La economía de Menem se sustentaba en una ilusión peligrosamente adictiva para gran parte de las clases media y alta locales: un dólar equivalía a un peso. El entramado productivo sufrió el embate de las políticas de ajuste económico y el mercado laboral se vio afectado por el avance de la precariedadde la subcontratación de servicios y otras formas de reducción de costos.
La tasa de paro inició una curva ascendente a principios de los años ochenta, tras las fuertes políticas neoliberales de la dictadura cívico-militar, que la llevarían de 2,5% a valores cercanos a 17% a mediados del ’96, según el INDEC. El deterioro social y económico fue sustancial.
Fue en ese momento, precisamente en mayo de ese año, que un grupo de trabajadores del puerto Ingeniero Acevedo en Villa Constitución, Santa Fe, decidió tomar el toro por los cuernos, como dicen, y responder con organización a las dificultades. que generaron el modelo de outsourcing propuesto por empresa para la cual realizaron las tareas.
cristian horton, presidente de Cooperar 7 de Mayo y jefe de Federación de Cooperativas de Trabajadores de la República Argentina (FECOOTRA), recuerda como si fuera hoy. Junto con sus colegas, trabajó bajo un contrato precario para una agencia internacional de subcontratación, que vendió la mano de obra de sus contratistas a Acindar en el puerto de la acería.
“En los años 90 surgió el fenómeno de la tercerización y tuvimos muchos conflictos con la agencia por las malas condiciones laborales. El gremio del Sindicato de Trabajadores Metalúrgicos de Villa Constitución, encabezado por Alberto Piccinini y Victorio Paulón, nos dio una mano y abrió la discusión con Acindar para la constitución de una empresa de economía social”, dijo a Ámbito. La idea era formar una cooperativa en manos de los trabajadores y acabar con el vínculo entre la multinacional y la agencia.
Pero no fue fácil. En esa época, en plena década menemista, no proliferaban las historias de empresas recuperadas. Y para los trabajadores, esto hizo que el proceso de creación de la cooperativa fuera más lento y difícil. “Los primeros momentos fueron muy difíciles. Veníamos de trabajar en una relación de dependencia, entonces recuperar el trabajo en nuestras manos, en una etapa del país donde no había tanta experiencia en empresas recuperadas, fue complejo”, continuó Horton.
La poca experiencia en el campo cooperativo estuvo acompañada de las dificultades burocráticas, tecnológicas y geográficas del momento. “Los trámites fueron muy lentos. Tal vez tomó dos años. No fue fácil incluso con los medios tecnológicos de hoy. En ese momento escribiste una obra, la llevaste a Buenos Aires, luego volviste y hicimos la Asamblea. Hoy por WhatsApp solucionas todo más rápido. Por eso el tiempo y momento en que lo hicimos tiene un valor importante«, Él explicó.
Sin embargo, el entusiasmo general y las ganas de emprender fueron mayores que las complicaciones que pudieran surgir. Se ayudaron mutuamente «solidaridad», dijo. Fue esta conexión la que les permitió seguir adelante y no rendirse, y les llevó a aprender poco a poco a manejar las diferentes áreas de la empresa. “Y también para gestionar nuestro propio futuro”, enfatizó.
En camino recibió apoyo de varios sectores, como FECOOTRA quienes los ayudaron a aprender a organizar y administrar una cooperativa. Y la UOM les brindó recursos técnicos como contadores y abogados para facilitar sus tareas en un principio. “Pero la gestión la hicimos nosotros. Allí, algunos tuvimos que aprender computación y pagar sueldos, entre otras cosas”, dijo y recordó: “Además, entre nuestros compañeros tuvimos que crear nuestros propios cargos directivos, algo que fue muy importante”.
una vez creado, la empresa autogestionada se volvió más eficiente y eficaz que bajo una relación de dependencia, lo que les permitió enumerar más trabajos dentro de la propiedad de Acindar. “Los primeros momentos estuvieron ahí y luego nos expandimos. Éramos 100 trabajadores los que empezamos a operar el puerto con una característica que es la misma que ahora: gestionamos las unidades de negocio de forma completa, no damos mano de obra por horas. Ellos nos dan la materia prima, la convertimos en producto y la vendemos”, dijo.
