Auto a Basura: Una alternativa sustentable al combustible de petróleo
Edmundo Ramos, un ingeniero argentino, ha desarrollado un proyecto revolucionario que podría cambiar la forma en que nos movemos. En 2018, Ramos completó la fabricación de un gasificador de residuos que funciona como combustible, conocido como «gasura». Ahora, se encuentra en la recta final para patentar esta modalidad de transporte sustentable a nivel mundial.
La experiencia de Ramos con su Ford Falcon Ranchera modelo 1983 demostró que cualquier vehículo puede funcionar con basura sin necesidad de modificar el motor y alcanzando velocidades de hasta 115 kilómetros por hora. Esta alternativa sustentable es especialmente relevante en medio de la creciente preocupación por la contaminación que acecha al planeta.
El ingeniero argentino explica que su motivación para desarrollar este proyecto surgió de la reflexión sobre la dependencia de los combustibles derivados del petróleo y la necesidad de anticiparse a su escasez inminente, al mismo tiempo que se contribuye a mitigar el cambio climático.
Ramos logró crear un sistema sencillo y accesible para cualquiera, utilizando basura seca que se prende fuego y, después de 10 minutos, el vehículo está listo para circular con combustible generado a partir de residuos. El inventor quería que su gasificador pudiera ser copiado por cualquier persona, por lo que utilizó un tambor metálico con una tapa y dos agujeros, una solución simple y diferente a todo lo existente.
Este innovador sistema ha sido replicado en diferentes partes del mundo. En Suecia, se utilizó para vehículos, en Estados Unidos para generadores eléctricos, y en países como África, Paraguay, Bolivia y Birmania. En este último caso, un birmano montó una fábrica de gasificadores, generando empleo y energía para su comunidad. Poco a poco, este proyecto está tomando impulso a nivel global.
Una de las principales ventajas de este sistema es que la basura nunca se acaba, a diferencia del petróleo. Además, puede ayudar a combatir la creciente cantidad de residuos que generamos, que podrían terminar inundando nuestro entorno. La basura tiene un valor energético que puede reemplazar al petróleo, permitiendo que los vehículos funcionen únicamente con residuos y agua, sin gastar un centavo. Además, este sistema no produce gases contaminantes y aporta un 20% de oxígeno al ambiente mientras está en funcionamiento.
El consumo de basura para recorrer distancias también es sorprendentemente bajo. Por ejemplo, un auto necesita 15 kilos de residuos para recorrer 100 kilómetros. En el caso de vehículos más nuevos con motores más pequeños, solo cinco kilos de basura son suficientes para completar el mismo trayecto.
El «gasura» es una combinación de monóxido de carbono, hidrógeno y oxígeno que se disocia por termólisis a 1700ºC, con el agregado de unas gotas de agua. Este sistema se basa en la aspiración del motor, sin necesidad de tanques a presión como en el caso del gas natural comprimido (GNC) o de tanques con sustancias explosivas como la gasolina.
El desarrollo de este proyecto no estuvo exento de desafíos. Durante 12 años de trabajo, Ramos tuvo momentos en los que quiso abandonar, pero siempre estuvo convencido de que su auto funcionaría. En 2019, finalmente logró que su vehículo alcanzara una velocidad de 120 kilómetros por hora, superando sus propias expectativas.
Para poner a prueba la eficiencia y la autonomía del vehículo, el ingeniero decidió realizar un viaje de 5000 kilómetros desde la Quiaca hasta Cabo Vírgenes, utilizando únicamente residuos orgánicos como combustible. Este viaje fue una aventura que demostró la viabilidad y la confiabilidad de su invención.
Ramos no busca lucrar con su proyecto, sino brindar un servicio gratuito a la humanidad. Por eso, invita a todos a visitar su página web, donde se puede encontrar un manual gratuito para construir un auto a basura. Su lema es claro: «El que no vive para servir, no sirve para vivir».
El proyecto de Edmundo Ramos es una muestra de la creatividad y el ingenio argentino, que busca soluciones sustentables para los desafíos del futuro. Con su gasificador de residuos, podría abrir un nuevo camino hacia un transporte más limpio y amigable con el medio ambiente.