Veintidós años después del fin de la ocupación israelí del sur del Líbano, el país de los cedros teme que la historia se repita. Esta vez en sus aguas territoriales, cuya delimitación es objeto de litigio con Israel.
Tras cruzar el Canal de Suez, el pasado domingo un buque gasero de Energean -empresa que cotiza en Londres y Tel Aviv- tomó posiciones en el campo de Karish. El gobierno israelí, que le otorgó la licencia, espera que la unidad de producción, almacenamiento y descarga naval comience a bombear en septiembre.
El reelegido presidente del Parlamento libanés, Nabih Berri, anunció ayer que «el mediador estadounidense» Amos Hochstein (que también es israelí) viajará a Beirut en los próximos cinco días para acercar posiciones.
Beirut se opone a que en 2011 presentó a la ONU una línea de demarcación que deja fuera el yacimiento de Karish e incluso una pequeña parte del yacimiento de Qana. Luego ha sumado 1.430 kilómetros cuadrados, pero no ha hecho oficial su reivindicación. La línea israelí, por su parte, parte Qana por la mitad.
Con los precios actuales de la gasolina, ambas partes tienen incentivos para cerrar un trato. Hace año y medio, Hochstein ya estaba a mitad de camino, sin llegar a meta. Un avance, aun así, considerando que Israel y el Líbano técnicamente todavía están en guerra.
“Tenemos la capacidad de prevenir la explotación”, advirtió el jefe de Hezbolá, Hasan Nasrallah. Voces de su milicia hablan de rendición por parte del Movimiento Patriótico Libre (MPL) a cambio de que EE.UU. levante las sanciones a sus líderes. Aun así, el presidente libanés, Michel Aun (MPL), ha calificado la acción israelí de «hostil».
Israel ya cuenta con yacimientos notables, como el llamado Leviatán. Para Líbano, en cambio, sería agua en mayo, debido a su escasez de energía. Estos llevaron a diseñar un plan para llevar gas egipcio a través de Jordania y Siria. Pero el Banco Mundial no ha accedido a financiarlo.
Por otro lado, en vísperas de la invasión rusa de Ucrania, EE. UU. abandonó el gasoducto EastMed, que tiene como objetivo llevar gas israelí a Europa a través de Chipre y Grecia, sin pasar por Turquía.