Thomas Lemar ha encontrado su lugar en el Atlético, ha logrado recuperar el esplendor del Mónaco y la competencia interna del club rojiblanco no le ha disminuido en lo más mínimo, Le ha motivado a seguir mejorando. El galo fue la luz del ataque colchonero en la primera parte del partido ante el Villarreal, 45 minutos a un nivel descomunal que llevó al Atlético a marcar momentos de gran fútbol donde solo faltaba el gol.
Y estuvo a punto de llegar en dos ocasiones muy claras con el francés y su conexión con Trippier como grandes protagonistas. Lemar ha aumentado notablemente su área de influencia ya que participa como interior, y es capaz de aparecer en todos los lados del frente de ataque, aunque con Carrasco ha desarrollado una especial afinidad por la izquierda. Sin embargo, su gol podría venir desde la derecha, abriendo hábilmente a Trippier y recibiendo el centro de los ingleses, pero su mano derecha se topó con una gran parada de Rulli y con el palo. En el rebote lo intentó de nuevo con su pierna menos hábil, pero el disparo se fue por encima.
Y en el otro lado, en su lado favorito, fue desmarcado en el espacio por la velocidad, Puso un centro precioso con la zurda para Trippier, cuyo cabezazo no se convirtió en su primer gol con la camiseta del Atlético por la intervención providencial de Mandi. También dejó una gran asistencia cabeza para correa, que cortó a Rulli y dejó atrás a Carrasco cuyo disparo también se estrelló con una pierna rival. Lemar ha perfeccionado su habilidad técnica sin quitarse el mono, convirtiéndose en un soldado de Simeone. Es el encargado de saltar líneas para ayudar al liderato en la presión y el primero en dejar la piel para colaborar en la retirada defensiva.
Dos jugadas dejaron clara su gran evolución táctica. El primero, haciendo el esfuerzo de cubrir el carril izquierdo. y acabar despejando un centro del Villarreal con un cabezazo después de que Carrasco se hubiera quedado con dolor en el campo rival en una jugada donde pidió un penalti y el segundo cometiendo una falta por la que vio una amarilla rigurosa, pero cubriendo la espalda de Koke para bloquear la salida de Gerard Moreno por el centro. Unos sobreesfuerzos que pudieron influir para que en la segunda mitad su participación fuera decreciendo hasta ser sustituido.
Lemar se ha mostrado desinhibido, se ha quitado la presión que parecía pesar a su llegada al Atlético y ha encontrado su posición ideal en el campo como interior con libertad de movimientos en ataque. El francés quiere ser líder, lo pide, lo organiza y tiene una chispa que solo tienen Correa y Carrasco. Le costó entrar en la dinámica del equipo, Simeone defendió sus minutos por la gran aportación de Lemar en los entrenamientos, pero su calidad no se desarrolló en los partidos. Ahora, a los 25, ha encontrado la mejor versión de ’11’. Aún le quedan por sumar cifras de gol, goles y asistencias que quedan a las puertas de llegar y tener continuidad durante los 90 minutos, pero su brillantez es cada vez mayor.
La afición del Wanda Metropoilitano ha podido comprobar en estos dos primeros partidos de vuelta al estadio el salto de calidad que había llevado a cabo Lemar el año pasado, cuando Con la grada vacía empezó a ver al gran futbolista que lleva dentro. Lemar reclama galones y Simeone se los da, Titular indiscutible en su esquema a pesar de la llegada de Rodrigo de Paul o la también notable evolución de Kondogbia. El francés tuvo que celebrar el título del año pasado desde fuera del terreno de juego por una lesión sufrida en el Camp Nou y quiere ser cada vez más líder del Atlético. Un fichaje que requirió un período de adaptación más largo, pero que pretende ser una pieza fundamental en el futuro y lo ha dado a conocer a su afición.
Fuente: as.com