Países como Argentina deberían reconvertir el cultivo de tabaco en alimento, instó este viernes la Organización Mundial de la Salud (OMS), a través de un enfático informe dirigido a los gobiernos que hoy incentivan y subsidian esta práctica. Argentina lo hace y está en el 12° lugar en el ranking de las 50 economías con más superficie destinada a esta plantación, algo que para la organización no solo representa un daño a la salud de los potenciales fumadores y trabajadores del sector, sino que también, aseguran, representa una “amenaza que promueve la inseguridad alimentaria”.
La petición de la OMS, que se difunde con motivo de la Día Mundial Sin Tabaco (31 de mayo), pesa especialmente aquí. Para la agencia (basado en datos de la FAO de 2021), Argentina es el Tercer país de las Américas con mayor producción de tabaco, cultivo que, estiman, ocupa 53.840 hectáreas, más de la mitad que Estados Unidos (95.730 ha) y menos de una sexta parte de Brasil (357.230 ha). Sin embargo, las autoridades nacionales estiman un 35% más de tierra dedicada a este cultivo.
Así lo aseguró guido varas, coordinador del Fondo Especial del Tabaco (FET), área que depende del Ministerio de Agricultura, Ganadería y Pesca. Explicó a este medio que las hectáreas de tabaco, «aunque varían cada año, son alrededor de 75,000”.
Así, Argentina se posicionaría un escalón más arriba de lo que estima la OMS, en el puesto 11 del ranking.
El dato de Varas es de 2022 e incluye las siete provincias productoras del país, todas del norte. Son Salta, Jujuy, Misiones, Tucumán, Corrientes, Catamarca y Chaco.
Clarín consultó al funcionario y también Pedro Pascutinipresidente de la Cámara del Tabaco de Jujuy y de la Federación Argentina de Productores de Tabaco si parecía viable, posible y eventualmente conveniente destinar esas hectáreas de tabaco al cultivo de alimentos. La respuesta fue “no”.
Sin tabaco, una cuestión de salud
Con este llamado de atención, la OMS apunta a un tema central, y es que más que 8 millones de personas mueren cada año, a causa del tabaco. Siete millones de esas muertes son por consumo directo, mientras que el resto se atribuyen a no fumadores expuestos al humo.
Destacan también la exposición de los propios trabajadores de la industria que, centrándose en los campos de cultivo argentinos, son «entre 100 y 120 personas por hectárea estacionalmente, es decir, en época de zafra».
Los datos específicos que maneja el sector reportan que hay unos 20.000 a 22.000 productores, pero de los trabajadores que cosechan “la cifra es más difícil de calcular porque quizás la misma gente trabaja en diferentes fincas”, aclaró el presidente de la FET. , fondo que, por cierto, maneja el 7% de las ventas de la industria tabacalera argentina (“después de impuestos”, aclaró). es decir, algunos 50.000 a 55.000 millones de pesossegún estimaciones para 2023.
Del tabaco a la comida
La OMS señala que incluso 1 de cada 4 cultivadores de tabaco sufre de “tabaco verde”, que no es más que una intoxicación por nicotina en la piel, condición que genera un gran malestar general. Esto sin contar la exposición a productos químicos pesados y pesticidas. Aseguran que “un cultivador de tabaco puede absorber la nicotina equivalente a 50 cigarrillos al día”.
Los argumentos, en este sentido, son elocuentes y requieren atención inmediata por parte de los gobiernos. Quizá para algunos resulte más difícil entender (en términos comunicativos) la relación directa, planteada en términos de “amenaza masiva” de una industria (sobre la que se podría escribir todo un capítulo) hacia un drama social global que parece responder a muchas variables. Es decir, la que va desde el cultivo del tabaco hasta la inseguridad alimentaria.
Pero, desde otro punto de vista, la cuestión tampoco es menor. Señalan que “un récord de 349 millones de personas en 79 países se enfrentan a una inseguridad alimentaria aguda, muchos de ellos en países de ingresos bajos y medianos” y que “muchos de estos países utilizan grandes extensiones de tierra fértil para cultivar tabaco en lugar de alimentos saludables”. ”.
Esas naciones “a menudo enfrentan un impacto económico negativo debido a los impactos sociales, ambientales y de salud adversos del cultivo de tabaco”, agregan.
También explican que, “en muchos casos, las divisas que se obtienen de las exportaciones de tabaco se utilizan para importar alimentos”.
En Argentina, confirmó Picotini, 85% a 90% de la producción de tabaco se exporta: “La última vez nos pagaron 633 pesos el kilo, en la producción de la más alta calidad, pero hay 48 tipos diferentes de tabaco. Aquí se producen anualmente entre 70 y 80 millones de kilos. A través de las exportaciones, algunos 200 millones de dólares al año”.
El tabaco, un escenario realista
El lema de la OMS es «Cultiva alimentos, no tabaco”. La solicitud instó a los gobiernos a «dejar de subsidiar el cultivo de tabaco y apoyar cultivos más sostenibles, que podrían alimentar a millones de personas».
Hay que decir que Argentina firmó, en 2003, el Convenio Marco de la OMS para el Control del Tabaco (CMCT), que hace apenas unos días (el 16 de mayo) fue enviado al Congreso desde el Ministerio de Salud para su ratificación. Sin embargo, Varas explicó que este acuerdo, en principio, no propone dejar de producir tabaco”.
“No es un reemplazo sino un complemento. Todas las provincias productoras de tabaco producen diferentes tipos de alimentos”, explicó.
Además, dijo, “sería imposible hacerlo y más de un día para otro. Si existiera la generación de una política de articulación pensada a lo largo de los años, podría ser, pero hoy, decirle a un productor de tabaco que deje de hacer lo que hace es imposible. Son provincias que están muy unidas por su producción. El impacto social y económico que genera esta actividad es enorme”.
“Lo aprendí en territorio. El tabaco es una combinación de arte, cultura y oficio, desde la producción hasta la cosecha”, agregó.
En el mismo sentido, Picotini opinó: “La importancia del tabaco en la Argentina no pasa por la superficie ni la importancia que pueda tener para el comercio internacional. Sucede porque es un fuerte generador economico social, con gran influencia en las provincias. Por ser un trabajo artesanal que requiere mucha mano de obra, la importancia en las jurisdicciones es enorme”.
Aseguró que a los países que apostaron por la conversión de los territorios “no les fue bien”.
«Nadie se acuerda de las personas que se dedicaban a la actividad», dijo, y concluyó: «La actividad tabacalera ha demostrado que puede convivir con las demás. Hoy no se dan las condiciones para una reconversión».
mg
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Fuente: Titulares.com