Increíblemente Fabiana Milagros Ocaranza Encontró su pasión por el trabajo en los dulces. Lo increíble viene del hecho de que Ocaranza es químico técnico, profesión que nunca le interesó; luego optó por derecho, del que salió con diez cursos cursados; luego le tocó el turno al mundo inmobiliario, pero no la llenó, hasta que encontró alguna satisfacción en la industria textil, que, sin querer, “de esas casualidades de la vida”, la vinculó con el maestro pastelero con quien ella se unió para fundar, en 2000, Milagros del Cielo, una casa de alfajores de Mar del Plata desconocida hasta hace cinco meses.
Luego de una semana en la que paladares entrenados degustaron a ciegas 350 sabores de alfajores, el 8 de agosto se realizó en Buenos Aires el Primer Campeonato Mundial de Alfajores, en el que participaron 150 concursantes de todo el mundo, quienes pudieron presentar diferentes muestras para las 15 categorías habilitadas. .
Alejados del mundo competitivo, solo preocupados por la calidad y el servicio personalizado, Ocaranza No tenía ni idea del Mundial de Alfajores. «Me lo dijo un cliente y me inscribí sin grandes expectativas, no porque no tuviera fe y confianza en mis productos, sino porque a lo largo de 22 años nos las hemos arreglado con perfil bajo, austeridad, sin hacer ruidopero teniendo muy claro que íbamos en la dirección correcta», explica a Clarín esta refinada mujer de 60 años pasada la medianoche de un día laborable en una de sus tiendas de la calle Güemes.
Participó únicamente en la categoría Sabor Exótico. “Allí presenté dos alternativas: mousse de chocolate con licor y chocolate con crema de avellanas. El de mousse de licor quedó preseleccionado entre 15 finalistas, ganó su categoría y Fue elegido el más rico del mundo, según cata realizada por un jurado de especialistas», repasa con seriedad Fabiana, quien, increíblemente, no le gustan los alfajores. «No soy repostero, pruebo alguno de vez en cuando, pero me muero por los quesos».
La conversación con Fabiana, nacida en Caballito pero criada y criada en Mar del Plata, es interrumpida varias veces por el constante ingreso de personas. “Hay momentos en que las redadas vienen a comprar y aunque ahora parezca extraño, a eso de la una de la mañana se vende mucho«, dice el fundador, a quien le encanta estar en el mostrador sirviendo para tener contacto con el cliente, enumere los 19 sabores, también explique como cortar el alfajor («por favor, hazlo cantando porque es alto y pesa casi 100 gramos») y hasta cómo desenvolverlo.
«Nunca nos interesó competir, ni hacernos cosquillas La Habana, Balcarce, Trassens o Chimbote, los hitos históricos. Lo nuestro siempre fue la lucha, el sacrificio, la calidad y la mano de obra de un pequeño producto premium”, remarca. “Nunca socialicé con colegas, nadie me felicito tampoco Es un ambiente de envidia, celos, pero todo está bien, respeto a todos».
Ocaranza, un jefe que está en todos los detalles, cuenta que «durante más de dos décadas estuvimos cuatro personas trabajando y, desde agosto, el furor fue tal, tal la demanda, que No solo tuve que contratar más empleados, sino invertir en una máquina para agilizar la producción y otra para envolver«, actividad en la que se convirtió en especialista: «Envuelvo 400 alfajores por hora y llego a envolver dos mil alfajores por día».
No es fácil encontrar a la señora que, a primera vista, parece más una azafata que una productora que se levanta todas las mañanas a las cinco para ir al puerto donde está la fábrica. «Mis días son muy ocupados. Me quedo en la fábrica hasta el mediodía, envolviendo, arreglando y cargando cajas. para llevar al negocio”. De ahí se va corriendo al pituco local de la calle Güemes, donde está enmarcado el certificado de “Mejor Alfajor del Mundo”, y por la noche se dirige al otro local de Diagonal Pueyrredón.
Milagros del Cielo debe su título a que Fabiana no sólo se llama Milagros por su segundo nombre, sino también porque cuando era bebe estuvo gravemente hospitalizada “pero la fe mueve montañas y aquí estoy”, dice esta mujer creyente. «Fue un milagro que sobreviviera y el cielo es porque tengo una profunda admiración por ese lugar. Tengo mucha curiosidad por lo que pasa en el cielo.Me atrae mucho la astronomía.
También fue milagroso, dice como para cerrar el círculo, el encuentro con Antonio, el maestro pastelero y autor material de los alfajores, que gracias a un encuentro fortuito en Mar del Plata con un exempleado de Ocaranza cuando trabajaba en el universo textil. «Fabiana, mi esposo se quedó sin trabajo. Cualquier cosa que sepas, házmelo saber», le dijo. Y allí mismo, sin perder tiempo, le hizo una propuesta formal al pastelero.
Haber ganado la Copa del Mundo que reunió a fabricantes de Europa y América cambió su vida laboral. “Mi vida privada sigue siendo la misma -subraya- pero sin duda este premio fue un trampolín inesperado para la pequeña compañía. De hacer entre 250 y 300 alfajores diarios a saltar hasta los 2.000. ¿Sabes lo que eso significa para una pequeña pyme con cuatro empleados? Fue un estrés muy bienvenido, pero fue una sacudida».
El 8 de agosto, la firma recibió el premio y un día después las colas en ambos lugares dieron la vuelta a la esquina. “Fue un momento difícil porque no teníamos mercadería, se agotó en un puñado de horas y no pudimos reabastecernos ni surtir porque todo lo que hacíamos se estaba vendiendo. Iría en persona a enfrentar a las personas que hicieron fila durante una, dos horas pidiéndole que se fuera porque ya no había mercadería. Todos me conocen y saben que siempre di la cara».
“Pero no aprovechamos el Mundial para traerlo a los precios. Solo subimos un poco a finales de 2022 y hoy tenemos precios baratos para la calidad del producto: $400 cada uno, $4,000 la docena y $2,300 la caja de seis unidades“, dice Ocaranza, un poco más tranquila porque “por suerte tenemos mercadería para abastecer a todos”.
Medida, con los pies en la tierra, un sueño la revela a la nueva dueña y dueña de los alfajores marplatenses. «me gustaria llegar a buenos aires, tener una pequeña tienda en Palermo o en el centro y luego, por qué no, exportar a España. Si mantengo la constancia que tenía hasta ahora, no creo que tenga trabas», concluye Ocaranza, que a finales de 2022 fue elegida una de las 10 celebridades del año de Mar del Platadetrás del más sonado, que fue «El Dibu» Martínez.
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Fuente: Titulares.com