Las autoridades de Taiwán acusaron ayer al ejército chino de haber simulado un ataque aéreo y marítimo a la isla. El ministro de Defensa de Taiwán dijo que un número significativo de barcos y aviones chinos cruzaron el sábado la línea media que separa la isla del continente, en lo que consideró un ejercicio para simular un ataque a la isla.
El ministro agregó que la fuerza aérea taiwanesa emitió advertencias contra 20 aeronaves chinas, de las cuales unas 14 cruzaron esta línea media que actúa como espacio de seguridad. Taiwán elevó a 14 el número de barcos que realizaron ejercicios en la zona.
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El comando oriental del ejército chino informó que había continuado los ejercicios aéreos y marítimos destinados a probar las capacidades de asalto de sus unidades. Los ejercicios, realizados en seis zonas de la isla, comenzaron el jueves y está previsto que finalicen al mediodía de hoy. A media tarde de ayer, algunos de los barcos seguían navegando en la zona de amortiguamiento.
Los buques de guerra chinos y un número desconocido de drones también realizaron ejercicios al este de Taiwán en las cercanías de las islas japonesas, donde simularon ataques contra la flota estadounidense y japonesa.
El ministro de defensa de Taiwán publicó una imagen de un marinero observando una fragata de guerra china frente a la costa este. «Esto no es un fotomontaje» se podía leer al pie de la imagen. También dijo que se lanzaron bengalas de advertencia contra siete drones que volaban sobre las islas Kinmen, así como un dispositivo aéreo no identificado que volaba sobre las islas Matsu. Estas dos islas están muy cerca de la costa de China continental.
“Las maniobras chinas han cambiado unilateralmente la situación en la región y han hecho mucho daño a la paz en el estrecho”, concluyó el ministro.
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Las maniobras chinas son consecuencia de la visita de la presidenta de la Cámara de Representantes estadounidense, Nancy Pelosi, a China, en un viaje que había sido desaconsejado por la Casa Blanca. Pelosi, la tercera en el rango de autoridades de Estados Unidos, llegó este martes a Taiwán en un gesto de claro apoyo a la isla, donde amplios sectores acarician la idea de una independencia definitiva de China.
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Por el contrario, Taiwán es un dossier muy sensible para el presidente chino, Xi Jinping, quien ha manifestado en reiteradas ocasiones su deseo de recuperar la isla “pacíficamente”, aunque el despliegue de los últimos días parece indicar todo lo contrario.
El gesto de Pelosi también ha llevado a China a romper las políticas de cooperación que tenía con Estados Unidos a nivel militar, lo que se considera una decisión de consecuencias imprevisibles. También ha roto las negociaciones que tenía con Washington sobre la crisis climática.
La visita de Pelosi ha sido considerada una provocación en China en un momento en que Xi Jinping se prepara para ganar un tercer mandato presidencial este otoño (situación que no se presentaba desde Mao Zedong).
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Beijing todavía está luchando contra el covid, lo que lo obliga a implementar una política de contención cero que es cada vez más costosa para su economía. También hay dudas sobre la situación del sector inmobiliario, donde algunos grandes grupos (como Evergrande) acaparan la atención por temores a una posible quiebra. Los acontecimientos en Taiwán han obligado a los líderes chinos a mostrar mano firme al reclamar su soberanía.
La visita de Pelosi también pone en peligro el delicado equilibrio que China mantiene en la invasión rusa a Ucrania. Pekín se solidariza con Moscú, pero su apoyo no es absoluto porque teme que le afecten los efectos de las sanciones comerciales impuestas por Estados Unidos y la Unión Europea.
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