En las décadas de 1980 y 1990 sus anuncios inundaron la televisión porteña. La propuesta de Murillo 666 fue simple y efectiva: comprar dos camperas de cuero al precio de una. La marca se impuso así en el imaginario y convirtió esa zona de Villa Crespo en el barrio de la ropa de cuero.
La empresa nació a principios de los años 80 fundada por los hermanos Luis y Nelson Wolfsohn. Ellos hacían las chamarras y en la temporada de verano las cargaban en el carro para venderlas en la Costa Atlántica. Además, habían instalado una tienda de venta directa de fábrica, dirección que dio nombre a la empresa.
«Creamos Calle Murillo. Cuando empezamos no había nada ahí y poco a poco se fueron instalando más fabricantes de chaquetas”, dice Sebastián Wolfsohn, Gerente Comercial de la empresa e hijo de uno de los dos fundadores.
Dos hermanos italianos empezaron elaborando vino y crearon el vermú más vendido del país
Con tiendas especializadas de segunda mano, la moda vintage de lujo llega a la Argentina
Furia
Los anuncios hicieron bien su trabajo y la marca rápidamente se dio a conocer y se convirtió en el principal productor de camperas de cuero del país. A principios de los ’90 hubo momentos en que se generaban colas de más de una cuadra para ingresar al local.
Hace 10 años la empresa empezó a pensar en diversificaron y a la elaboración de ropa agregaron la producción de muebles. Ven que el mercado estaba empezando a cambiar y que era hora de buscar un nuevo modelo de negocio.
“Empezamos una reconversión y hace cuatro años me llamaron para hacer un cambio radical. Decidimos dejar de hacer ropa y dedicarnos de lleno al mobiliario y los objetos de decoración. Vender camperas de cuero casi sin turismo en el país no es rentable. Además, la pandemia hizo que el consumo local se orientara más hacia el hogar. Allí había un nicho para explorar», explica.
En enero de este año, la empresa dejó atrás su nombre histórico y pasó a llamarse Murillo Deco. Fue entonces cuando reafirmaron la fuerza de la marca que habían creado. Tanto es así que decidieron lanzar un spot de radio para anunciar el cambio de rumbo de la empresa, que hoy tiene 50 empleados y factura unos 300 millones de dólares al año.
Fortaleza
Y, aunque Wolfsohn reconoce que aun hay quien llega a la tienda buscando un producto que Murillo ya no vendeEstá convencido de que es un punto de partida desde el que se puede trabajar.
“Pensamos en cómo hacer la transferencia natural al cliente anterior. Y vimos que lo que tenemos que seguir es la idea de vender buenos productos a buenos precios. Esa es la conexión principal», añade.
Para la reconversión debieron capacitar a los empleados en la elaboración de productos distintos a los que ellos elaboraban. El equipo de costura y corte también tuvo que ser renovado y tuvieron que invertir US$150.000 en nueva planta en parque industrial en Villa Martelliporque ahora necesitan más espacio.
nueva ubicacion
Además, por primera vez en su historia, salieron de la calle que dio nombre a la empresa. La primera sucursal se abrió en Norcenter y poco después llegó otro local en Pilar, en el kilómetro 40 de la Panamericana.
«Antes de la pandemia habíamos comenzado con la venta online. Esa fue nuestra forma de llegar a todo el país y ofrecer una experiencia similar a la presencial, con la opción de personalizar las sillas”, dice.
Este Dia El comercio electrónico representa alrededor del 25% de las ventas de la marca.. Y los pedidos llegan de todo el país, especialmente de ciudades como Mendoza, Bariloche y Rosario.
En los próximos meses, Murillo abrirá una nueva tienda en la provincia de Buenos Aires. Para el próximo año está previsto desembarcar en el interior del país.
«Nuestro próximo desafío es la exportación. Hoy estamos recibiendo pedidos en la tienda online de Paraguay, Brasil y Uruguay. Pero para que prospere todo depende de la macro”, cierra.
.
Palabras clave de esta nota:
#las #camperas #baratas #fabricar #sillones #Murillo #reconvierte #quiere #llegar #todo #pas
Fuente: cronista.com