Turistas en góndola deslizándose por las tranquilas aguas de un canal: es la imagen más icónica de Venecia, reconocido en todo el mundo. Sin embargo, menos conocido es el hecho de que el centro histórico de Venecia ha perdido unos 125.000 habitantes desde la década de 1950.
Los números cayeron por debajo del umbral simbólicamente importante de 50.000 hace unos meses. Esto se debe principalmente al declive demográfico general de la población italiana, pero también hubo otros factores:
“Básicamente, la evolución demográfica depende de tres factores importantes”, explica Laura Besio, concejala de Atención al Ciudadano. «Primero la tendencia natural de los que nacen y los que mueren, luego una tendencia social, los que se van y los que vienen, y esta es una tendencia positiva en Venecia que hay que destacar, y luego un movimiento interno de residentes dentro de la mismo municipio».
Asociaciones de ciudadanos preocupados temen que Venecia muera lentamente y actualizan constantemente en público los cambios en el número de residentes del centro histórico.
«El turismo es un arma de doble filo para nosotros, porque nos hace ganarnos la vida, pero al mismo tiempo quita espacios para los residentes, y cuando digo espacios para los residentes, me refiero a viviendas y servicios», dijo Matteo Secchi. euronoticias. de El asociación Venessia.com.
Para quienes viven aquí, convertir sus casas o pisos en pensiones para turistas es más conveniente que alquilarlos a largo plazo a quienes quieren vivir en la ciudad. El ayuntamiento intenta abordar este problema con viviendas sociales, más servicios escolares y un transporte más asequible para los residentes.
“También es cierto que los datos del registro no son del todo exhaustivos sobre el número real de personas que viven cada día en Venecia, porque hay toda una categoría que no se contabiliza por no tener domicilio en la ciudad”, añade Besio.
Son los estudiantes no residentes y los que trabajan en la ciudad pero no residen aquí. Se estima que hay unas 10.000 personas.
“La ciudad está formada por los que viven en ella las 24 horas del día, y de nada sirve sacar a relucir las cifras de vecinos y viajeros que vienen aquí a trabajar, que hacen muy bien en hacerlo, pero no viven la ciudad como nosotros las 24 horas del día», concluye Matteo Secchi.
Desde Venecia, nuestro enviado especial Luca Palamara informa con más detalle:
Sea cual sea el motivo, el riesgo de despoblación es un peligro constante para la ciudad de Venecia. El turismo de masas es la principal fuente de su economía, pero también amenaza con convertir a esta ciudad en un museo al aire libre, sin el corazón palpitante de sus habitantes.