La ley de etiquetado frontal de alimentos ya se ve en los estantes de todo el país, aunque todavía no al 100%. Puede haber escasez de algunos productos, pero algo que hoy no falta son los sellos de advertencia en casi todo.
Sí, incluso en varios productos que antes se vendían como saludables y que se recomendaban en cualquier dieta.
Con estos octógonos negros, el Ministerio de Salud ahora alerta cuando un producto tiene «exceso de azúcar», «exceso de sodio», «exceso de grasa saturada», «exceso de grasa total» y/o «exceso de calorías». Todo esto en relación a parámetros de la Organización Panamericana de la Salud (OPS).
Pero, ¿qué son los nutrientes críticos? Son las grasas, azúcares y sodio que se añaden a los alimentos durante su proceso de elaboración. ¿Y cómo funciona ese umbral de lo que sobra o no?
Existe la polémica que no logra cerrar la grieta en este colorido estándar.
Fue el foco del debate mientras se decidía en el texto de la ley si el método de la octágonos de advertencia u optar por un semáforo nutricional que pasó de verde a rojo según la indicación de lo que es sano.
Eso ya parece un flash, algo demasiado técnico frente a estantes muy etiquetados, pero nada se extingue.
Focas negras: el sistema que beneficia a unos alimentos menos saludables que a otros
Un sector de la comunidad de nutricionistas ahora habla directamente en las redes sociales de una especie de «trampa» de focas negras que, por la vara de calorías, favorece los alimentos menos saludables y perjudica a los que no lo son.
Si bien desde ese ala celebran la ley, ¿cuál señalan como principal error? El sistema de perfil de nutrientes (SPN) elegido. La herramienta que se estableció para determinar los valores máximos a partir de los cuales los productos deben tener un sello en el frente del envase.
El SPN es el que propone la OPS, como decía al principio, y digamos que es como un “estándar internacional” de recomendaciones a los países antes de que los etiqueten.
“Este sistema es el que mejor se ajusta a las recomendaciones de la Guía Alimentaria para la Población Argentina (GAPA), que por Resolución 693/2019 es la norma para establecer las políticas alimentarias”, repetían sin descanso desde Salud.
Pero las preguntas no terminan con la ley implementada.
Muchos sellos negros y muchas dudas.
«Mi celular estalla con dudas sobre el sello de ‘exceso de sodio’ (como en los quesos). Que un producto tenga o no ese sello dependerá de las calorías que aporte ese alimento. Porque la ley calcula un tasa, considere la cantidad de sodio en 100 gramos (g) de producto y divídala por las calorías en esos 100 g. Si el resultado es mayor que 1, el sello corresponde. Por eso, los alimentos que tienen más calorías no tienen el sello de exceso de sodio y los que tienen pocas calorías sí”, explica Virginia Busnelli, especialista en nutrición con orientación en Obesidad.
Por ejemplo, muchos yogures ahora llevan uno o dos sellos: para azúcares y grasas en el caso de los yogures enteros, y para sodio y edulcorantes en los yogures desnatados. La misma cantidad que puedes ver en un refresco con azúcar.
También queso crema, al port salutpor lo general ahora tiene 3 o 4 sellos (para sodio, grasa total, grasa saturada y calorías). Tantos sellos negros como los de un alfajor bañado en chocolate.
Sobre este punto de las calorías, Sergio Britos explica que no hay que generalizar.
“Lo correcto es afirmar que el hecho de estar basado en calorías (que ese es el denominador) tiende –con esto subraya que no es la regla– que los alimentos con pocas kilocalorías (kcal) acaban teniendo umbrales más bajos (lo que facilita que tengan en un sello), mientras que cuantas más kcal tienen, más alto es el umbral. para que tengan un sello».
¿Cuál es ese umbral, por ejemplo, con el sello de «exceso en azúcares»? 10% de las calorías. Ejemplo: los azúcares deben aportar menos del 10% de la ingesta energéticaindependientemente de la cantidad tomada.
“Si un alimento tiene 80 kcal (muy pocas), con 2g de azúcar ya llega al 10%, entonces 2,1g sería un exceso de azúcar, en cambio, si un alimento tiene más de 400 kcal (como un dulce galleta con poca azúcar o pasta de maní, el umbral de azúcar sería de 10g, por lo que si el producto tiene 9.9g no tendría sellos. Ergo: para etiquetar 2.1 es mucho y 9.9 es poco«Marca Britos.
Al mismo tiempo, aclara que ocurre más lo contrario. Que hay productos con pocas calorías y muy poca cantidad de grasas, saturadas o azúcar, que encajan en un sello.
Emilia Raimondo, quien es profesora de la Universidad Nacional de Cuyo, especialista en Ciencias de los Alimentos y quien está calculando qué etiquetas tendrán los fabricantes de las pymes mendocinas, coincide en que los octógonos negros se «disparan» en productos de bajo nivel calórico, debido al umbral elegido.
