Durante años, la economía peruana se mantuvo impasible a los vaivenes de la política interna y logró un crecimiento sostenido que solo la pandemia detuvo en seco. La pendiente de la recuperación comenzaba a subir, pero el clima de violencia y protestas en las calles parece haber terminado por desalentar el crecimiento y paralizar gran parte de la actividad.
Luego de 49 muertos en manifestaciones antigubernamentales en poco más de un mes y alrededor de US$300 millones en pérdidas, los analistas ya pronostican una desaceleración de la economía y una caída del crecimiento del PIB al 2,5% en 2023.
“Los escenarios que se abren son múltiples, pero ninguno positivo. Ese crecimiento en torno al 2,5 o 3%, siendo optimistas, es ahora lo mejor que se puede esperar en el corto plazo, porque todos los escenarios son de riesgo a la baja.”, declaró el exministro de Economía Alonso Segura.
Al cierre de 2022, la economía peruana creció 2,9%, a pesar de las graves denuncias de corrupción y los pedidos de destitución del entonces presidente Pedro Castillo, quien finalmente intentó dar un golpe de Estado al sentirse acorralado por sospechas de corrupción. , y precipitó su vacante (destitución).
Exigen la renuncia del gobierno
Su entonces vicepresidenta Dina Boluarte asumió la jefatura de Estado y presentó un gabinete de técnicos, que prometió devolver la calma a los actores económicos y relanzar un paquete de reactivación para adelantar 2.500 obras públicas paradas.
Sin embargo, las calles estallaron en el sur del país, donde hay importantes yacimientos mineros y gasíferos, con convocatorias a nuevas elecciones generales inmediatas, asamblea constituyente y la renuncia de Boluarte por presuntamente haber traicionado a Castillo.
Segura señaló que hay “demasiadas variables que están en el aire, que todas ellas generan dos cosas: incertidumbre muy fuerte y discontinuidad en cuanto a la capacidad productiva”, especialmente en actividades como la minería, los hidrocarburos y la agricultura.
“Lamentablemente, gran parte de la izquierda peruana está utilizando a las personas como carne de cañón, para lograr sus objetivos ideológicos y políticos.”, aseguró el economista.
Proyecciones a la baja
Para el Instituto de Economía y Desarrollo Empresarial (Iedep) de la Cámara de Comercio de Lima, la economía peruana registraría una desaceleración en 2023, con un crecimiento en torno al 2,4%.
Atribuye este comportamiento aescenario local complicadoy, a pesar de que la minería logrará una suba estimada de 5.7% por el ingreso de nuevas unidades cupríferas como Quellaveco de la empresa Anglo American, ubicada en el sur de Moquegua.
Precisamente, la minería es uno de los sectores”constantemente afectado por protestas y olas de violencia en el país”, según Oscar Chávez, titular del Iedep, en una proyección ofrecida a la prensa esta semana.
El sector Servicios, que aporta la mitad del PIB, caerá hasta el 3,1% según el Iedep y su recuperación es «condicionada a la estabilidad social que garantice la libertad de sus operaciones en las regiones del paísdijo Chávez.
Para el exministro Segura, “cualquier empresa mediana o grande que no tenga compromisos inmediatos que cumplir, lo que va a hacer es retirar (inversiones) porque no saben como termina esto”.
Desaparece el grado de inversión
El profesor también agregó que si «La violencia sigue, lo primero que van a hacer las calificadoras de riesgo es bajar las calificaciones” Y “Vas al último peldaño del grado de inversión y con una enorme incertidumbre de cara al futuro”.
El mes pasado, la agencia S&P Global Ratings rebajó a negativa la calificación de deuda en moneda extranjera de largo plazo de Perú debido a un mayor estancamiento político por la forma en que se produjo el cambio en el Ejecutivo.
Asimismo, Fitch Ratings rebajó la calificación de Perú a negativa en octubre debido al deterioro de la estabilidad política y la eficacia del Gobierno.
“En tal escenario, su calificación de grado de inversión está en riesgo en los próximos 24 meses.”, dijo Segura.
Aunque el Gobierno de Boluarte ha recibido un voto de confianza del Congreso, respaldado por las bancadas más conservadoras, es difícil prever que las protestas, alentadas por la extrema izquierda, vayan a bajar de intensidad muy pronto.
Las calles seguirán con sus reivindicaciones en los próximos días, especialmente después de que la Fiscalía Nacional haya abierto una investigación a Boluarte y varios ministros por genocidio y otros delitos, a consecuencia de las muertes producidas en su nuevo gobierno.
Fuente: EFE
Titulares de Perú