Crisis de 2001 y crecimiento posterior a 2003
A los pocos años de la creación de la cooperativa, el movimiento menemista llega a su fin y da paso al gobierno de Fernando da Rúa, que llegó a la presidencia con la promesa de «acabar con la fiesta de unos pocos». Pero lo que pasó fue que le dio el golpe de gracia a una sociedad arrasada y arrasada económica y socialmente. El corolario fue estallido social de 2001 que dejó 39 muertos a manos de la policía, 46% pobres (que ascendería a 66% durante el gobierno de Eduardo Duhalde) y 21,5% desempleados.
“A fines del 2000 empezamos a incorporar más trabajo”, recordó Horton, pero pronto tuvieron que enfrentar una de las peores etapas de Argentina. “La crisis de 2001 nos encontró organizados en la cooperativa, que de alguna manera nos apoyó y no perdimos nuestro trabajo como mucha gente”, evaluó.
Con la reactivación del PIB que se dio a partir de 2003, durante el gobierno de Néstor Kirchner, vino el crecimiento y expansión de la cooperativa. La experiencia y el conocimiento de la logística portuaria ya se habían desarrollado. Esto, sumado a la política económica de la época -más favorable al sector industrial- sirvió de impulso. “Allí empezamos a invertir mucho, porque pudimos capitalizar los excedentes con la compra de bienes de capital. Adquirimos equipos y nos fortalecimos. Así fue como empezamos a crecer y creció el plantel. Hoy somos 160 trabajadores”, expresó.
El crecimiento abrió el juego a diferentes áreas. Y con eso también lograron superar la crisis hipotecaria que azotó a la economía mundial en 2008. Pero fue en 2014 cuando llegó el punto de quiebre. “Sufrimos mucho por las reconversiones industriales derivadas de las renovaciones tecnológicas en los procesos productivos. Eso significó que en 2014 dejamos de incorporar personal, para pasar a contener la masa empresarial y diversificarnos”, dijo.
Y profundizó: “Ahora no solo somos trabajadores portuarios, sino que también incorporamos otras tareas: realizamos procesos productivos para la siderurgia y nos estamos expandiendo al sector público y privado con obras civiles, urbanización, mantenimiento de suelos, somos proveedores de grandes empresas como Acindar e YPF y otras metalúrgicas. También invertimos mucho en bienes, con maquinaria vial propia, y en capacitar a nuestros colaboradores para nuevas tareas tecnológicas”.
Aunque en un principio todas las máquinas que manejaban pertenecían a la acería, a lo largo de 26 años adquirieron todos los bienes de capital para convertirlos en propios. “Este proceso de capitalización lo gestionábamos con excedentes propios, hasta la pandemia. Y vivíamos casi al 100% del mercado privado”, dijo, a pesar de que en los últimos años la cooperativa empezó a trabajar con comunas y municipios de la región.
Sin embargo, en determinados momentos tuvieron que recurrir a la ayuda del Estado para sostener a la masa de afiliados. Ocurrió que entre 2016 y 2020, con una economía nacional enfocada en las finanzas, el sector se vio afectado. “Eso nos perjudicó un poco y tuvimos que enfocarnos en la sustentabilidad. Y la pandemia terminó causándonos un daño importante por el cierre masivo de la economía. Allí recibimos ayuda del Estado, del Ministerio del Trabajo y del INAES”, explicó en referencia al Instituto Nacional de Asociaciones y Economía Social.
