulación en la vía pública descansa en la persona humana, en su valor y dignidad. Derivados del respeto a la vida ya la integridad psíquica y física de los demás. Desgraciadamente, es lo que padecen hoy en día muchos conductores de nuestra provincia. Los vehículos que caminan necesitan combustible; seres humanos, conciencia.