La teocracia iraní responde a la indignación con sentencias de muerte. Con las calles en llamas de ira contra los desmanes del régimen, la justicia del país encadena penas capitales contra personas detenidas durante las manifestaciones antigubernamentales que sacuden al país desde finales de septiembre.
Tres personas fueron sentenciadas a la horca el miércoles, elevando a cinco el número de sentenciados desde el domingo. Uno de ellos fue acusado de matar a un oficial de policía, otro de apuñalar a un guardia de seguridad y el tercero de dañar la propiedad pública y causar terror.
Las protestas antigubernamentales estallaron a fines de septiembre después de que se revelara que una mujer kurda de 22 años, Mahsa Amini, había sido asesinada por la policía luego de ser arrestada por usar el velo de manera inapropiada.
Las manifestaciones se extendieron por todo el país a pesar de la brutal represión que ha dejado al menos 326 muertos, según la ONG Iran Human Rights, y más de 2.000 detenidos. Muchos de estos últimos podrían enfrentarse a la pena de muerte.