Inauguración del Polo de Producción
Luego de estos tres meses, regresaron al ruedo y reactivaron viejos deseos. Uno de ellos sucedió este viernes con el inauguración del polo productivoun proyecto que empezó a tomar forma en 2015 y que, a pesar de los vaivenes económicos, consiguió llegar a su destino desde un inversión de US$ 50 millonesla mitad con recursos propios y el resto financiado por Trabalho e INAES.
“La apertura es un desafío muy grande, pero es el comienzo de un proceso. Las renovaciones tecnológicas nos hicieron diversificar y teníamos que salir a dar servicio a los clientes y hacer otras tareas para capitalizar. Hoy tenemos varias locaciones arrendadas y ahora con el Polo Productivo vamos a concentrar todos los procesos productivos que tenemos en distintas locaciones”, dijo Horton.
En la primera fase, que comenzó este viernes, se inauguró una nave industrial de 48 por 24 m2 en un predio de 10.000 m2, donde opera un puente grúa de última generación de 10 toneladas. Allí, como señaló Horton, se concentrarán todos los servicios que ofrece la cooperativa. De esta forma, podrán reducir costes fijos, ya que gastarán menos en alquileres y además les permitirá mejorar la productividad y la logística.
En el interior de la nave industrial actualmente existen mesas de trabajo para la recuperación de laminados, material que luego se utiliza en la industria de la construcción, automotriz y petrolera. Y también se desarrollarán productos para el campo, como varillas para separar vallas o los propios alambres para atar fardos.
Cabe señalar que las unidades de negocio de la cooperativa cuentan con vehículos propios y alquilados como camiones, utilitarios y 4 grandes unidades capaces de transportar maquinaria pesada a diferentes locaciones. También cuenta con un gran volumen de maquinaria, como cargadoras, montacargas, retroexcavadoras, entre otras.
En la inauguración del Polo Productivo, que se llevó a cabo esta mañana en el Parque Empresarial Constitución, estuvieron presentes el presidente del INAES, Alexandre Roig, el Jefe de Gabinete del Ministerio del Trabajo de la Nación, Roberto Sukerman; el alcalde de Villa Constitución, Jorge Berti; el Secretario de Desarrollo y Ordenamiento Territorial de Santa Fé, Fabricio Medina; el presidente de la Confederación de Cooperativas de la República Argentina, Ariel Guarco; el presidente de la Confederación Argentina de Cooperativas Asociadas (Conarcoop), Ramiro Martínez; concejales y senadores de todo el espectro político de la ciudad.
Precisamente Ariel Guarcoquien también preside Alianza Cooperativa Internacional – organismo que agrupa a todo el sector cooperativo a nivel global – en diálogo con Alcance Valoró la apertura del Polo Productivo y consideró que es un desarrollo que responde a los desafíos económicos, sociales y ambientales que enfrenta la humanidad.
“Si bien los desafíos son globales, las respuestas son locales”, dijo y profundizó: “Este logro de Coopera 7 de Mayo es fiel ejemplo de ello. Es una empresa arraigada en su territorio, constante promotora del desarrollo local de su comunidad y firme defensora del trabajo decente, que es uno de los objetivos centrales del país y del mundo en estos momentos”.
Para Horton, la inauguración es «un gran orgullo» pero lo más importante no está en foco: esta es otra etapa de la cooperativa, que a lo largo de sus 26 años ha atravesado momentos sumamente valiosos. “Como cuando construimos un barrio en 2010”, enfatizó y agregó: “Desarrollamos un proyecto social muy grande. Compramos 15 hectáreas de terreno y construimos un barrio donde cada socio tiene su propio terreno. Es un barrio de 280 lotes donde viven muchos compañeros”.
Futuro
Y la tarea no terminará aquí. También están pensando en avanzar en proyectos futuros, dentro del nuevo Polo de Producción. Aunque no puede avanzar mucho porque todavía están trabajando en ello, destacó que están integrando proyectos con otras cooperativas. «Cuidarán el medio ambiente», dijo. Además, avanzarán en la implementación de un…
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Fuente: ambito.com