El presidente sirio, Bashar al Asad, viajó por sorpresa a Omán, su primer viaje internacional desde los terremotos y en el que asoma una posible reconciliación de su gobierno con el mundo árabe. No hay detalles sobre la reunión entre Al Asad y Haitham bin Tareq, el sultán de Omán, un país considerado neutral en la región y que a menudo actúa como mediador en las crisis. El sultán prometió continuar apoyando a Siria «para superar las repercusiones del desastre natural», el 6 de febrero.