Dice que “no toda la ley es mala, sí tiene estas cosas” y por eso desde esa provincia planean capacitar a los nutricionistas sobre las recomendaciones según el etiquetado.
El consumidor general, apunta, para entender más a fondo por qué un producto que podría ser dietético tiene un sello, “no les quedará más remedio que ver los ingredientes que aporta ese alimento (la tabla), para tener una idea de lo que deben consumir o no, porque si no, los sellos serán engañosos».
En el otro extremo, para Victoria Tiscornia, nutricionista e investigadora de la Fundación Interamericana del Corazón (FIC), “no es cierto que la ley favorezca alimentos menos saludables”.
“Que un alimento tenga más o menos calorías no define si es un producto saludable o no. Lo que busca el perfil nutricional de la OPS es comunicar si las calorías provienen de estos nutrientes críticos. Un alimento puede ser bajo en calorías, pero solo aportar azúcar, por ejemplo, refrescos, mientras que un alimento puede ser alto en calorías porque contiene grasas saludables, como una mezcla de nueces», señala.
En la mayoría de las etiquetas frontales de los países que las aplican, la unidad de medida es 100g (como en Uruguay). En algunos es la porción misma y Solo dos países en el mundo utilizan el perfil de la OPS: México y Argentina.
¿Por qué los límites del perfil de nutrientes aquí se basan en calorías y no en el tamaño de la porción o gramos de producto?
Según Tiscornia, porque permite identificar productos que, independientemente del tamaño de la porción consumida, tienden a desequilibrar la dieta.
Respecto al azúcar, lo traduce así: “Una bebida azucarada puede tener pocas calorías, pero aporta energía solo en forma de azúcares, es decir, el 100% de la energía proviene de los azúcares. Por tanto, supera el límite del 20%. lo que establezca la ley (considerando el porcentaje de la primera etapa gradual. Posteriormente el límite será del 10%).”
En el caso del umbral de sodio, dice que dado que este nutriente no aporta calorías per seTiene un límite que es por caloría y también otro límite complementario que es por 100 gramos. “Porque, precisamente, evitar los productos altos en calorías Zafen tener sellos. 1mg/kcal o 300mg/100g y en bebidas sin calorías, 40mg/100ml”.
Volviendo a la góndola, otro punto de confusión rodea el sello de «Exceso de calorías». La nutricionista Laura Romano lo explica en Instagram, donde tiene más de 1 millón de seguidores.
“Para que se aplique este sello, el producto tiene que tener más de 275 calorías por cada 100 gramos (nota: no hay que pensar en la porción que viene en ese envase, que puede ser menos, sino cada 100 gramos). Y solo ese sello si el alimento contiene además otro nutriente crítico. Si aplica en calorías (supera el umbral) pero además tiene exceso de azúcares, grasas o grasas saturadas. Si no, no”, detalla.
Por eso Romano dice que «no hay que volverse loco» con este octógono. “Casi todos los alimentos sólidos lo tendrán, debido a sus más de 275 calorías por cada 100g”.
El famoso turrón de cacahuete -que ahora ha innovado con su sabor a chocolate- es uno de esos alimentos que antes se consideraban bajos en calorías pero que en realidad no lo son. Tiene dos sellos negros: «exceso de azúcar» y «exceso de calorías». El primer octágono determinaba la presencia del segundo. Él El queso verde para untar (que antes se vendía explícitamente como light) tiene hoy tres sellos: por grasas, grasas saturadas y sodio. No tiene calorías.
Lo que no se ve en una ley tan «visual»
La Ley de promoción de la alimentación saludable, que todos llamamos simplemente «etiquetado frontal», es más visual que cualquier otra cosa en este momento.
¿Porque?
Porque cumple con el objetivo de dar más información sobre los alimentos que consumimos, y también de promover la mejora de la calidad de todos los alimentos (está dirigido a que las marcas reformulen los productos para evitar los sellos), pero quizás falte la parte más sustancial: la educación alimentaria. Educar a la población sobre cómo comer mejor. Ya se sabe, con estos sellos, lo que no se debe elegir, o menos elegir. Pero, ¿la ley en la góndola «enseña» qué elegir más?
“Es clave tener herramientas que te ayuden a elegir lo mejor para ti y tu familia”, explicó el Ministerio de Salud de la Nación en un video que subió a YouTube apenas se aprobó la ley. Pero esas herramientas siguen sin aparecer cuando estamos empujando al monito.
De hecho, la OPS, que defiende el etiquetado frontal frente al método del semáforo nutricional, “porque hay buena evidencia científica de que es más efectivo y requiere menos esfuerzo cognitivo y menos tiempo procesando la información”, aclara que los sellos solos no funcionan: «Deberían ser parte de un conjunto de políticas complementarias sustentadas en un programa integral de educación pública».
mg
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Fuente: Titulares.com